quince

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RÁPIDAMENTE PUSIERON en marcha el plan que habían elaborado, el Gobierno les facilitó las camionetas suficientes para poder desplazar a todos hasta el hotel. Karasuma iba de copiloto echándole una mirada disimulada a su ahijada de vez en cuando. Natsuki se mantenía impasible, sin embargo su pierna derecha se movía con nervios bajo la falda larga que llevaba.

Cuando las camionetas pararon en la ladera de la montaña todos bajaron con rapidez observando lo que tendrían que escalara a continuación.

— Sin contar a los diez enfermos y a los dos que se han quedado cuidándolos, todos los demás debéis infiltraros por este lugar, coger por sorpresa a los que se encuentran en el último piso y robarles el antídoto.

— Es muy peligroso, dadas las amenazas está claro que nos enfrentamos a asesinos profesionales.— Le dijo Karasuma a Koro-sensei, Natsuki y su padrino intercambiaron miradas.

— Sí, es posible que acabemos antes si me entregas. ¿Qué le parece? La decisión es suya.— Contestó Koro-sensei.

Dejando la conversación, Natsuki le tendió su móvil a Karma para que lo guardase y aferrándose a una roca comenzó a trepar.

— Nat, ¿vas a trepar? ¿Con esas sandalias?— Natsuki lo miró por encima de su hombro con seriedad.— ¿No quieres que te lleve a mis espaldas?

— No, peores cosas he trepado con estas sandalias.— Karasuma carraspeó como llamada de atención pero Natsuki lo ignoró y comenzó a trepar con apuro. El azabache la miró unos segundos y suspiró sabiendo que la dulce adolescente ya no estaba entre ellos ya que había sido remplazada por la agente Watanabe.

Llegar a la cima para algunos fue una completa tortura, ya fuese por sus habilidades de escalada o por cargar a otra persona como fue el caso de Tadaomi con Irina. Todos se derrumbaron en el suelo recuperando el aire en cuanto llegaron a la cima. 

Natsuki los esperaba con impaciencia a que se recompusiesen. Cerró los ojos y suspiró intentando mantenerse serena, debía tener el control absoluto de todas sus acciones y no dejarse llevar por el estrés del momento si quería que todo saliese a pedir de boca.

— Sé que estáis cansados, pero no es momento de hacer paradas.— Dijo la pelinegra tirando de Karma para levantarlo del suelo.

— ¿Acaso tú no lo estas?— Cuestionó Terasaka entre bocanadas de aire. Natsuki no constestó.

— Ritsu, verifica otra vez nuestra ruta de infiltración.— Pidió Karasuma mientras se escondían tras unas vallas cerca de la entrada trasera del hotel.

Ritsu mostró los planos del hotel en el móvil del adulto:— No podemos usar los ascensores porque requieren una tarjeta de identificación para cada piso. Tendremos que subir por las escaleras, pero serpentean a través de todo el hotel.

— Joder...— Se quejó Natsuki rodando los ojos, tenían el tiempo en contra y lo último que necesitaban era un tour por el lugar.— Ni que fuera un estudio de televisión.— Chiba asintió dándole la razón al entender a qué se refería.

En cuanto la entrada de servicio estuvo vacía, Ritsu la desbloqueó y todos accedieron al edificio con sigilo. Aunque las cosas se complicaron al llegar al vestíbulo, que estaba lleno de guardias de seguridad.

— Hay más guardias de los que esperábamos.— Susurró Tadaomi asomándose por la puerta.

— ¿Alguna idea?— Preguntó Natsuki asomándose también. Irina sonrió y entonces pasó por al lado del dúo.— ¿A dónde demonios vas?— Le susurró con urgencia a la rubia.— Mierda.— Karma tocó el hombro de la chica intentando calmarla. Natsuki lo miró y luego volvió su vista a la rubia, lo que la hizo sonreír al ver la maniobra de distracción que Irina estaba ejecutando.

hit and run ▭ karma akabaneWhere stories live. Discover now