𝐗𝐈𝐕

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Al llegar al castillo yo solo quería saber si mis hermanos o Eiden estuvieran a salvo. Bajamos del caballo y Este se apresuró a escoltarme dentro -Estuve pensando en lo que dijiste- hablo bajo mientras nos apresuraba por los pasillos, los cuales estaban repletos de caos; curanderas que iban de un lado para otro, guardias heridos que habían llegado entes que nosotros y otros más que se dirigían a ayudar a los demás -¿Qué?- no le estaba prestando atención ya que intentaba ver si podía reconocer alguna de las caras que pasaba -Acerca de tu... acerca de tu sueño- sonaba inquieto, impaciente. - ¿Y? ¿Qué ocurre? -

-Creo que se me ocurrió algo, una especie de plan- dijo mientras subíamos rápidamente las escaleras en rumbo a las habitaciones -Por un carajo Este, dilo de una vez- me impaciente, pero el no dijo nada, me llevo hasta la puerta de mi cuarto. Al entrar cerró la puerta con llave -Estuve investigando, buscaba hechizos de defensa o contra hechizos que nos pudieran ayudar y encontré esto- dijo pasándome una hoja arrugada -¿Un hechizo de rastreo?- lo mire confundida -Este no tengo tiempo para acertijos, debo asegurarme de que Eiden está bien- intente pasar hacia la puerta pero me sujeto por los hombros -Kayssa escucha, creo que es esto lo que la Saya utiliza para rastrear la esencia que busca, al estar nosotros en nuestras zonas es como si nos camufláramos con la misma Narnia, pero al estar en alguna que no nos pertenezca nos puede detectar con intensidad-

- ¿Y a donde nos lleva esto? -

-Nos lleva al punto de que nosotros podemos estar a salvo en nuestros territorios, pero no nuestros narnianos, pero ¿Qué tal si existiera alguien que no tiene esa esencia? ¿Alguien indetectable para la Saya? -

Empecé a negar con la cabeza repetidamente al entender lo que decía -No, ellos no van a volver-

-Pero Eustace si ¿Recuerdas? -

¡POR ASLAN! ¿Cómo pude haber olvidado eso? Tal vez si pudiera haber una solución después de todo -Debemos decirle a Caspian- solté mientras volvía a dirigirme a la puerta, pero Este me volvió a detener -Me temo que debo ser el negativo ahora. No le puedes decir nada a Caspian, pensara que lo estás diciendo como excusa para proteger a Eiden y te ignorará o peor. Hasta donde sé, él está furioso contigo asi que será mejor que no hablen. Yo me encargaré de ayudarlos, ellos no sospechan de mi- dijo todo eso mirándome a los ojos, tratando de transmitirme una falsa seguridad que, estoy segura, ni él mismo sentía

- ¿Y cuál es tu plan? -

-No lo sé, tendré que improvisar sobre la marcha, de lo único que estoy seguro es que les tengo que conseguir el cuerno de Su y ayudarlos a escapar. Caspian no dudará en juzgarlo de inmediato- puse mi mano en su hombro con la intención de tranquilizarlo

-Todo irá bien- aseguré -Pero ahora necesito saber si Eiden está bien- dije dirigiéndome a la puerta una vez más -No es el mejor momento para que andes paseando por el castillo, iré yo y a lo mejor regresaré con un plan para sacarlos de aquí, pero por el momento debes quedarte- tomó mi muñeca y me llevo hasta el fondo de mi habitación -Prométeme que te quedaras- insistió con prisa. Debía hacerlo, debía confiar, asi que asentí. Él se vio más seguro ante mi afirmación y salió corriendo.

Pasaron minutos que parecieron horas antes que mi hermano llegara, me encontraba caminado de un lado a otro de la habitación, tentada a salir, pero el recordar mi promesa y que la puerta tenía llave me detenía. Cuando Este volvió se veía más agitado que antes, sostenía una flecha en su mano izquierda, una de las flechas que los guardias terranos usaban - ¿Qué paso? -

-Tengo un plan, pero puede que te duela- se acercó con cautela -Me imagino que tiene que ver con la flecha y alguna parte de mi cuerpo ¿No es asi? - vi sus hombros relajarse un poco y un vestigio de una sonrisa en la comisura de sus labios -Eiden está a salvo, está en una celda y no capturaron a ningún otro terrano- se acercó - ¿Y los demás? -

-Caspian recibió una flecha en el hombro, pero nada grave, y Einar está a salvo- El rugido de un trueno acompaño a mi suspiro de alivio. Me acerque a la ventana, el cielo estaba teñido de gris por una nubes que amenazaban con romper en una tormenta de un momento a otro -Pero... Caspian ordeno que Eiden será juzgado al amanecer por los recientes eventos y luego invadirán el Reino Profundo- Mi respiración se cortó por un segundo, voltee a ver a Este -Debemos actuar rápido- añadió

-La flecha ¿Dónde ira? - me acerque -Caspian no tardara en venir, le dije que te habían herido. Pensaba en la pierna, pero eso te impedirá huir- Lo miré confundida - ¿Huir? -

-Por Aslan, no pensabas quedarte ¿o sí? Eiden tiene que irse antes de que hagan rodar su cabeza y tu iras con él, asi es más seguro- dijo tomando mi muñeca acercándome a la orilla de la cama -Pero ¿y tú? sabrán que me ayudaste y no te puedo dejar aquí- Este sujeto mis hombros firmemente y me miro directamente a los ojos -Si el plan sale bien nadie sospechará de mí. Ahora...- corto la flecha y escondió la punta debajo de la cama, mientras que dejo el otro pedazo, con una punta formada por la ruptura, en su mano -Parecerá que está más enterrada de lo que en verdad es. Necesito que te recuestes y no grites- Le obedecí, me recosté sobre mis sabanas destendidas y me lleve mi brazo a la boca para tapar cualquier sonido, él se sentó en la orilla -Sera superficial y la salida de sangre será más escándalo que otra cosa ¿Lista? - explicó y yo solo asentí. Sin avisar vi como lanzaba el pedazo de flecha a mi costado para después sentir mi mandíbula cerrarse rápidamente en mi brazo al sentir el pinchazo enterrarse en mi abdomen y la calidez de la sangre recorrer las sabanas y mi piel, Este me miro satisfecho y corrió por un par de telas de mi cajón -La tengo que sacar y te vendaré, en cuanto escuchemos que tocan la puerta fingirás que estas dormida, yo vaciare un par de las botellas de Sur para que parezca que las tomaste- dijo presuroso -¿No puedo tomar una para el dolor?- pregunte retorciéndome -No, el líquido te relajara y te necesitamos alerta- ordenó volviendo a la orilla cuando escuchamos un par de golpes que proveían desde ¿la ventana? Este se levantó confundido y se dirigió a ellas; un segundo trueno hizo retumbar los cristales. Este abrió las ventanas y rápidamente las volvió a cerrar dejando pasar a un montón de pelos café rojizo - ¡Baco! - verlo fue una alegría. La ardilla se acercó corriendo hacia mi - ¡Kayssa! ¿Qué ocurrió? ¿Y Eiden? - el erizado pelaje de su cola solo dejaba ver aún más su preocupación -Lamento interrumpir, pero no tenemos tiempo- Este se apresuró a sujetar el extremo de la flecha y sacarla sin previo aviso haciendo que soltara un leve grito; mi hermano no perdió ni un segundo y empezó a vendar la herida. Estaba a punto de contarle todo a Baco cuando unos golpes en la puerta nos hicieron sobresaltar -Este, soy Caspian- mi hermano me hizo una seña hacia los frascos, tome uno de cada color y los vacié en la cama, no se notaría gracias a la sangre que la humedecía -Ya te abro- respondió mientras se acercaba a la puerta y yo le hacia una señal a Baco para que se ocultara. podía sentir mi corazón latir tan rápido como el galope de un caballo. Una vez que Baco estuvo bien oculto en uno de los cajones, cerré mis ojos para simular que dormía justo al momento que escuchaba la pesada puerta de madera abriéndose y dejando entrar unos pasos - ¿Cómo esta? -

-Débil, la herida fue profunda y al no haber reposado lo suficiente, su pierna no está mejorando. Le di de los frascos de Sur para el dolor y para que pudiera dormir- Me sorprendía lo buen mentiroso que era Este -Espero que entienda porque lo hice, no tuve otra opción, debía proteger a mi nación y a mi familia- Caspian se escuchaba cansado. Pude sentir un peso en la orilla de la cama -Es mucha sangre- sentí el roce de sus dedos recorrer mi vendaje -Fue profunda, pero estará estable. Lo más probable es que despierte en la mañana- Los truenos se iban haciendo cada vez más frecuentes -Una tormenta en pleno invierno, algo no anda bien Este, lo presiento- Si tan solo estuviera segura de que me escucharía le diría todo y por qué lo hice, ambos teníamos nuestras razones para nuestro actos. Él quería mantener a Liliandi y a su primogénito a salvo, mientras que yo quería hacer lo mismo por Eiden; más sin embargo proteger a Narnia era aquello que manteníamos en común y aún más irónicamente, era eso lo que nos estaba separando.

𝗟𝗔𝗭𝗢𝗦/ La silla de plata, el terrano y las coronas de antaño (LCDN #4)Where stories live. Discover now