Capítulo 2

99 17 168
                                    

Narra Daniel: Todo inició.

La ciudad era todo un caos, desde hace un par de años todos han estado hablando sobre la contaminación del aire y lo horrible que se veía todo el cielo. El punto es que, en lugar de azul, a veces se veía gris. Entonces, en lugar de memes para gastar mi tiempo, veía posts sobre el cuidado del medio ambiente.

Siempre he sido ese tipo de persona que esta pensando en algo, quizá sea por ansiedad, no sé. Mientras caminaba, iba pensando y cuando iba por el desnivel caí en cuenta de que los carros iban muy rápido, ¿podría uno desviarse y darme la gracia de terminar con esta miseria?

Bueno fuera.

Saliendo del desnivel, recorrí un largo camino hasta donde tenía que cruzar la calle para subir unas escaleras, ¿y qué pasaría si mi subconsciente me hiciera cruzar sin revisar a ambos lados? Lo analicé, pero lo estoy pensando y no sería el subconsciente, sino yo que me estaba proponiendo cruzar sin... oh, mientras lo analizaba crucé.

Sobreviví. (Yay).

Caminé hasta llegar a la puerta del centro de idiomas, y para llegar al salón de clases, tenía que subir hasta el tercer piso, lo cual me alegró aún más en este fantástico día. Cuando al fin llegué, saqué mi termo, para poder recuperarme y esperar a que comience la clase de francés.

¿Podría esto ponerse peor?

Estaba dentro del salón, ya no había vuelta atrás. Siendo sincero, en esta clase solo tenía una amiga: Paola. Ella era muy linda, también un poco seria y muy inteligente. Me di cuenta de que desde que entré al salón ella no me había hablado, ahora que lo pienso no me dijo hola...

—Hola Paola —la saludé.

—Hola —contestó con un tono seco y me miró como bicho raro.

¿El hola estuvo de más o qué?, ¡oye! Pues yo no sabía que nuestra amistad estaba en tal nivel que ya no ocupábamos formalidades.

–¿Está todo bien? —yo pregunté con curiosidad.

Al igual tenía algo que contarme y por eso la respuesta con tono extraño.

—No, ¿por?, ¿sabes algo? —me habló como si yo supiera algo.

—¿De qué o qué? —contesté molesto porqué ella siempre era así, siempre tratando de saber todo.

—No, nada.

Okay... ya no diré nada y mejor me concentré en la clase. Después de todo ya era viernes.

No pasaron más de 30 minutos, cuando Paola salió del salón, supongo que al baño, pero después de un minuto recibí un mensaje de texto.

Paola:
Sal.
4:20 p.m.

Wow, Paola me pidió que saliera de clase de francés, para hacer quién sabe qué, una falta de respeto muy grande, ya que mi educación era primero, pero al igual algo grave estaba pasando. Iré a ver.

Salí del salón, afuera estaba ella viéndome directamente a los ojos, sin dudar. También noté un poco de miedo y entonces me di cuenta de que su respiración estaba un poco agitada.

—Daniel, necesito tu ayuda.

—¿Ayuda?

—Sí —Entonces antes de que yo dijera algo, ella se acercó a mí y puso sus manos en mi cabeza. Una de cada lado. Y extrañamente empezó a... ¿sobar mi cabeza?, ¿acariciarla?

—¿Estás bien? —O sea, sí me importaba si estaba bien, pero también necesitaba saber por qué rayos estaba tocando mi cabeza...

Lo que vi después me asustó. Ella abrió sus ojos, pero yo solo podía ver un vacío oscuro, parecía que sus ojos se habían desvanecido y se hubieran ido a otro lugar. Tampoco podía ver dentro del hueco que era el lugar donde solían estar sus ojos, solo había oscuridad. De pronto, estaba abriendo sus ojos de nuevo como si esa oscuridad fueran sus párpados y al fin podía ver su iris, su pupila. Todo normal.

Lista para matar.Where stories live. Discover now