Casuality or Causality? (TERMINADA)

Capítulo 55: Casualidad o Causalidad.

FINAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL!!!!! LISTAS?!?!?!?!

Lydia

Dylan cae al suelo de un salto pero hay un gesto de dolor en su cara cuando cae mal sobre su pie. No sé si los demás lo notaron, pero yo vi como que se torció el tobillo.

-¿A dónde? -Dylan ni siquiera estaba poniéndonos atención, él estaba escuchando a mi madre para que le dijera como es que iba la cortina.

-A cambiarse y a la iglesia. Y luego de regreso aquí.

-Ah. Si, te llevo. -mira su pie y lo estira como si le hubiera dado un calambre o algo.

-Si, Lydia. Creo que Dylan no estaba haciendo un buen trabajo con las cortinas, lo haré yo. -dice Xander sonriendo.

Se pone del lado en donde está mi madre y se sube a la escalera.

Todos como que quedamos anonadados. Quién diría que él apoyaría la idea de dejarme sola con Dylan.

Pero yo no me muevo. No quiero estar con Dylan a solas. He pasado estos meses muy bien, me siento empoderada e independiente y siento que si me quedo a solas con él voy a echar todo a la basura y me voy a poner a llorar.

-O si quieres te presto mi carro y... puedes ir sola. -dice Dylan.

Claro, y para cuando llegue a la boda, ya habría acabado, con lo lento que conduzco.

-Vamos. -digo y finjo no tener ningún problema con que me acompañe.

-Lúcete, mami. -le digo a mi mamá cuando paso a su lado.

Ella sonríe y asiente.

Se supone que, al finalizar la misa en la iglesia, pasarán dos horas antes de que la gente llegue al salón, aquí vendrá un juez para que todo sea oficial con las firmas de los novios y de los testigos.

Dylan y yo subimos a su carro. Mientras caminábamos, él caminaba como si su pie le doliera por la caída que provocó mi imprudente amiga.

Muevo mi pie, ansiosa y trato de mantener mis respiraciones tranquilas para quedarme callada durante todo el camino a mi departamento pero no puedo.

-¿Está bien tu... pie? -nop. No pude quedarme callada.

-Si. No es nada, sabes que tengo huesos fuertes. -dice sin quitar la vista del camino.

-Por eso pregunto. Tus huesos son todo lo contrario a fuertes.

Dylan asiente con una pequeña sonrisa y me mira de reojo.

Yo muerdo mi labio para no sonreír.

-¿Quién se rompe los huesos cayendo a un lago? -me burlo.

-Alguien que es atropellado con un carrito de hot-dogs. ¿Quién es tan malvado como para lanzarle un carrito de hot-dogs a un muchacho inocente? -regresa la pregunta.

Ambos sabemos que fue un accidente, pero esa pregunta la hace para molestarme también.

-No, enserio. ¿Tu pie estará bien?

-Si. Supongo que solo necesito hielo. -se encoje de hombros.

Llegamos a mi departamento y me bajo del auto. Dylan solo baja los vidrios y se queda ahí.

-Voy a necesitarte como asistente en la boda y necesito que tu pie esté bien. Ven para que puedas ponerte hielo. -le digo por la ventana del copiloto.

-Ok. -sube los vidrios de nuevo y baja del auto.

Lo malo de mi edificio es que los ascensores nunca funcionan. Lo bueno es que mi departamento está en el tercer piso y no son demasiadas las escaleras que hay que subir, pero a Dylan con su pie lastimado le cuesta un poco.