2. Tan díficil es decir gracias

423 72 34
                                    

Un maullido que suena muy fuerte cerca de mi oído, me despierta. Es casi automático el salto que doy de mi cama al piso y también es totalmente doloroso cuando golpeo mi cara contra la alfombra.

—Goku esas no son formas de despertarme —murmuro al refregar mi ojo.

Mi gato comienza a ronronear como si el golpe que me acabo de dar fuera nada porque lo único que realmente le interesa es que me levante a alimentarlo. Maldito gato hambriento.

Levanto la cabeza y le eché un vistazo a mi alrededor, las cortinas oscuras de mi habitación hacen que muy poca luz se filtre. Me imagino que aún debe ser madrugada porque mi alarma no ha sonado aún.

Suelto un enorme y grotesco bostezo..

—¿Tenías que levantarme tan temprano gordo? —lo único que consigo es un miau de respuesta.

Utilizo la mesa de noche para levantarme del suelo antes de que Goku decida echarse encima de mí e impedir que me levante por una hora o más.

—Bien ya que me levantaste tan temprano vamos a hacer algo productivo.

Voy hacia la cocina con Goku siguiéndome los pasos, probablemente este gato gordo espera a que vuelva a llenar su plato de comida hasta que rebalse. Hago eso y se lo dejo en el suelo, su ronroneo aparece de inmediato y con mucho ánimo se refriega contra mis piernas.

—Si, si ya entendí, te gusta que te de comida —farfullé. Mi gato me ignora porque su amor por mí no dura demasiado y continúa tragando comida como si no hubiera un mañana.

Tendré que darme una ducha para sacar el mal olor de ayer. Apenas llegué anoche ni siquiera me di el tiempo de secar mi cabello, en vez de eso, fui directamente hacia mi cama a dormir. No puedo ir a trabajar viéndome así.

Cuando salgo de mi habitación un leve haz de luz, que aparece por entremedio de mis cortinas, llama mi atención. Frunzo el entrecejo. Que raro.

En ese mismo instante un ruido sumamente fuerte y molesto resuena en alguna parte del departamento. Es similar a una canción de The Weeknd y a mi no me gusta The Weeknd. Por qué está sonando The Weeknd.

—Qué demonios.

Sigo el sonido hasta el sofá, pero no veo absolutamente nada.Estoy de pie aquí en mitad de la sala y lo único que veo es el abrigo que usé anoche.

Hasta que se detiene.

No he dejado de fruncir el ceño y mi gato ya me está viendo raro. El sonido es muy parecido al de un teléfono, pero el mío no suena así.

Y vuelve a sonar.

Me agacho a tomar el abrigo porque una luz atrajo mi atención, además del ruido y la vibración. Y cuando lo tengo en mis manos, el famoso aparatito ruidoso, me doy cuenta que estoy jodida. Este no es mi teléfono y para más castigo, no son horas de madrugada.

Nop.

Estoy mucho peor que jodida. Esto no sé cómo mierda lo explicaré.

Me dejo caer en el suelo como un saco de papas con el móvil del chico de ayer en mis manos. No puede ser que al sujeto no lo conozca y aun así sea un grano en mi trasero. Molesto e insistente.

Y si yo tengo su teléfono ¿dónde está el mío?

Por tercera vez en esta mañana la voz de The Weeknd retumba en mis oídos y pienso que es suficiente por hoy. Al segundo tono decidí responder.

Te robaste mi móvil —es lo primero que escucho.

La verdad, en mi mente, estaba preparando el mejor discurso lastimero de disculpa, incluso iba a llorar para que me creyera que de verdad no sabía nada, pero el tono amargo con el que me responden me hace cambiar de opinión.

Si estuviéramos enamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora