4. La respuesta a lo que necesitamos

371 54 24
                                    

El cielo estaba completamente oscuro cuando logré bajarme del uber.

Espero que Alice, mi mejor amiga, haga lo mismo detrás de mí. La invité casi a último minuto y de camino hacia acá le conté todos los detalles de mi día.

El estacionamiento aquí parece casi vacía en comparación a la gran cantidad de personas que están haciendo fila para entrar al bar. Suelto un silbido, no hay forma de pasar esa fila a tiempo.

Dante mencionó que iban a presentarse pasadas las diez de la noche porque otro grupo les haría de teloneros. También envió una invitación digital que dijo que podíamos presentar en la entrada y no tendríamos problemas para ingresar. Yo hice una copia a mi amiga Alice y una a Andrew, por si viene igual, porque a último minuto menciono que tenía que hacer algunos recados.

—Hay mucha gente —dice mi amiga.

Alice se para junto a mi, alisando su blusa de tirantes y luego engancha su brazo con el mio. Como ella está usando zapatos de tacones y yo no, quedamos a la misma altura.

—Quizás debimos salir antes —murmuro.

En la entrada del bar hay un cartel de neón rojo, muy grande, que en letras cursivas dice «La Caverna». Nunca había estado remotamente cerca de este local, a pesar de que queda casi en el centro de la ciudad.

Hago nota mental de anotar ese detalle.

La música de adentro retumba por las ventanas hacia afuera, incrementando la emoción de todos los que están haciendo fila aún. Me imagino que esa será la otra banda que nos comentaron.

—Mejor vamos a ponernos en la fila.

Con un tirón Alice me logra arrastrar hacia el final de la cola, al ojo pude ver unas veinte personas esperando, quizás menos… realmente espero que menos.

—Que emocionante —ella le da un ligero apretón a  mi brazo—. ¿Cómo crees que sea la banda? ¿Habrá más chicos guapos como ese que me mostraste?

Se refiere a Dante. Yo sé que Even es guapo, a pesar de su mala actitud, y también está en la banda.

—No sé nada de ellos —comento—. Ni siquiera sé cómo se llaman.

En la invitación digital no decía mucha información y habían varios nombres de grupos, el de ellos podría ser cualquiera de esos.

—Bueno, eso es lo de menos —sonríe—. ¿Quieres decirme qué sucede con ese concurso en tu trabajo?

Hago una mueca. Cuando le conté las cosas que me sucedieron ayer y hoy, dije algo muy mínimo del "concurso" de la revista y cómo de manera muy esperanzadora  —y quizás muy estúpida—, aposté por mi trabajo.

—No es tan importante… —digo intentando quitarle importancia. Rasco detrás de mi cabeza con nerviosismo—. Solo que Elaine dice qje renovarán la revista y que harán un concurso para qje el mejor artículo se presente en la pagina inicial.

Alice parpadeó un par de veces. Puedo ver claramente cómo su mente comienza a esperanzarse.

—¿Y dejaron que participaras? —la emoción se escapa por sus palabras.

—Si…

—¡Aaaah! —exclama, dando leves saltitos junto a mi—. ¡Eso es excelente! ¡Ayael! ¡Esto es muy importante!

No puedo evitar la forma en la que mi rostro se contrae.

—¿Qué paso? ¿Por qué no estás feliz? —frunce su ceño.

—Porque hay una condición…

Ella se detiene en seco.

—¿Qué cosa?

Si estuviéramos enamoradosWhere stories live. Discover now