𝐕𝐈

357 51 12
                                    

Seguí cabalgando distraída hasta que alcancé a ver esa cabellera pelirroja y despeinada

-Te tomó un poco de tiempo- dijo sonriendo mientras se acercaba a ayudarme a bajar del caballo

-Hubo reunión de emergencia en el castillo- contesté, una vez que estuve en el piso me acerque y junte nuestros labios en un rápido y dulce beso - ¿Todo bien? -

-Mas que bien, Caspian y Liliandi tendrán un bebé- anuncie emocionada

-Me alegro- una amplia sonrisa se formo en su rostro - ¿Y Baco? - pregunté buscando a nuestro peludo amigo con la mirada -Esta demasiado ajetreado con lo del invierno- me explicó mientras nos dirigía hacia donde estaban sus cosas -Me ofrecí a brindarle la comida necesaria, pero lo rechazó- añadió tomando su arco y caraj de flechas, pero sin dejar de soltar mi mano. Era cálida y rasposa, tenía cayos en sus dedos.

-Yo también le ofrecí comida, pero dijo que si no podía juntarla por el mismo ¿Qué clase de ardilla sería? - comenté haciendo que él riera, mientras que yo me esforzaba intentando memorizar los pliegues de la palma de su mano y el sonido de su risa

- ¿En serio entrenaremos arco? ¿Para eso querías que nos viéramos tan pronto? - reproché mirándolo seria, pero no duré mucho ya que su carcajada volvió a endulzar mis ojos

-Solo quiero que mi necia pareja sepa defenderse desde una distancia segura- respondió pasándome el arco, lo tomé de mala gana al igual que la flecha que me pasó enseguida, -Asi que ya es oficial- sonreí colocándome en la posición que tanto me había repetido -Bueno, creo que besarnos en frente de nuestros familiares lo hizo mas oficial de lo que queríamos- respondió acomodando mi brazo -Eso es cierto- añadí apuntando al mismo tronco viejo y hueco con el que había estado practicando

- ¿Qué te dijeron por cierto? De lo nuestro- preguntó volviendo a acomodar mi brazo -Nada, solo que les alegraba volver a verme feliz y todo eso- solté dentro de un suspiro de desesperación al ver que la flecha se desviaba - ¿Y Tala? ¿Qué opina? - pregunté nerviosa, temía no agradarle

-Le pareces encantadora y no para de preguntar ¿Por qué te fijaste en mí? - la pregunta la hizo con un tono mas agudo, intentando imitar a su hermana y pasándome otra flecha

-Bueno, si te hace sentir mejor, te aseguro que mis hermanos se preguntan como es que me soportas- reí bajando el arco y la flecha. No quería entrenar

-Kay- suspiró -Créeme que no tengo energía para entrenar hoy- mi voz sonaba suplicante - ¿Será por todo el vino que has tomado? - preguntó y yo lleve rápidamente mi mano hacia mis labios -Sabes a vino- agregó acercándose cada vez más a mí, yo no podía dejar de ver sus ojos e intentar contar las pecas de su rostro -¿Y te gusta el vino?- pregunté en un suspiro, estábamos tan cerca que podía sentir su aliento -Me encanta- sonrió y unió nuestros labios en un intenso beso que pareció detener el tiempo por un segundo, nos separamos para poder tomar un poco de aire -Kay- suspiro pesadamente -¿Si?- pregunté -Necesito que practiques- pidió con una sonrisa a la que no supe como negarme -Solo lo intentare un par de veces mas- dije rendida y me volví a poner en posición.

Después de haber fallado un par de veces mas y con solo dos flechas incrustadas en el viejo tronco, Eiden decidió dar por terminada esa madrugada de entrenamiento, asi que subimos al mismo tronco de siempre y nos acurrucamos, estaba recostada en su pecho y mientras el acariciaba mi cabello yo me concentraba en el ritmo de su corazón y en grabar su olor a tierra mojada y pasto recién cortado en mi mente

- Kay, ¿puedo hacerte una pregunta?- había algo de duda en su voz, voltee a verlo pero el estaba atento hacia el cielo plagado de estrellas

-¿Que ocurre?-

-Cuando vimos a ese ciervo, dijiste que recordaste algo ¿Qué fue?- su voz parecía un susurro y note como su corazón se aceleraba, suspire y me separe de el para quedar cara a cara -No quiero presionarte, solo me da curiosidad- añadió rápidamente. Acerque mi mano a su mejilla para acariciar sus pecas

-Esta bien- lo tranquilicé -Solo... Recordé la primera vez que los reyes y reinas se fueron de Narnia, los ocho perseguíamos a un ciervo blanco que Edmund había querido ir a cazar solo- sonreí un poco al recordar el momento -Aun me pregunto ¿Qué hubiera pasado si no hubiera insistido en que fuéramos todos?- dije con nostalgia levantando mi vista hacia las estrellas

-¿Aun los extrañas?- Eiden me acerco a el cubriéndome con sus brazos -Infinitamente- solté acomodando mi cabeza de nuevo en su pecho -Aun anhelo su regreso, pero en este punto, solo su primo, Eustace, podría regresar- añadí y pude sentir como aumentaba la fuerza de su abrazo

-Si Edmund regresara... ¿tu...- no pudo completar la pregunta. Sentí mis músculos tensarse bajo mi piel -Tranquilo, eso es imposible- acerque mi mano a mi cuello, intentando aferrarme a algo que no estaba ahí. No se por cuanto tiempo nos quedamos asi, uno junto al otro en silencio bajo el cuidado de las estrellas pero la habría disfrutado mas, me habría esforzado en memorizar sus manos, sus pecas y el sabor de sus labios, el olor de su cuerpo y la textura de su cabello de haber sabido que seria la ultima vez en bastante tiempo.

𝗟𝗔𝗭𝗢𝗦/ La silla de plata, el terrano y las coronas de antaño (LCDN #4)Onde histórias criam vida. Descubra agora