§ XXVI §

110 7 2
                                    

Cassandra Monrroe

Después de habernos quedado dormidos en ese llano, volvimos a la academia. Logan tenía que volver y quedarse otro mes que es el que corresponde a las vacaciones de verano antes de nuestro último año en preparatoria.

En todo ese mes, estuvimos en contacto, no había día en el que no habláramos por mensaje y yo cada que podía iba a visitarlo.

Para ese tiempo se fue muy rápido y ahora estamos a una semana de comenzar nuestro último año.

Anís no me ha hablado en todo este lapso y se me ha hecho raro, ya que ella era la que siempre quería salir o se quedaba conmigo a pijamadas. Ni un mensaje tengo de ella, el último se lo mandé yo y fue antes de irme al entrenamiento de mi padre.

Solo recibí un visto por parte de ella. Con los chicos he mantenido contacto, hicimos un grupo de WhatsApp y ahí me cuentan cómo les va.

Ellos decidieron quedarse en el puesto que aspiraban a pesar de saber que era su única opción. Me contaron que en pocos días terminarán su entrenamiento, y aún siguen juntos.

Ahora estando en la sala de estar, de mi apartamento puedo pensar con claridad. Mi padre no me ha molestado, siquiera llamado y eso no se si es bueno o debería de preocuparme. Mamá tampoco me ha llamado y de ella si me preocupa.

Josu tampoco me ha llamado pero se que ha conseguido una novia además de que desde que hablamos me dijo que ha estado tratando de conseguir un empleo a las afueras de la ciudad, así que lo dejaré un rato.

Viendo mi apartamento, se ve horrible. Por lo que me levanto y voy por las cosas de limpieza. Veo mi despensa y la veo bien y llena.

Pongo música y en mi repertorio sale Muy romeo de Jessi, comienzo a limpiar el apartamento desde mi habitación hasta la cocina.

Cuando estoy en la sala, pasando un paño húmedo por los muebles, suena la puerta, por lo que bajo el volumen de la televisión y me dirijo a ella.

Al abrirla veo a mi tío, pero no está solo, está con los hombres de mi papá. Eso es extraño, lo dejo pasar y los dos hombres se quedan parados, los veo de extraña manera.

-Pasen ustedes también. -Al decir eso, les muestro una sonrisa y ellos con expresión dudosa lo hacen.

A los tres sujetos los guió a la sala, donde antes de sentarse, recojo todos los utensilios de limpieza para dejarlos en una esquina.

-Morenita, ha pasado un accidente... Y, necesito que lo tomes con calma. -Esa expresión, esos gestos decían todo lo que pasaría a continuación.

Sus siguientes palabras no las escuché con claridad, solo pudo detonar en mi cabeza 'muerte', 'padres', 'sin registro'.

Mi tic nervioso salió, ese que había logrado guardar en promesa a mi madre.

El sentido de algo líquido y caliente palpando mis dedos era lo que me mantenía cuerda. Mi visión era borrosa y cansada. El aire de mis pulmones se iba de a poco.

Sentí unos brazos familiares rodeándome, por lo que pude soltarme, deje fluir esas lágrimas, mis uñas aún apisionaban mis palmas cubiertas con un poco de sangre.

Sollozando e hipando me fui calmando, mi promesa a mis padres vino a mi mente, calmando mi llanto. Esa promesa, esa estúpida promesa que ahora es mi salvavidas, llegó a mi haciendo aferrarme a ella.

Con esa última lágrima cayendo de mi mejilla, cerro por completo mi mente, esa promesa pegada a mi cerebro como una marca de hierro caliente.

Y con ella, mi madre sonriendo y sosteniendo mis manos, con mi padre atrás abrazándola. Antes de decir algo solo beso mis manos aún sujetas por ellas y mi padre dejando un apoyo de él en mi mano por encima de las de mi mamá.

"No llores cuando ya no estemos, hija. Si vas a llorar que sea cuando ya no soportes esa carga que te dejamos al partir. No llores hija, sonríe al cielo y déjanos llenar tu corazón."

Esa fue la última vez que vi a mis padres juntos, en esa hermosa casa, llena de lujos invaluables. Esos con los que no puedes comprar otra vez.

Despertando de los recuerdos veo a mi tío en el sillón viéndome, dándome una sonrisa tranquilizadora y fraterna.

De familia se sabía que las palabras no eran necesarias en momentos así, solo el apoyo al otro era lo que nos mantenía fuertes y leales.

-Tomaré el cargo hasta que tú lo tomes, mi morenita. Tu padre me habló del trato entre ustedes y aunque él lo respetará, te habría vuelto a buscar para que tomes a esta familia que te deja.

Cuando terminó de hablar se levantó y salió del departamento, dejo en una mesa de café un sobre y una llave, esa llave me hizo sonreír de una manera melancólica por lo que la tomé y el llavero que colgaba de esta lo abracé hasta sentir la liberación que buscaba.

Con el llavero en brazos me recosté en el sillón volviendo a recordarlos...

&&&&
No diré algo, que me excuse... Solo quiero que me entiendan y me apoyen.

Los amo, mis doraditos.

Escriban, comenten, voten, mentenme la madre pero dejen su presencia...

†Nunca Tuvo Que Comenzar† #1 (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora