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¿Por qué las cosas tenían que ser así? No sé oponía a casarse con alguien, ya no. Antes habría armado un alboroto por el tema de un matrimonio arreglado. Sin embargo, no le importaba; beneficios, sabía que este tipo de asuntos solo se hacía por beneficios más si debía casarse quería que fuera con alguien que conociera.

-- ¿De verdad lo harás? -- su hermano mayor, Jungkook, entro a su sala de reuniones.

-- Asintio. -- Tarde o temprano iba a suceder, lo sabíamos, fue lo mismo con ustedes.

-- Eso es verdad pero -- Eun woo cerro el libro que estaba leyendo. -- nosotros lo hacíamos por lu-

-- No será diferente esta vez.

-- Pero Mi Rae no tie-

-- Saben que tenemos que hacerlo, odio que sea ella quien los arregle pero así es como podemos mantener a mamá estable.

Al estar frente a la ventana con la vista hacía el mar le hizo sentir que pronto las cosas se pondrían serias, eso solo significaba una cosa: tener que comportarse de la misma forma en que su padre les enseñó.

Hace tan solo dos días las cosas eran difíciles en su familia, algunas cosas de la empresa en donde su tía era la presidenta fueron un tanto complicadas. Querían comprar la empresa Jeon's pero para poder evitar eso debían de unirse a otra familia y a su parecer una buena opción sería la de uno de sus amigos.

-- Sigo sin estar de acuerdo con esto pero sé que tampoco podemos negarnos.

-- Al menos a uno de nosotros tres le va a resultar bien su matrimonio -- el mayor acariciaba su cabello -- ¿Verdad hermanita?

-- Después de una ruptura volveremos a estar juntos otra vez.

Estaría en buenas manos, lo sabía, pero eso no le hacía olvidar que tiempo atrás habían estado aunque sea por tres meses juntos.

Dos golpes a la puerta hizo que los tres hermanos voltearan para recibir a la persona que les llamaba desde el otro lado.

-- Adelante.

-- ¿Es verdad que nos casaremos?

Ambos hermanos vieron a la chica, querían ver que tan lista estaba.

-- Tú y yo nos volveremos marido y mujer, Hoseok.

Tres días después.

Las decoraciones para las competencias estaban casi listas, ya solo hacía falta que todos los integrantes del equipo se probaran sus trajes para saber si había sido de su medida o debían de ser cambiados por otro.

-- ¡Muy cómodos!

-- Es ajustable.

-- Gracias Jung.

-- No hay de que chicos -- les brindo una pequeña sonrisa.

Nam llegaba con la hermana del rubio, al parecer se habían vuelto cercanos pues ahora se les veía convivir más, ya fuera en el restaurante, en la orilla del mar, en el bar, en la piscina. En el lugar que fuera, se veía la confianza que tenían.

-- ¿Lo dices en serio?

-- Ah Young, quiero que vayas conmigo a esa fiesta.

-- Será un placer ser tu acompañante Namjoon.

Con no más de un pantalón de mezclilla, una sudadera y tenis fue como Mi Rae llegó; una pequeña bolsa en donde tenía no más que su celular y un poco de dinero, juntos a una de sus tarjetas, eso era lo que llevaba el día de hoy. No más, no menos.

MR. SWIMMERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora