• - S I E T E - •

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El profesor de Historia aún no llegaba.

El salón era un descontrol, como cada vez que no había una autoridad presente. Mis compañeros gritaban y rondaban por el lugar como si fuese un patio de juegos.

— ¡Cierren un poco el orto! — Se escuchó gritar desde el fondo. No podía faltar.

Yo reí un poco, y busqué con mi mirada al grupo ds3. Ellos, desde años atrás, tenían el título a los más quilomberos en el curso. Me resultó raro no escucharlos tanto, pero cuando los ví, entendí el porqué. 

Tadeo, junto con wawa, se encontraban escribiendo en su carpeta con prisa algo que tobo les dictaba. Estaba muy segura de que se trataba sobre alguna tarea sin completar.
Valentino jugaba con Sergio a las pulseadas, rodeados por alumnos los cuales los alentaban. Y, en una esquina, estaba Valentin Oliva; Tenía la vista puesta en su celular, sin darle demasiada atención a su alrededor.

Luego de lo sucedido en la peatonal, una extraña, pero a la vez cálida sensación se presentaba en mi pecho cuando lo veía. Su gesto conmigo ese día me había parecido algo muy dulce. Ya no sentía ese rechazo al pensar en pasar tiempo con él, y la incomodidad entre nosotros había desaparecido por completo. Ambos habíamos desarrollado una leve confianza la cual, por lo menos para mi, podía ser el inicio de una linda amistad.

Como si hubiera sentido mi mirada, Valentin apartó la vista de su teléfono y sus ojos chocaron con los míos. Mis cachetes comenzaron a arder de la vergüenza al saber que me había descubierto mientras lo observaba, pero antes de que pudiese cortar el contacto visual, noté como sus labios formaban una leve sonrisa hacia mi. Yo devolví el gesto, y nos quedamos así por algunos segundos, sintiendo como si nuestro alrededor fuera inexistente.

En ese momento, el rechinido de la puerta abriéndose llamó la atención de todos, cortando nuestras miradas. El profesor de Historia había llegado.

— Mis rezos fueron al pedo. — Bufó Juliana, sacando con mala gana la carpeta de su mochila.

Los alumnos, decepcionados por la llegada del hombre, se acomodaron rápidamente en sus lugares mientras puteaban por lo bajo.

— Bueno chicos, antes de comenzar la clase, les recuerdo que queda solamente una semana para la entrega de los trabajos prácticos. — Habló el profesor en un tono alto, captando la atención de todos. — Les pido que se pongan las pilas, y traten de no desaprobarlo, ya que es un trabajo que definirá mucho su nota trimestral.

Miré a Juliana con miedo, y ella frunció el ceño. — Si desapruebo este trabajo me la llevo a diciembre, y mi vieja me mata. — Le susurré con nerviosismo.

Juli tomó mi hombro y negó con la cabeza. — No te preocupes Eve, no vas a desaprobar, se nota que le estás poniendo esfuerzo.

Sonreí en forma de agradecimiento. Si lo pensaba un poco, era cierto. Historia no era una materia la cual me costaba, pero siempre me dieron mucha pereza sus actividades ya que me aburrían totalmente; el trabajo práctico con Valentin estaba siendo la excepción, y con la responsabilidad de los dos seguramente podíamos aprobar con una nota máxima.

La clase continuó aburrida. El profesor nos había dado algunas actividades para completar, junto con un libro de "breves textos" de donde sacar las respuestas. La mayoría de cosas las hizo Juliana, ya que quería prepararse para su "clase" con Valentin luego de la escuela. Lo que me vino bien, ya que me salvé de hacer la tarea.

El timbre sonó, y todos salimos desesperados del aula.

— Deseame suerte así no me desmayo adelante de él. — Me decía Juliana en un tono medio bajo, mientras buscaba al chico con la mirada entre el tumulto de alumnos saliendo.

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