CAPÍTULO 4.

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(Aaron)

- Sitúa a Sara a mi lado, ¿quién se va a sentar a mi lado?- pregunto a la organizadora del evento. 

- Rodrigo y un cliente que quiere un negocio con usted.

- Mueva a Rodrigo, es mejor tener a los cliente al lado.

- El señor Gómez nos dejo muy claro que quería su mesa, no quiero...

- No quieres nada, es una gala para mi empresa no para la de él. Solo comunico el cambio que hay que hacer y cuando llegue quiero ver ese cambio de mesa.

No quiero a Rodrigo cerca. Rodrigo es un mujeriego, llevo con el años y nunca ha pasado más de una noche con la misma. Sara es una chica inteligente, con carisma y sobretodo que agrada a la vista; justo las chicas en las que se fija Rodrigo, bueno y cualquiera. Rodrigo también es guapo, pero a él le da igual la inteligencia de la que va a usar esa noche para olvidar a una chica del pasado. Siempre tuve intriga y hace un par de años le pregunté que qué tenía esa chica o que le había hecho para que él fuera así, solo respondió que la cago tanto con ella que aunque ella lo hubiera abandonado de esa manera se lo merecía. Me miró con unos ojos que nunca le había visto y me dijo que seguía tan enamorado que no la podía olvidar, que miraba todas las fotos viejas que tenía con ella y que, incluso había pensado en montar un bufete en donde ella vivía para poder localizarla. Sara es una chica que se merece lo mejor, desde que entró por la mañana en mi oficina hubo algo en ella que hizo que se me olvidará que iba a ser mi empleada y medio tonteara con ella de forma discreta, después cuando la pillé en mi oficina y se calló al suelo me parecía gracioso pero también me cabreo que estuviera allí sin permiso y por último, sus planos me sorprendieron tanto como ella. También me sorprendió como me habló cuando le hice el chantaje para que viniera conmigo a la gala a cambio de que ella presentará sus planos ante Rodrigo, espero que en la reunión Rodrigo no le tire los tejos y que ella no caiga. 

- Claro Aarón.

- Para ti señor Pérez, no se confunda.- digo con mala gana, quién se tiene que tomar confianzas no lo hace y quién no las tiene que tomar las toma. 

- Lo siento Aa... señor Pérez, algún cambio más.

- No, solo avisa al señor Gómez.- y cuelgo sin esperar respuesta. 

Vuelvo a los planos que me ha dejado Sara sobre las oficinas de Rodrigo, quiero que Sara me vea como un compañero cuando se trata de proyectos pero para el resto soy su jefe y no sé como marcar la diferencia. Nunca he trabajado con nadie, siempre he hecho planos yo o lo he dejado a encargo de alguien de confianza. Tenía tanta curiosidad por trabajar con alguien que en tampoco tiempo y con tampoco experiencia tuviera más cartas de recomendación y tan buenas referencias, el mismo día que elegimos que sería ella mandé arreglar la oficina que tenía para sentarme a ver las vistas durante la hora de la comida. Esa oficina nadie la ha usado para trabajar, era mi sitio de descanso o mi refugio cuando nada salía bien al comienzo de este proyecto. No para de llamarme jefe y no quiero que sea así cuando se trate de planos y proyectos porque sus ideas son magníficas pero tampoco quiero que se relaje trabajando. También tengo que controlar los piropos que le hecho en horas laborales, creo que no será lo mejor para ninguno. 

- ¿Jefe?- dice Sandra picando a la puerta.

Cuando voy a decir que pase, abre la puerta. 

- Sandra retírese, no le he dado permiso y ya sabe que no nadie puede pasar sin permiso. 

-¡QUÉ SANDRA NI QUE NIÑO MUERTO!

Alzo la cabeza y veo al mismísimo Lucifer en persona, Rodrigo con cara de querer matar gente entrando en mi oficina cuando el tiene las mismas normas de no entrar sin permiso en la suya no tiene buena señal. 

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora