Capítulo 4

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Chica contemplaba aquella libreta que reposaba en manos de Bonnie, sabía que ahí estaban escritos los nombres de muchas personas, de muchas mujeres que sufrieron el mismo destino que ella. En realidad, no estaba interesada en saber cuántas mujeres cayeron en las mentiras de El Conejo Promiscuo, sin embargo se quedó y prestó atención a las palabras de Bonnie.

—Señorita —comenzó a explicar el pelimorado—, éste es el catálogo de todas las bellas que ha amado mi jefe —ojeó la libreta sin pausar su explicación—. ¡Es un catálogo que yo mismo he hecho! —agregó orgulloso—. Observad y leed conmigo —dijo y seguidamente tomó asiento en unas escaleras—, ven a observar y a leer conmigo —invitó a la rubia, mirándola, y esta se acercó y se sentó a su lado— En Italia seiscientas cuarenta, en Alemania doscientas treinta y una, cien en Francia, en Turquía noventa y una, pero en España... en España son ya mil tres.

—Increíble —dijo Chica sorprendida, mirando la libreta.

—Mil tres —prosiguió Bonnie su relato—, hay campesinas, camareras, ciudadanas, hay condesas y baronesas —se levantó—, marquesas, princesas ¡mujeres de toda condición, clase y edad! Hasta me lo sé de memoria: en Italia seiscientas cuarenta, en Alemania doscientas treinta y una, cien en Francia, en Turquía noventa y una ¡pero! —se detuvo en seco— Porque siempre hay un "pero"; en España son ya mil tres —añadió acercandose despacio a Chica por detrás.

—¡Aléjate de mi! —exclamó molesta notando las intenciones de Bonnie, para después aventarle la libreta y alejarse rápidamente de él.

—Con las rubias como tú —continuó diciendo mientras la seguía—, él acostumbra a alabar la gentileza —sonrió levemente—, con las morenas ¡la conciencia! De las blancas la dulzura. Pero en invierno prefiere a las regordetas y en verano a las delgaditas —seguía contando, mientras Chica lo miraba molesta—. Una mujer alta... —dijo con un aire dulce estirando los brazos—... es majestuosa —tomó a Chica de los hombros—. Las menuditas siempre son bonitas, a las mujeres viejas, él las conquista sólo por el placer de incluirlas en esta lista —señaló la libreta—, pero su pasión predominante son las jóvenes principiantes, a él no le importa si es pobre o rica, si es fea o es bonita, con tal de que lleve falda —dijo esto último agarrando la falda de Chica para después cuidadosamente acercarse más a ella. Ésta iba retrocediendo a medida que Bonnie se le acercaba, acorralandola en una pared—, ya sabéis vos lo que hace.

Chica se encontraba confundida y sin saber como actuar, Bonnie le susurraba varias veces al oído la frase:

—Mientras lleves falda ya sabéis lo que él hace.

Sus manos acariciaban la cintura de Chica, subían y bajaban por esta suavemente, por último, tuvo suficiente valor de plantar un beso en los labios de ella y seguidamente, sin decir más huyó de ahí, dejando a Chica sola en el lugar.

Don Giovanni (FNaF) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora