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El volumen de la radio invade mis pensamientos mientras yo piso el acelerador. Los kilómetros pasan. La carretera comienza recta y a veces tiene curvas pronunciadas que giro con precaución porque no deseo despeñarme hoy.
De pronto las montañas se terminan y me permiten observar el paisaje más bello que he visto en mi corta vida. Freno y dirijo el auto fuera de la vía, justo al mirador. Pongo el freno de mano y le subo a la música; el auto entero vibra con los bajos de la canción que está sonando.
La letra me llena el alma, se adentra en mis oídos y penetra mi cerebro recordándome lo mismo una y otra vez "eres suficiente, siempre lo has sido, siempre lo serás y quien te diga lo contrario anhela tener tu brillo". Me recargo en el asiento y dejo que la canción termine. La inicio de nuevo; esta vez para escucharla con más atención.
"Demasiado alto al mediodía
A veces te sientes vacía
Todos pueden ver la luz que sale de tu ser
Y tú, estás ciega ¿por qué no te puedes ver?"
Bajo la ventana y permito que el aire entre y me despeine. Giro mi cabeza al punto en que el sol se esconde detrás de las nubes. Los colores en el cielo son cada vez más hermosos: los tonos naranjas tienen cierto aire de luz amarilla, recorren el cielo y le dan paso a impactantes rayos rojos que se funden en rosas tenues. El lila apenas se divisa en lo más profundo del horizonte, allá donde la vista no alcanza a llegar.
"Todo ese dolor que han querido introducir en mi
Quiero demostrarles que soy más fuerte
Que nadie nunca podrá vencerme
Soy un rayo de sol, jamás me sentí más valiente"
Una pareja se posa enfrente y se acomoda en busca del mejor ángulo para una selfie espectacular. Se abrazan y veo que una de ellas captura la imagen. ¿Sabrán lo hermosas y valientes que se ven? Se dan cuenta de que las estoy mirando, les sonrió y les mando un beso. La más alta se emociona al verme y sé que me ha reconocido. Noto que quiere acercarse pero la chica junto a ella la detiene tomándola del brazo y le susurra al oído algo que no logro escuchar. Ella asiente y me saluda con la mano; le devuelvo el saludo mientras se retiran.
"No dejes de volar, no, por favor
Tú eres libre y poderosa
Y aunque cada tarde te obliguen a ocultarte
Cada mañana saldrás con luz propia"
Recuerdo que hice ese coro mirando un atardecer parecido al que tengo en frente. Ese día me sentía derrotada y triste, veía las cosas en tonos de gris. La gente a mi alrededor no hacía sino exigirme cosas que ni en un millón de años haría. Deseaban que hiciera una colaboración con un chico (del cual no era fan por sus letras vacías, sexistas y completamente inmaduras) y yo me negué otro millón de veces. Todo empeoro cuando me dijeron que eso era lo único que me haría despegar. "Vende millones y todas suspiran por tenerlo entre sus brazos ¿Cómo es que tu no?"
No aguanté más y me levanté de la mesa. No me importó dejarlos sentados preguntándose qué carajos estaba haciendo. Salí del estudio directo al parqueadero. Arranqué como una loca y me puse a conducir al único lugar de esta ciudad que logra darme paz: el mirador.
"Yo decido qué hacer, cómo, cuándo, dónde
Nada pueden hacer, ellos no me conocen
Y aunque cada tarde me obliguen a ocultarme
Cada mañana saldré
Brillo, sé que venceré"
La letra surgió nada más aparqué aquí. Las emociones estaban tan vivas que solo necesité coger un lápiz y comenzar a escribir. Sonará cliché, pero en la vida me había sentido tan inspirada.
"De todas, la flor más hermosa
En medio de la colina meciéndose con el viento
Ni la tormenta más fuerte
Lograra apagar esa llama que dentro de esta encendiendo"
El coro se repite y no dudo en cantarlo, bueno más bien no dudo en gritarlo.
"No dejes de volar, no, por favor
Tú eres libre y poderosa
Y aunque cada tarde te obliguen a ocultarte
Cada mañana saldrás con luz propia"
No entiendo por qué llegué a sentirme así, por qué dudé de mí misma siquiera un segundo. ¿Aceptar algo que no quiero? Jamás. Sobre mi cadáver.
"Yo decido qué hacer, cómo, cuándo, dónde
Nada pueden hacer, ellos no me conocen
Y aunque cada tarde me obliguen a ocultarme
Cada mañana saldré
Con mi propio brillo, sé que venceré"
Soy autónoma y capaz de decidir sobre mi ser. Mis acciones son mías y de nadie más.
Cuando llegue la tarde y el sol se esconda no importará si no le agrado al mundo, si no me quieren ver porque no soy lo que ellos decidieron que tendría que ser ese día; estoy más que segura de lo que soy, de la música que quiero hacer y de las letras que deseo escribir.
Ahora sé reconocer el brillo que emana de mi ser y nada ni nadie cambiará mi opinión. Ni hoy, ni mañana, ni en mil millones de años.
