Capítulo 39: "Te extraño"

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ABBY

Mis padres no sabían lo que había pasado y ahora mi mal humor era uno de los principales problemas, no podía dormir bien y eso era el causante de mi mal ánimo todos los días. El dolor de cabeza seguía siendo constante, pero evitaba ir a la enfermería o cualquier lugar.

Había discutido con mis padres algunas veces y era horrible, sobretodo porque nunca había discutido con papá. Eso fue el motivo por los constantes castigos que tuve, algunas veces no podía ir con Erick como había acordado, y aunque él dijera que no había problema me sentía mal.

Mi relación con Alice también cambió y era peor, creo que habíamos avanzado un poco, pero ahora se había vuelto mal. Todo eso era un completo desastre para mi. Seguía atrasándome en trabajos y por tanto los desvelos no se fueron.

Tuve que pedir muchas disculpas a Cassie porque llegué a gritarle sin motivo alguno. Ella le quitó importancia y eso me hacía aún peor.

Estaba en clases de literatura, habia vuelto a la primera fila, y siempre podía sentir la mirada de Ethan. Me sentía tensa, solo esperaba a que las clases acabaran y poder salir de ese lugar.

—Señorita Gate, ¿está bien?—el maestro me miró.

—Si—respondí en voz baja. Las clases siguieron y cuando llegaron a su fin pude guardar con lentitud mis cuadernos.

Colgué el bolso en mi hombro y me paré, pero caí sentada en mi puesto. Me había mareado.

—¿Estas bien?—me ayudó a levantarme. Mire quién eran y me encontré a Ethan, no hice problema en sea momento solo asentí y me solté.

—Estoy bien, gracias—me aparte ligeramente de su lado y luego sentí algo bajar por mi nariz.

—Abby, estás sangrando—tomó mis mejillas y elevó mi cabeza—Maldicion—lo escuché murmurar.

—Estoy bien—me solté de su agarre—solo es sangre—cubrí mi nariz.

—Dejame ayudarte—buscó entre sus bolsillos.

—No, déjame.

—Abby—regañó y fruncí el ceño—suelta, por favor—no puse resistencia y él saco un pañuelo de su bolsillo.

Hizo todo en silencio y cuando terminó quedamos en silencio.

—¿Estas bien?—asentí—Abby, ¿has dormido bien?—asentí nuevamente—Yo...

—Tengo que irme—interrumpí—gracias y lo siento por ocupar tu tiempo.

—No debes disculparte. Podría pasar todo el tiempo contigo—lo miré y volví a sentir esa extraña necesidad por abrazarlo, como cada vez que lo veía.

Abrí la boca para decir algo, pero la cerré al instante cuando sentí ese ya conocido nudo en mi garganta.

Salí del salón y caminé fuera de las aulas, llegué al campus y  estaba lloviendo. Si me iba serían más desvelos y no creo que sean buenos.

Caminé de regreso, me detuve por una botella de agua y fui al salón, que más da, mañana sería fin de semana, así que podría resistir un poco más.

(...)

—Abby, sabes que si tienes algún problema puedes llamarme—asentí a las palabras de Cassie—Te quiero, descansa—ella se fue junto a Erick y entre a casa.

Ellos se ofrecieron a traerme y acepté. En el camino hablamos y tocamos el tema que había evitado tanto. Cassie me dijo que había cambiado, que extrañaba a la vieja Abby, la que se burlaba de las personas y demás, rei por eso, yo no lo diría así. Dijo que debía dejar de lado todo eso, tomar una decisión y solucionar todo.

Y tiene razón, pero me siento tan apretada entre sentimientos que me confunden. Sabía que la decisión era mía y lo haría pronto, estaba segura, pero ahora no.

—Abby—llamó mi padre desde la sala.

—Si—conteste. Como de costumbre deje las cosas en la entrada y caminé directo a la cocina.

Mamá estaba ahí, la saludé y tomé algo de comida de nevera.

—¿No comerás?—negué y salí directo a la habitación. Cerré la puerta y me tiré en la cama. Suspiré en la comodidad y empecé a comer. Algo que también habia hecho es saltarme las comida e igual mis padre me regañaron.

—Esta bueno—hablé metiendo otro bocado.

Cuando termine de comer tomé una siesta, estaba tan cansada, solo fueron dos horas, no pude dormir más.

Escuche la puerta ser tocada y luego abierta. Mi padre entró por ella y me sonrió muy pequeño. Se sentó a mi lado y me vio. Me acerqué a él y dejé caer mi cabeza sobre su hombro. Ambos suspiramos al mismo tiempo y reí en silencio.

—¿Problemas?—preguntó.

—Hoy me sangro la nariz—sonreí al recordar, pero mi sonrisa se desvaneció.

—¿De verdad? Y que pasó.

—Un compañero me ayudó—respondí.

—Debes estar muy agradecido con él—asentí—¿no saldrás? Siempre sales en las tardes, sobretodo los fines de semana.

—Recuerda que estoy castigada—asintió—y si no fuera así, no tengo ganas de salir, tampoco con quien.

—¿Y eso? Pensé que eras la chica con más amigos que conozco—habló con un poco de gracia.

—Sabes que no es cierto—suspiré.

—¿Qué pasó con Ethan? ¿Están enojados?—me separé al escuchar la pregunta.

—Si, eso...es eso.

—¿Debo hacer algo al respecto?

—No, yo puedo manejarlo—respondí.

—Entonces hazlo—besó mi frente y salió de la habitación.

Me dejé caer nuevamente en la cama y encendí la televisión, dibujos animados era lo que creí que podría ver. Mi móvil vibró en la mesa de noche, con pereza lo tomé. Habia  mucho mensajes por leer.

Cassie
Tía Hana
Mike
Ethan

Miré por un largo tiempo el último nombre, dudé mucho si debía abrir el mensaje o no.

Ethan:
Te extraño

Eso es grave
¿Que pasa si yo no?

Ethan:
¿Deberia hacer algo?

Deberías...
Pero aun no

Lo apagué y lo dejé debajo de la almohada. Eso fue raro, luego de casi dos semanas. Y eran por cosas como esas por las cuales me sentía confundida. Ethan aparecía de repente y mis sentimientos se aloborotaban. No sabía si estar enojada o si dejar de estarlo.

Aunque no voy a mentir.

Yo también lo extraño.





Espero les guste el capítulo.

Los errores serán corregidos al final.

Gracias por leer.

Isa&Eli-

La ApuestaWhere stories live. Discover now