Pergamino 7

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— Rumiko ¿Qué haces todavía aquí? Ya es tarde.

Hashirama sostiene una vela y bosteza mientras se sienta enfrente de mí. Estoy en el cuarto de té decidida a quedarme a dormir aquí, su hermano ha pasado toda la semana poniendo un grillete en mi muñeca. No importa lo que haga pero siempre lo logra, hoy decidí que la mejor manera de evitarlo es si no voy a la habitación.

— Debes dormir, vamos yo te acompaño a tu cuarto.

—¡No!.

Mi miedo es evidente y Hashirama se espabila de inmediato, su expresión se torna seria y se vuelve a sentar.

— ¿Tengo que enterarme de algo? ¿Tobirama te hizo enfadar?.

— No... Es sólo que no tengo sueño.

— ¿Qué es lo que te preocupa?.

<Que su hermano me ataque durante la noche>.

— ¿Ha sabido algo de mis compañeras?.

— No, hasta dónde sé todo va bien.

Lo creería si a todas les hubiera pasado lo que a Fuyu, de verdad me hizo pensar que al final el amor a primera vista sí existe.

— Pero hay algo que no te convence, ¿Qué es Rumiko?.

— Las diferencias y todo los problemas que han tenido los Clanes, no es algo que se olvide de la noche a la mañana.

— Confío en que son cosas que se irán solucionando pronto, el Clan Uchiha llega en un par de semanas, no a vivir completamente como tal pero ya a ver dónde establecerse.

— Pensé que tomaría meses.

— Y los va a tomar, primero tienen que ver el terreno, luego diseñar sus casas y luego la construcción, sin mencionar el traslado.

— ¿Entonces quién y quién viene?.

— Madara y algunas familias de alto rango, entre ellos la tuya Rumiko.

Por fin veré a Issey, nunca pensé que la extrañaría tanto.

— Gracias Hashirama-sama.

— No me des las gracias, no estoy haciendo nada fuera de lo ordinario— sonríe como siempre— Bueno ya que has decidido no dormir, ¿por qué no me cuentas una historia?.

Me río suavemente y me acomodo en mi lugar.

—¿De qué le gustaría escuchar?.

— Lo que sea está bien, la noche es larga.

— Bueno pero le advierto que no será una historia muy feliz. Había una vez un afortunado hombre, Edmundo Dantés. No había recibido mucha educación pero era muy hábil en su trabajo y la vida le sonreía a cada paso que daba, pero sus bondadosos ojos no veían la envidia que le tenían personas cercanas a él.

Hashirama recarga su barbilla en sus manos mientras le relato El Conde de Montecristo. Una historia muy larga pero interesante, apenas voy en la parte del arresto de Edmundo cuando la puerta se abre de par en par.

El ruido me asusta pero la persona parada en el marco me aterra. El albino me fulmina con la mirada pero trata de controlarse más que nada por su hermano.

— Aniya...

— Tobirama, ven sientate, Rumiko me estaba contando una historia muy interesante.

— Creo que será en otro momento aniya, MI esposa y yo tenemos una conversación pendiente

Mentira, quería decirle a Hashirama que no era cierto pero por su cara sabía que si le decía me iría peor. El moreno sólo suspiro y me ayudó a levantarme.

La Primera ViajeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora