Capítulo 4

56 10 135
                                    

Narra Leslie: ¿Será suerte?

Me desperté como si de un comercial se tratara o eso creía. Yo no lo había notado, hasta que mi mamá me lo mencionó una vez, que estaba en mi habitación cuando, yo me desperté. Ella decía que parecía magia, que ningún cabello despeinado o marcas de la almohada en mi cara.

Qué envidia tenía de mí misma.

Escuché los gritos de mi hermano, molesto porque ya no había cereal, maldijo hasta lo que no existía. Me levanté de la cama y me metí a la ducha con música, un pequeño escape.

Empecé a tallar mi cuerpo, pasé el jabón por mi cadera y con las palmas de mis manos hice espuma. El solo roce provocó una cadena de flashbacks en mi memoria. Era desagradable... asqueroso, podía oler su aliento y su respiración en mi nuca.

¡Concéntrate! La letra de la canción inundó mi mente. "We've got obsessions. I want to wipe out all the sad ideas" esos versos retumbaron en mi cabeza.

Salí de bañarme y me vestí para ir a la cocina y para eso había que bajar las escaleras, a mi derecha en la pared había una serie de fotografías. Cuando nací, titulada por mi madre como: "el accidente." Más adelante en esta exposición estaba el día de mi quinto cumpleaños o mejor dicho, cuando encontré a la abuela en la tina "dormida" y ahí me detuve. Otro día terminaré de ver esta tragedia.

Cuando llegué a la cocina, me preparé un licuado y cuando estuve lista y cambiada, salí de casa a la universidad. Yo estudiaba administración y en realidad era algo muy sencillo, ¿o yo era la de la suerte?

Me fui a una esquina donde por lo general pedía el Uber y lo hice mientras iba caminando, pero antes de llegar vi a lo lejos a una chica muy linda, algo chaparra.

En esa distracción sentí que alguien tocó mi hombro y me asusté tanto que hasta di un gran salto, ya que mi amiga estaba riéndose tanto de mí cuando vi que fue ella quien me tocó. Se llamaba Gyan.

—¿Vienes a tomar el autobús? —me preguntó cuándo ya me había tranquilizado.

—No, aquí espero mi Uber, ¿tú?

—Toma el autobús conmigo, es más barato, mira, ya viene. —Me señaló hacia la esquina donde estaba la chica que vi antes, estaba por subirse al camión y pensé por un momento en tomarlo, me habían contado que ese te dejaba en la uni, pero entonces vi algo que me asustó.

El señor miró de pies a cabeza a la chica y le guiñó un ojo, ella cerró los ojos del desagrado, supusé yo y en eso vi como el señor...

Decidí correr, no quería estar ahí, ¿y si me vio a mí también?

Me detuve a mitad de una cuadra, no supe cuánto corrí, vi en la app mi ubicación y estaba un poco lejos, también vi que el conductor me había llenado de mensajes de odio por no haber estado donde debía... pues lo cancelé y pedí otro, ni modo.

Llegué a la uni un poco temprano, me senté en una banquita por un rato, pero me aburrí y me largué de ahí. Me paré y caminé hacia mi salón. Tenía esa pequeña esperanza de que alguien ya había llegado, porque yo ya estaba muy aburrida aquí.

Entré y no había nadie. Incluso el salón tenía un pequeño eco.

(...)

—¡Eco! —grité y escuché ese eco adorable en sinfonía. Me reí sola.

Escogí un lugar y me senté. ¿Qué tanto podía tardar alguien en llegar?

Tardaron media hora en llegar todos. Así es, media hora y me sentí demasiado ofendida por eso. Estaba hablando con mis amigas sobre lo difícil que fue la tarea para hoy, la verdad para mí no lo fue, porque se me olvidó hacerla, pero hey, que no noten lo perdida que estaba en este mundo.

Lista para matar.On viuen les histories. Descobreix ara