24| 𓇬 Un paso a la libertad 𓇬

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Capitulo 24

☽••|𓇬|••☾

¿Alguna vez llegaste a sentirte tan cansado de la vida que perdiste la noción del tiempo, y que ya no te importaba absolutamente nada?

Era exactamente como me sentía.

No sabía cuánto tiempo había pasado, no sabía si habían sido minutos, horas, días o semanas. Ya nada me importaba, estaba en el infierno, era su esclava; hacía conmigo todo lo que deseaba mientras me contaba todos y cada uno de los asesinatos que cometió, cómo lo hizo y que había hecho con sus cuerpos. Contaba los hechos como si se tratase de una historia romántica con final trágico. Se reía e incluso podía llegar a sentir satisfacción sexual. Lo sabía porque mientras me lo contaba estaba tomándome a la fuerza, lo hacía sin piedad y cuando llegaba a ese punto donde contaba como las mataba; él se corría.

Era un monstruo, sucio y asqueroso.

En este momento el monstruo estaba detrás de mí, podía sentir su respiración en mi nuca; mientras se encargaba de que mi cabello estuviera perfectamente recogido en una trenza.

—¿Sabes? Llevo pensando mucho tiempo en esto que tenemos —recalcó la última palabra— y creo que es momento de pasar al siguiente nivel.

Temía preguntar a qué se refería. Cerré los ojos y agaché la cabeza. En esto me había convertido, el monstruo había quebrantado mi espíritu, me rompió. Solo era un títere al que manejaba como le daba la gana.

—¿No tienes curiosidad por saber de qué se trata? —preguntó con tono socarrón.

Ladeé la cabeza y en un débil susurro dije:

—Sí...

Él se rió y me invitó a que me pusiera de pie.

—Te ves tan hermosa —murmuró, acariciando mi rostro— Mucho más cuando tu cabello está recogido, así se aprecian mejor tus facciones, tus sensuales labios y esos ojos tan claros y profundos al mismo tiempo. Eres perfecta.

No dije nada. ¿Qué podía decir? Viniendo de él todo eso era un insulto. Lo miré a los ojos, podía sentir la intensidad de su mirada y me abrumaba.

—¿Todavía me temes, cielo? —añadió, dando unos pasos hacia atrás hasta tocar el filo de la cama y poder sentarse— Responde —ordenó.

Apreté los puños inconscientemente y él no se perdió ese detalle. Él podía ver a través de mí, sabía lo que estaba sintiendo y eso me asustaba mucho. Me aterraba la idea de que me conociera tanto, que supiera lo que provocaba en mí. Lo cierto era, que no podía evitarlo. Yo no podía fingir ante él.

—¿Quién no podría temerte? —respondí sin mirarlo.

Escuché su risa altanera.

—La tienes clara. Eso me encanta. Pero, volviendo al tema que me interesa; vamos a pasar al siguiente nivel. Debes sentirte halagada, ya que ninguna había llegado tan lejos como tú —informó orgulloso, como si se tratase de algo magnífico.

Esta vez sí me atreví a preguntar a qué se refería.

—¿Puedo saber de qué estás hablando?

El Precio De Una Obsesión © | Completa ✅  Where stories live. Discover now