Pergamino secreto de Konohagakure

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Hiruzen Sarutobi le daba vueltas a la cajita que tenía en su mano, cada vez estaba más seguro de entregarla pero se sentía intranquilo. ¿A qué enemigo se refería Rumiko-sama? Sabía que ellos habían peleado contra alguien poderoso pero ni sus maestros ni su padre quisieron decir contra quién, hubo un tiempo en el que creyó que ni ellos sabían con quién se habían enfrentado.

Estuvo a punto de darle el collar a Itachi Uchiha pero las cosas rápidamente se fueron a pique, después había pensado en Tsunade Senju pero su alumna no quería saber nada de la Aldea, finalmente estaba ella.

Había algo, sus ojos decidió, su expresión es igual a la de Rumiko-sama. Hiruzen sabía que había cosas que no comprendía, llegó a pensar que ella no era de éste mundo.

Vio como su maestro Tobirama Senju se hundió en el dolor de la pérdida, como llegó a crear un jutsu infame con el único propósito de volver a ver a su amada esposa. Muy en el fondo sabía que probablemente su maestro se dejo ganar por los hermanos de Oro y Plata.

- Viejo hemos acabado la misión-ttebayo.

El equipo 7 entró en su oficina, sonríe al pensar que Kenji-sama era tan diferente a su bisnieto. Claro que todas las personas con las que Hiruzen creció ya habían muerto.

- ¿Cómo les fue en la tierra de las olas?.

- Nos debe una anciano, si no hubiera sido por mí todos hubiéramos muerto-dattebayo.

- Callate perdedor.

Sasuke Uchiha descendiente de Issey Uchiha, había heredado ésa forma de esconder sus sentimientos con comentarios toscos. Había escuchado que ella solía ser más cálida pero la muerte de su marido volvió su corazón de piedra.

- Aquí está el reporte de la misión Hokage-sama.

- Gracias Kakashi, ya pueden retirarse buen trabajo.

- Iré a buscar a Iruka-sensei ¿vienes Misaki?.

- Yo tengo que ir a mi casa.

- Misaki espera.

Hiruzen se levanta de su asiento bajo la atenta mirada de los presentes.

- Tengo que hablar contigo.

- Nosotros nos vamos.

Kakashi saca a rastras al resto del equipo pese a las protestas del rubio.

-¿Pasa algo Sarutobi-sensei?.

- Ten, es un regalo por tu buen desempeño en la misión.

La chica abre la cajita sacando un collar de piedra roja.

- Es hermoso, muchas gracias Sarutobi-sensei.

Hiruzen sonríe y deja marchar a la niña, sale del edificio y va cerca del centro de investigación recordando aquella época en la que ése lugar era un invernadero.

La Aldea había cambiado mucho ya casi no quedaba nada de lo que él recordaba, con un tazón de fruta se acerca a un árbol.

- Te he traído tu favorita Miki.

Una ardilla baja corriendo por las ramas hasta alcanzar una porción.

La Primera ViajeraWhere stories live. Discover now