MR. SWIMMER

𝟘𝟟

3:40 p.m. ‐ Hotel Euphoria, habitación de Mi Rae.

—— ¿Es que no lo entiendes? —— peino su cabello con enojo. —— ¡Quiero que te alejes de mi!

—— Si eso querías no tenías por qué comportarte amable hace dos días.

—— Entiende Mi Rae, no quiero que estés cerca. ——  Eso no es verdad.

—— Por tanto tiempo he podido estar tranquila, sin tener que recordar esa noche llena de dolor —— camino hacía su barandal que le brindaba una gran vista al mar. —— No fue fácil, créeme. Pero pensé que en realidad había hecho algo mal.

Había dolor en su voz, era algo de lo que podía percatarse fácilmente y le dolía escucharla decir que gracias a él había sufrido no le hacía sentir bien, sobre todo lograba hacer que dijera una parte de lo que pensaba.

—— Realmente esperaba que encontraras a alguien que pudiera reparar el corazón que te deje. —— se dejó caer en el sillón que quedaba a unos dos metros de donde la chica estaba. —— No sabes cómo desee que alguien más te entregara su corazón para que así descubrieras el amor Mi Rae.

—— Esa persona llegó.

—— ¿Qué? —— miro fijamente a la chica esperando que continuara.

—— Por un tiempo creí que yo también podría conseguir tener un futuro feliz. —— entro a la habitación. —— Pero había algo que me decía que no conseguiría tener un final feliz.

—— No entiendo. ——  se levantó para acercarse a ella. —— Mi Rae —— tomo su mano. —— ¿Quién fue la persona?

—— Hoseok.

Sabía que él podía ser una opción, debido al trato que ambos tenía era sencillo saber que antes ya habían tenido una relación feliz.

—— Pero él-

—— No es tú Jimin.

Hace dos horas.

Tomaba ambas manos de la chica, no quería dejarla ir sobre todo porque los idiotas que habían querido lograr tener algo más que una antigua amistad con ella seguían estando cerca.

—— ¿Segura que estás bien? —— trato de ver sino había herida en su rostro. —— Lo de antes, yo-

—— Esta bien. Muchas gracias Hoseok.

Se podía sentir la incomodidad.

—— Mi Rae, necesito que hablemos.

No tenía que preguntar acerca del tema de conversación, conocía las palabras que el chico diría o al menos se las imaginaba.

—— Lamento que no sea yo quien te haya conocido antes —— agacho su mirada. —— Pero tengo que ser honesto.

—— ¿Qué?

—— Por favor. —— con su pulgar acaricio su mejilla. —— Imagina un mundo en donde él ya no esté, donde solo seamos tú y yo.