Cuentos de una Princesa y su Gato

Día 27: Kitten Noir - Bruja AU II

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Marichat May 2020

Día 27

Kitten Noir

-Bruja AU II-

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Sentada en su balcón, Marinette observaba la ciudad mientras acariciaba a su gatito negro, su Kitten Noir como lo llamaba para molestar a Adrien.

Aun le costaba asimilar lo que había cambiado su vida después de recibir su escoba y su gato hace un año atrás. Antes, la solitaria muchacha se la pasaba encerrada entre libros y pócimas, ahora tenía un amigo con quien salir a caminar, con quien bromear... e incluso, ir a la biblioteca, porque resultó que el muchacho también era todo un traga libros, palabras que había usado para referirse a ella tiempo atrás. Pero, no podía negar que en él había encontrado un gran amigo, aunque su amistad para todo el mundo parecía otra cosa.

¿Novia de ese chico caballeroso, atento, pésimo humorista, gentil y encantador? Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos de ahí ¡Claro que no! Ella tenía en claro sus prioridades.

Aunque al parecer no todos pensaban así, como las madres de ambos que ya estaban haciendo planes sobre el futuro de sus hijos, los directores de la academia que hasta apostaban a que Academia asistirían los hijos de ese par y si serían más aplicados que sus padres...

¡Por todos los cielos! ¡Solo tenía dieciséis años!

El simple recuerdo de los comentarios causaba que su rostro se sonrojara con violencia.

—¿Puedes creerlo, Kitten Noir? —dijo, tomándolo desde debajo de las patas delanteras para que su cara quedara frente a la del felino— ¿Yo, enamorada de él? ¡Es una locura!

—Ojalá no sea una locura —respondió el felino, sonriendo con total normalidad. Esperen... los gatos no hablan...

De pronto, un maullido llama la atención de la bruja, localizando a su gato -al real felino que ella tenía- tratando de salir de adentro de una caja.

—Pero ¡¿qué...?! —de la impresión, soltó de golpe al gato, haciendo que este cayera de su balcón— ¡Ay no! —exclamó con preocupación, moviendo su mano con rapidez para invocar una brillante nube color rosa que atrapó al felino a tiempo y lo elevó de nuevo hacia el lugar.

Marinette soltó un suspiro de alivio cuando el gato estuvo de nuevo apoyado en la barandilla de piedras que tenía el balcón.

El felino negro también suspiró. Nunca había visto la muerte tan de cerca.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —protestó, recordando que había estado acariciando a su gato, cuando realmente era su amigo.

—Es que —el brujo tocó el suelo dos veces con la pata derecha haciendo que un humo verde lo cubriera para mostrarle su apariencia de Chat Noir. Una vez más, no pudo evitar sonreír al verlo tranquilamente acostado en el borde de su balcón, sosteniéndose la cabeza con la mano como si estuviera posando. ¿Y si lo empujaba de nuevo? Sacudió la cabeza de pensamientos homicidas— Plagg finalmente me enseñó a activar el hechizo que me convierte en gato. Venía a darte una sorpresa, pero tú me tomaste y te pusiste a acariciarme pensado en vaya a saber qué cosa toda nostálgica... Espero... —le brindó una sonrisa coqueta, señalándose—...que haya sido en mí.