CAPITULO 14

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Sentí que alguien tocaba mi hombro, me desperté asustada por instinto tome la mano de aquella persona y la doble.

-señorita por favor suélteme, me ordenaron venir a despertarla... lo siento señorita por favor suélteme. Dijo una chica de unos quince o dieseis años.

Inmediatamente solté su mano y me levante de un salto de la cama.

-por favor discúlpame, no estoy acostumbrada a que me toquen, lamento si te lastime. Dije apenada por haberla lastimado.

-no se preocupe señorita es comprensible ya que parece que usted viene de un gran linaje de nobles lo sorprendente es su habilidad para defenderse. Dijo ella con una sonrisa.

- gracias supongo. Dije apenada.

- señorita debe acicalarse, abajo hay un apuesto caballero esperándola; la dejare sola en lo que esta lista. Dijo ella saliendo la habitación.

Una vez estuve sola de nuevo, me dirigí al pequeño baño para acicalarme un poco antes de ver a Coonor no quería que me viera tan desalineada. Así que frente al espejo me quite las horquillas que la noche anterior no retire y con mis dedos empecé a desenredar un poco mi largo cabello y colocar las horquillas de una manera que no se viera apresurado, lave mi rostro con agua helada para despabilarme ya que aún me sentía cansada no sabía qué hora era, pero al ver aun el cielo oscuro me daba una idea de que aún era de madrugada.

Una vez estuve lista me coloque mi abrigo y la capa que me regalo mi príncipe, Salí de aquella habitación hacia su encuentro.

-mi Roza aun a esta hora de la madrugada eres hermosa. Dijo mi príncipe saliendo a mi encuentro al pie de la escalera.

- mi príncipe ¿Qué hora es? Pregunte tomando la mano que me ofrecía.

- son casi las cinco de la madrugada, ya debemos partir hacia el internado, sé que tienes que estar para el servicio religioso con el capellán. Dijo mi príncipe guiándome a la salida del caserío donde un sirviente tenía ya listo, cepillado y con la manta par el frio a Tormenta.

-ohh es verdad lo hacía olvidado por completo, la verdad tengo miedo de llegar tarde no sabes cómo es el capellán Peralta, no deseo que me dé un sermón y quedar en penitencia todo el día. Dije temblando un poco tanto por el frio como por el recuerdo de los sermones del capellán.

-bueno claramente no deseo que pase nada de eso mi hermosa Roza así que será mejor apresurarnos, anda ven Tormenta, nos llevara rápidamente.

-mi señor su caballo ya está listo. Dijo el joven criado que no superaba los trece años de edad.

- gracias pequeño, toma te lo has ganado por cuidar muy bien de tormenta. Dijo el príncipe entregándole al joven una bolsa de terciopelo negro, supuse que eran monedas de oro.

-ohh muchas gracias señor, le deseo que tengan un buen viaje. Dijo el joven alejándose de nosotros y entrando apresuradamente al caserío.

Entre tanto el príncipe se subió de un solo salto al lomo de tormenta y extendiendo su mano para ayudarme a subir al mimo, sin dudarlo tome su mano di un pequeño salto subí junto al el ubicándome entre sus brazos.

-así quiero tenerte toda mi vida, protegida entre mis brazos. Dijo Coonor dándome un beso en la mejilla, no pude decir nada porque sus palabras me impresionaron y un fuerte sonrojo subió a mis mejillas, el por su parte solo sonrió sínicamente.

-bien mi Roza será mejor que te sujetes fuertemente tenemos menos de una hora para llegar al internado. Sin decir más golpeo los costados de tormenta y este salió a todo galope por el camino que estaba cubierto de una fina capa de nieve, me asuste al principio ya que no estaba por completo preparada para ir a toda velocidad, después de un rato me acostumbre al ritmo agitado que llamábamos.

La Emperatriz Del Ocèano.Where stories live. Discover now