SEVEN. Capítulo XXX

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Cuando JiMin llegó a su casa, lo hizo dispuesto a recuperar a su delta y él mejor que nadie sabía cómo era YoonGi, lo que le gustaba y lo que no.

- ¡Has tardado mucho! ¡Me estaba asustando!- dijo YoonGi.

- ¡Deja de tratarme así! ¡Me estresas!- dijo JiMin, de mal humor.

No le gustaba nada pelear con YoonGi, pero en mitad de una pelea consiguió mantener la relación que antes tenían. Quizás en mitad de otra podría hacerle entrar en razón. No parecía nada lógico, ni normal. Pero su relación nunca lo fue.

- ¡Sólo trato de protegerte!

- ¿Olvidas quien es el alfa de la relación?- preguntó JiMin y vio una mirada oscura en YoonGi- ¡Por si lo habías olvidado soy yo y no tú!

- ¿Otra vez con esa mierda?- preguntó.

- Bueno, en todas las relaciones tiene que haber un alfa- dijo JiMin- en el caso de NamJoon y HaNeul, es obvio que es NamJoon. En el caso de TaeHyung y JungKook, es obvio que es TaeHyung. Y en nuestro caso, soy yo… sumiso. Ahora hazme la cena, me voy a duchar.

- Que te jodan.

JiMin le miró. YoonGi había hablado con aquella voz que parecía la suya, aquella voz que hacía que se enamorara de él día tras día y que le llevaba al orgasmo cuando estaban en la cama.

- ¿Cómo dices… sumiso?- preguntó JiMin, acercándose a él.

Por toda respuesta, YoonGi le abofeteó con tanta fuerza que sintió la sangre en su labio. Sonrió y miró a YoonGi.

- ¿Quieres tomar el poder?

- Siempre lo he tenido- dijo YoonGi.

Aquel era su Min YoonGi, lo notaba. Le empujó con fuerza y YoonGi le tomó de las muñecas para volver a golpearle, gesto que JiMin devolvió.

- Bastardo- masculló YoonGi, antes de besarle.

JiMin le fue empujando, en mitad de aquel beso, hasta la entrada de la casa, abrió la puerta y se quedaron en el marco, junto entre la salida y la entrada.

De pronto, YoonGi rompió el beso, volvía a ser aquella persona cobarde, aquella persona que no era el delta de JiMin y eso a JiMin no le gustaba. Le empujó con fuerza contra el marco de la puerta y golpeó justo sobre su cabeza.

- ¿Quieres joderme y ni siquiera eres capaz de salir a calle?- preguntó JiMin, con sorna. YoonGi le miró, se centraba única y exclusivamente en él- si quieres joderme… si quieres tomar el control, tendrá que ser aquí…

- Aquí…

JiMin le abofeteó.

- Cobarde… y sumiso.

YoonGi le empujó contra el lado contrario del marco de la puerta y JiMin se golpeó la parte posterior de la cabeza. Sintió las manos de YoonGi en su pantalón y la mirada del chico fija en él.

- Sin miedo…- dijo JiMin- hazlo…

- Pero tú… si nos ven los demás…

- ¿Y eso no te pone?- preguntó JiMin, agarrando el miembro de YoonGi- vamos, ¿no te excita que te vean follarte al hijo del líder?

YoonGi sonrió, quitó el pantalón al chico y le subió sobre su cadera. Se estaban metiendo en un lío, pero le daba igual, si así ayudaba a YoonGi, a él le daba a igual todo lo demás.

Sintió como su entrada lubricaba tal como lo haría la de un omega y lo siguiente que notó fue el miembro de YoonGi en lo más profundo de él. Se sujetó al marco de la puerta y a la espalda de YoonGi y el chico le embistió con fuerza.

- Eso es… así… cógelo… cógelo todo…

YoonGi penetró con fuerza a JiMin, justo en aquel punto donde más le gustaba y, a medida que alcanzaban el orgasmo, sentían como un velo en sus cabezas iba bajando, dando lugar a pensamientos, sentimientos y deseos que no sabían que tenían.

YoonGi rasgó la camiseta que JiMin llevaba y, resbalando por el marco de la puerta, cayeron al suelo y alcanzaron el orgasmo.

- Lo siento- fue lo primero que dijo JiMin nada más correrse- no pienso que seas un cobarde y un sumiso… pero pienso que algo te pasa y…

- ¿Me sobornaste con sexo?- preguntó YoonGi, decepcionado.

- Estoy asustado. Tienes de salir de casa y dejar esos pensamientos.

- Yo sé que no son… normales…

- ¿Quieres que salgamos a dar un paseo?- propuso JiMin- podríamos vestirnos y…

- No.

El chico se levantó y entró en la casa. JiMin se quedó allí y no pudo evitar llorar. No sabía que iba hacer con YoonGi.


JungKook, por su parte, llegó a casa, se duchó, cenó y se sentó a leer un libro, poco después llegó TaeHyung quien se acercó a darle un beso.

- Apestas a omega…- dijo, olisqueándole- MinJae…

- Lleva siendo mi compañero desde que YoonGi está… bueno, desde que no puede venir…

Se miraron a los ojos y se hizo un silencio incómodo.

- Me iré a duchar.

Cuando TaeHyung salió de la ducha, JungKook estaba completamente rendido en su lado de la cama. Se tumbó y, abrazándole, se quedó dormido.

La mañana siguiente, trascurrió del mismo modo. Se despertó temprano, antes de que sonara el despertador y, en lugar de besar y acariciar a su marido, se quedó allí, sin hacer nada, mientras que JungKook esperaba ser deseado por el hombre con quien se casó.

Como cada día, salieron a trabajar sin apenas despedirse, pero algo sí cambió ese día: MinJae.

- ¡He estado pensando en lo que dijiste ayer!- dijo MinJae- quizás deberías despejarte un poco de lo que te ha pasado, salir a cenar y volver pronto a casa. Luego hablas con JungKook y seguro solucionáis un poco vuestros problemas, ¿qué te parece?

TaeHyung lo pensó un momento, MinJae le proponía un cambio de aires e iba a regresar pronto a casa. Sí, quizás era lo que necesitaba.

- Me vendrá bien sí. Llamaré a JungKook para que no se preocupe.

Decir que JungKook se tomó la noticia a malas era una falacia, lanzó su teléfono al aire y luego una flecha, lo atravesó.

- Y esa, cadetes, es la puntería que el reino espera de ustedes- dijo JiMin, ante la mirada atónita de los cinco chicos.

JiMin cogió a JungKook de un brazo y se lo llevó a un lado.

- ¿Qué te pasa?

- ¡TaeHyung es lo que me pasa!- dijo, apretando los dientes- ese maldito alfa…

- Que…

- ¡Se va a ir esta noche con MinJae!

- ¿Qué?

- ¡Se va a ir a cenar con MinJae!

A JiMin le hubiera gustado decir que sólo era una cena sin importancia, pero conocía los sentimientos de MinJae porque YoonGi se lo había contado. También sabía que MinJae no se metería en medio de un matrimonio, pero sí lo haría sabiendo que no eran felices y ahora JungKook y TaeHyung no estaban en su mejor momento.

- JungKook, escúchame… TaeHyung te ama y MinJae va a hacer cualquier triquiñuela para que tú dudes o te enfades… pase lo que pase esta noche… ten cuidado con MinJae. Te lo repito, ten cuidado con MinJae, no con TaeHyung. ¡No cometas ningún error con tu marido, por favor!

JungKook volvió pisando fuerte al área de entrenamiento.

- ¿Podemos hacer algo por usted?- preguntó Kai, con nerviosismo. Era bien sabido que se ponía histérico cada vez que tenía que hablar con JungKook o con alguien de manada del chico.

- Aun no podéis matar a nadie- dijo, sin medir el impacto de sus palabras.

- Puede- dijo TaeHyun- pero lo haremos si usted está en peligro.

JungKook los miró.

- Usted ha ayudado a salvar este reino…- dijo YeonJun- y ahora está aquí entrenándonos como si nada. La lealtad para nosotros es fundamental y nosotros le somos leales.

- Pones demasiada lealtad en mi sólo por tratar de matar a una persona que quería matar a mi marido- dijo JungKook.

- Usted sabe que mató a muchas personas- dijo YeonJun.

JungKook le miró y estuvo a punto de preguntar, pero no lo hizo. YeonJun se veía abatido.


Esa tarde, JiMin llamó a NamJoon contándole lo que JungKook le había dicho sobre MinJae.

- ¿No puedes hacer nada?- preguntó NamJoon- ahora mismo TaeHyung y JungKook están en una situación…

- ¡Entiendo los problemas!- dijo JiMin- pero yo no puedo quitar a MinJae de su cargo.

- ¡Tu padre sí puede!- dijo NamJoon.

- NamJoon, estamos hablando de MinJae. Es un soldado condecorado. En la guerra ejerció de líder del clan. Él es el líder del ejército del clan Park… no puedo ir al despacho de mi padre y decirle ¿qué?

- ¡Lo va a entender!

- Sí, mi padre lo va a entender, pero no va a poder hacer nada. Después del señor Jeon, la persona con más autoridad en este clan es MinJae.

NamJoon resopló.

- Como se meta en medio y, por su culpa JungKook y TaeHyung… te juro que le mataré- dijo NamJoon y, con enfado, colgó el teléfono.

JiMin se replanteó las cosas y entró en la habitación que compartía con YoonGi. Allí encontró a su pareja. Había limpiado toda la casa, había puesto orden y ahora el chico estaba en ropa interior, leyendo.

- TaeHyung se muere- soltó- y no es el único. JungKook y Hoseok también. Lo que esa bruja os hizo… nos hizo, les está afectando.

Le hizo un breve resumen de todo lo que había hablado con NamJoon en los últimos días y YoonGi se quedó en shock.

- YoonGi…

- Vuelve a contarme la historia… pero completa… empezando desde que MiYoung nos hechizó a Hoseok y a mí. Sé que tú la sabes.

JiMin le miró y comenzó a hablar y, mientras ellos dos se ponían al día, MinJae había llevado a TaeHyung a un restaurante privado y, una vez allí, los sentaron en un reservado donde nadie los vería.

- He pedido esta zona con la excusa de que hablaríamos de trabajo, así la gente no hablaría y también supuse que estarías más tranquilo, lo que menos necesitas es el agobio de la gente.

- Te lo agradezco- dijo, quitándose su chaqueta.

- ¿No la vas a usar?- preguntó MinJae, señalando la chaqueta del alfa- es que… tengo frío y la mía la rompí.

- ¡Póntela!- dijo, sin darle importancia.

- Gracias.

MinJae se puso la chaqueta del alfa y se sentó junto a él. Comieron hablando del trabajo y, en el postre, MinJae se atrevió a abordar el problema con JungKook.

- Bueno, cuéntame tu problema con Jungkook, si quieres- le puso una mano en la pierna- sabes que puedes contarme cualquier cosa.

- Creo que las heridas le marcaron más de lo que quiere mostrar- dijo- apenas hablamos… mi celo lo pasé solo…

- ¿Sólo?

- Sí… en el bosque… fue horrible… no le culpo…

- ¡Era su deber ayudarte!

- Sus heridas…

- ¿Seguía herido?

- No… pero…

MinJae se acercó más a TaeHyung.

- TaeHyung, yo conozco a JungKook y sé la vida que ha llevado y me alegro de que haya cambiado por ti… aun cuando todo el mundo decía que era imposible que se centrara sólo en un alfa, tú lo conseguiste. Pero hay cosas que los omegas deben hacer por sus alfas. Tú mereces un omega así, que se desviva por ti- le acarició el pecho- un omega que no tenga miedo a entregarse a cada momento a ti- le acarició el mentón- no solo en cuerpo, sino en alma- un omega como…- hizo que TaeHyung girara su cabeza para mirarle, tenía la boca del chico a escasos milímetros- un omega como…- giró la cabeza para besarle.

- Como JungKook- terminó TaeHyung con voz firme.

MinJae abrió mucho los ojos y se separó de él de forma drástica. TaeHyung carraspeó y se levantó.

- Son pasadas las diez, no me gusta dejar a JungKook tanto tiempo solo, menos en su estado.

MinJae miró hacia su plato de postre y las lágrimas surcaron su rostro.

- Seguro que hay alguien para ti, MinJae- le dijo.

- Ya… llevo enamorado de ti desde que te vi.

Se quitó la chaqueta y se la dio a TaeHyung.

- Eres un buen chico, pero entiéndelo, yo no podría vivir sin JungKook. Él realmente me tiene atado, si algo le pasara yo no sobreviviría. No puedo estar en un mundo donde él no esté. Sé que algo le está pasando y siento que algo dentro de mi está muriendo. Yo no sé qué va a ser de mí. Si no superamos esto…

MinJae le miró fijamente y vio como el amor de su vida salía por la puerta del restaurante parándose solo para pagar la cuenta.

El soldado esperó sólo unos segundos a que TaeHyung saliera mientras las palabras del chico resonaban en su mente “Él realmente me tiene atado, si algo le pasara yo no sobreviviría. No puedo estar en un mundo donde él no esté. Sé que algo le está pasando y siento que algo dentro de mi está muriendo. Yo no sé qué va a ser de mí. Si no superamos esto…” algo parecía cobrar sentido en su mente y, a medida que aquella posibilidad cobraba fuerza, más miedo sentía. Se levantó de la silla y salió corriendo de allí, pero no tras TaeHyung, sino hacia la biblioteca del reino.

Herd - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora