𝐓𝐌𝐍𝐓 «one shots»

#11 Padre | Leonardo

Pov's __

Con tan solo mis dieciocho años recién cumplidos festejamos la gran azaña conocida como mi primera borrachera.

No solo hicimos una fiesta, es la fiesta.

Tener que rogarle al director para poder usar el auditorio no fue fácil, falta poco más de un mes para dejar la escuela pero queríamos que está fiesta fuese inolvidable. No solo usamos el auditorio, usamos toda la escuela ya que bueno tampoco es muy grande que digamos pero si nos dió trabajo. Comenzamos decorando todo muy elegante porque está fiesta sería de gala, elegante y sexy a la vez sin perder ese toque glamuroso.

La decoración quedó genial, no la hice yo así que creo que por esa razón parece que alguien profesional lo hizo. Ya el viernes terminamos todas las actividades y nos encaminamos a casa de April para poder llegar juntas. La noche fue genial ya que platicamos un buen rato pero no dormimos tarde esa noche.

Al día siguiente, sábado, nos levantamos temprano para comprobar que todo estuviera en orden y funcionará, arreglar lo que necesitará ser arreglado; Salimos de allí casi a la una de la tarde, corrimos a vestirnos, maquillarnos y todo lo necesario. Agradezco decidir bañarme en la escuela porque en casa de April habría sido un alboroto, solo tiene dos baños y somos ocho chicas que estan de aquí para allá.

Se nos fue el tiempo, la hora marcaba las cinco y nosotras gritabamos, pasamos cosas unas a las otras hasta que a las seis todas estábamos listas, brillando más que el sol y quemando el piso con cada paso que dábamos.

Nos largamos en el auto de Chad y otras en él de Jones, llegamos y nos separamos en mi caso para buscar algo de tomar ya que me moría de sed. Ponche adornando la mesa y mucho alcohol en este mismo, me serviría un vaso sin saber que más tarde llevaría muchos más de lo que mi cuerpo puede soportar. La música azotaba mis tímpanos haciéndome bailar, unas manos tomaban mi cintura mientras yo movía mis caderas.

En algún punto la música dejo de sonar en mis tímpanos para ahora pasar a sentir la voz del chico en mis espaldas —¿Quieres venir conmigo a divertirte?

Asentí.

Nos largamos de allí a quién sabrá dónde, no sabía que hacía pero daba igual porque estaba por perder mi virginidad y bueno eso talvez era algo bueno en ese momento.

Nos subimos a un carro que nos llevo a alguna dirección, su mano tocaba mis muslos apretandolos con fuerza y  sus labios tocaban los míos con ansías.

Le pagó al conductor y nos bajamos, entramos a lo que parecía un apartamento sin saber muy bien como llegué allí. El chico no podía meter la llave, me di cuenta de que estaba tan ebrio como yo y que mañana no recordariamos nada de esto.

Una vez dentro comenzamos a quitarnos la ropa para que una vez sin está empezáramos con el sin respeto. Me cargo hasta una cama.

Sus manos viajaban por mi cuerpo mientras su lengua lamia una paleta también conocida como mi punto más débil.