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Capítulo.20

Era una noche ordinaria hace siete días. La luna estaba llena cuando la tenue luna blanca cayó sobre el piso de concreto iluminando el camino igualmente tenue.

Esta villa estaba ubicada en los suburbios, lejos del corazón de la ciudad, por lo que era difícil ver las brillantes luces y la bulliciosa escena de la ciudad. Unas pocas luces iluminaban el lugar mientras solo se oían las cigarras en medio del silencio.

Este era un lugar perfecto para tener una cita secreta con un amante. Este también era un lugar perfecto para cometer un asesinato. ¿No es así?

Seguí a mi esposo aquí. Leí los mensajes de chat de mi esposo y el amor de la infancia. Parece que habían planeado pasar una noche 'maravillosa' aquí esta noche ... o eso pensaban.

Hoy, puse un exceso de la droga en la comida de mi esposo y luego busqué una excusa para tomar su frasco de medicina. Aparentemente tenía prisa por encontrarse con el amor de la infancia, que ni siquiera parecía sospechar de mí.

Cuando se fue, yo también conduje un auto para seguirlo. A mitad de camino, parecía haber notado el auto que conducía, y deliberadamente dio la vuelta para sacudirme. Sin embargo, eso no fue útil porque ya sabía a dónde conducía.

De hecho, ya he estado en esta villa muchas veces. Aquí fue donde mi esposo y yo pasamos nuestra luna de miel. Todavía recuerdo que discutimos cuando vinimos aquí. A la mañana siguiente, vi la cálida luz del sol asomando a través de la niebla.

Pero este lugar se convirtió inesperadamente en un paraíso para su aventura.

Estacioné mi auto al costado del camino y usé la luz de la luna para ver bien la escena. Mi esposo estacionó su auto, metió las manos en los bolsillos y entró en la villa. Luego se encendieron las luces del primer piso de la villa. Después de eso, otro auto deportivo carmesí se detuvo en la puerta de la villa y salió el amor de la infancia. Al igual que lo previsto, llevaba una bolsa de fruta en la mano.

Calculé que mis posibilidades de éxito esta vez serían del 81,1%.

Por un momento observé sus figuras en el primer piso de la villa como si estuvieran discutiendo algo. Luego, mi esposo pareció acercarse a él para tener relaciones sexuales. En consecuencia, apagaron las luces en el primer piso y fueron al segundo piso.

Cuando la luz del segundo piso estuvo encendida durante bastante tiempo, tomé algo, bajé del auto y usé mi llave de repuesto para abrir la puerta y entrar. La habitación estaba oscura, así que encendí la linterna. Lo dejé especialmente sobre la mesa y descubrí que mi esposo ya había comido la fruta.

Había una gran posibilidad de que tuviera éxito. Pensé.

Apagué la linterna y me dirigí hacia el segundo piso. Hice todo lo posible para hacer el menor ruido posible, pero no pareció importar ya que el sonido de sus cuerpos colisionando en medio del sexo eclipsó por completo el sonido de mis pasos.

Finalmente encontré la habitación donde estaban teniendo sexo y los miré en silencio desde la puerta.