Pergamino 10

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Me había pasado toda la noche cuidando del desconocido, su ropa estaba intacta sin embargo al momento de examinarlo con detenimiento me di cuenta de los moretones, huesos rotos y partes despellejadas, era evidente que había tenido una pelea.

Al menos la fiebre le había bajado y su piel aunque muy pálida se veía saludable. Le tuve que quitar el kimono para vendarlo y  curarlo, lo agarre de la silla dónde se encontraba para ver más de cerca la luna bordada.

No recordaba ningún Clan con ése emblema, aunque bueno no es que conozca todos. Sólo reconozco al Clan Hyūga, Uchiha, Senju, Kitamura, Sarutobi, Kaguya, Uzumaki y Nara, miro fijamente al joven intentando guiarme por sus rasgos pero tampoco obtengo gran cosa.

— ¿Todavía no despierta?.

Hashirama y Tobirama pasan al pequeño cuarto, ambos con sus armaduras.

— No, está agotado y al parecer quedó desecho después de una pelea.

— Quién sea que haya sido tiene un buen nivel de taijutsu.

El moreno se acerca y lo mira minuciosamente.

— ¿Sabemos de qué Clan es?.

— No, su kimono tiene un emblema pero no lo reconozco.

Le paso la prenda a Hashirama y éste la examina, mi esposo se le une al análisis pero sus caras me dicen que ellos tampoco saben de quién es.

— Es raro, no lo reconozco pero éste chico no parece venir de muy lejos.

— No es de los alrededores, ni siquiera de los Clanes del desierto.

Tobirama se mueve frustrado por no obtener nada, llega a mi lado y toma mis hombros.

— Debes estar cansada, vamos para que duermas un poco.

— Pero...

— Tranquila Rumiko, él no despertará pronto y si lo hace, bueno Tobirama y yo estamos aquí para detenerlo en caso de que intente cualquier cosa.

— Vamos Rumiko.

Salimos del cuarto topandonos con Mito en la entrada, también se ve cansada pero sigue manteniendo su porte y elegancia.

Tobirama me acompaña y me ayuda a desvestirme para acostarme a dormir, no fue una noche fácil y agradezco tener a alguien que me ayude a sólo llegar y echarme en la cama sin preocuparme por lo demás.

— Duerme Rumiko, yo velaré tu sueño y alejare todo peligro de ti.

Tobirama sigue susurrando mientras acaricia mi cabello, su acción me arrulla y me quedo dormida más rápido de lo que me esperaba.

                                 🌸

Cuando despierto el cielo ya está oscuro y nerviosa prendo una vela que tengo en mi buro. Una mano agarra la mía y grito con todas mis fuerzas.

—Tranquila soy yo.

—Dios, me diste un buen susto.

— ¿Le temes a la oscuridad?.

Asiento avergonzada, siempre procure que nadie se diera cuenta. Las personas suelen burlarse y quedas tachada como una cobarde.

— Me lo hubieras dicho antes, así podría haber hecho alguna lámpara para que la prendieras rápido.

— ¿No te importaría?.

—Claro que no, si tu estás cómoda...

Me levanto pero de inmediato me doy cuenta de mi error porque me mareo y me siento en el borde de la cama. Tobirama agarra mi cara entre sus manos.

La Primera ViajeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora