Pergamino 4

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Arreglo un poco más mi cabello y en mi meñique izquierdo coloco el listón azul que me dio Hashirama, ésta noche sería la fiesta que nos preparó para que conociéramos a nuestros próximos carceleros.

— Bueno, supongo que hasta aquí llegó el misterio de nuestros futuros maridos.

Suyen coloca su listón morado, el ánimo en general es depresivo. Todas estamos resignadas a estar con alguien que no queremos.

— No sé porque hace una fiesta si no hay nada qué celebrar.

— Al menos él trata de hacernos sentir cómodas.

Kiki toma una manzana del frutero, hace días que llegó la nueva encargada de nuestro cuidado, es una mujer mayor y estricta pero que al menos no nos trata como basura. Hasta donde sabemos Akina recibió su castigo y ha quedado señalada como una especie de traidora.

—¿Escucharon los rumores? Dicen que el hermano de Hashirama-sama también participará en los matrimonios — Fuyu baja la voz.

—¿Enserio? Pensé que lo casarían con una Uzumaki.

— No, como el líder ya tomó a una por esposa ahora a su hermano le toca tomar a una Uchiha.

—¿Cuántos hermanos tiene Hashirama-sama?— pregunto temiendome la respuesta.

— Vivos sólo uno.

— Yo ya lo he visto, es un hombre albino con cara seria.

Dejo caer la peineta, ya sabía que me tocaba casarme con el hermano de Hashirama pero no pensé que sería precisamente ése sujeto.

—¿Narradora te pasa algo?.

— N-No nada.

— Ha de estar nerviosa, no te preocupes Rumiko yo también lo estoy.

Vuelvo mi vista al listón y pienso que sería mejor matarme de una vez antes de que él lo haga, nada irá bien, yo ya  conozco éste cuento.

— Ya pueden salir, las están esperando.

El chico se va y todas suspiramos con resignación, de una en una vamos saliendo de la recámara y seguimos a las demás mujeres. El patio y el jardín están adornados con bellas lámparas de papel.

En el centro hay una fogata que ilumina todo el lugar y múltiples mesas se despliegan a lo largo del espacio. Bocadillos y bebidas típicas se sirven en ellas, un grupo de músicos anima el ambiente.

Pero apenas aparecemos nosotras y todos se callan, sus miradas son tan fuertes y sus comentarios tan groseros que de una u otra forma acabamos relegadas a una esquina del lugar.

He procurado esconder mi meñique con la esperanza de aplazar más tiempo hasta que el albino se entere que yo seré su esposa.

De por ahí escucho comentarios de mujeres que ya encontraron su listón gemelo y su posterior decepción por ver al portador. Dos niños pelirrojos se nos acercan para atendernos.

Para nosotras la velada es aburrida, los Senju nos ignoran en la medida de lo posible mientras que entre ellos platican y se sacan a bailar, incluso aquellos que tienen un listón están coqueteando con mujeres de su Clan.

—¿Estás bien Ohara?— le pregunto.

— Sí, es sólo que ya encontré a mi pareja.

—¿Quién es?.

— Aquel de ojos amarillos.

Lo ubico entre la multitud, con un largo cabello azul y ojos amarillos, está coqueteando con una mujer morena y ella le corresponde en sus insinuaciones.

La Primera ViajeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora