Parte 11- mil noches junto a ti

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La noche empezó a transcurrir, me había ido al baño y al regresar me encontré con Ucker quien esperaba en la puerta por mi, sonreí y fuimos nuevamente al lugar, ahí Christian se había acercado a mi para bailar

- Me vas a decir porque tienes esa mirada tonta en tu rostro

- ¿yo?- dijo inocente

- Si tú

- Solo pienso, en que le has hecho a mi amigo

- ¿yo, a tu amigo? – este asintió- no entiendo

- Anda muy pendiente de ti, preocupado en que no te pierdas cuando vas al baño, pregunta que quieres tomar, juega contigo y un hielo como niño de colegio, sin quitar que inmediatamente el dijo que pagaría tu entrada- decía esto mientras me daba vueltas en la pista de baile- y ahora no me quita los ojos de encima

- Yo... no sabía. no digas tonterías

- Solo digo lo que veo- bailamos un momento más, pero al regresar Ani jalo a Christian, para bailar en el mismo lugar, acto seguido Ucker tomo mi mano y me giro, estuve bailando con el.

Paso un buen rato hasta que sin siquiera saberlo el se paró y me extendió la mano

- Nos vamos- sostuvo- estoy muy cansado

- ¿y por qué se iría Dul contigo?

- Me queda de camino- comentó como una obviedad, todos sabíamos que no le quedaba de camino exactamente

- Podría llevarla

- Tu aún te estas divirtiendo pollo- sostuvo

- Si esta bien- comenté, después que ellos hablaban de mi como si no estuviera- la verdad es que estoy cansada

- Ya—dijeron Anahí y Christian con una sonrisa pícara – adiós

Nos despedimos de ellos y salimos del lugar, Ucker me tenía abrazada por el hombro y la verdad que no me disgustaba eso

- ¿entonces?

- Entonces me acompañas a mi casa – dije con determinación, sabía que eso podría no solo terminar en que me acompañara, el saco su móvil y pidió un taxi por aplicativo, mientras yo me abrazaba a mi misma, no me había dado cuenta pero hacía frío y lo que había llevado para abrigarme no era suficiente, el me miro y sonrió, se acerco a mi y me abrazó sin dejar de ver el celular, pocos minutos me indico un auto negro de lunas oscuras, ambos nos dirigimos, pase primero y luego el a mi derecha, suspire y recargue mi cabeza en su hombro, no me había dado cuenta pero mi cabeza empezó a darme vueltas, cerré un momento los ojos, pero no duro mucho ya que sentí sus labios sobre los míos dándome cortos besos, abrí los ojos , lo observe y me deje llevar por ese sentimiento – llegamos- susurre al ver como el taxi se estacionaba- el se bajo para dejarme salir- ¿quieres pasar?- dije mirando al suelo, estaba dudosa, no sabía realmente si estaba haciendo bien o no, el no me respondió solo cerro la puerta del auto y se despidió del conductor, tomo mi mano y ambos caminamos.
Nunca había agradecido tanto vivir sola como en este momento, al llegar a la puerta el portero me reconoció y me abrió pronto, ambos lo saludamos y nos dirigimos al ascensor, mi departamento se encontraba en un edificio un poco antiguo, en el ultimo edificio del mismo, era un departamento duplex, había tenido mucha suerte cuando lo encontré normalmente este tipo de lugares eran bastante caros; al llegar a la puerta del mismo le di pase a Ucker, el nunca había estado ahí, así que miro todo con determinación, no era un lugar muy grande como su casa, pero era bastante cómodo, al entrar podías ver una sala los pisos de madera clara, una alfombra en medio en tonos grises y blancos, iban acorde con el mueble largo en forma de "L" blanco con cojines del mismo tono que la alfombra, en medio del lugar había una mesa pequeña de tres tonos de madera al frente del sillón había una mesita ratona larga con varios adornos, libros y unas cuantas flores. Siguió su vista al fondo, había una cocina abierta, pudo ver una pequeña mesa para cuatro personas, un poco más al fondo un pequeño pasadizo con una puerta al baño de servicio, volvió su vista a la mampara bastante grande entre a sala y cocina, daba al patio con unos grandes ventanales, era mi lugar favorito, ahí había una mesa pequeña, muchas plantas hasta una hamaca. Volvió su vista a mi y le sonreí tímidamente, el volvió la vista a la segunda planta del lugar, ahí se veía un dormitorio, de techos altos, y una especie de baranda que servía como escudo para no caer al primer piso

Quizás sí , quizás no...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora