• - D O C E - •

5.2K 291 187
                                    

Mi celular vibró.

Julepa💕
–Enserio perdon Eve–13:12

Yo
–No pasa nada Juli
Posta
Quedate tranquila–13:12

Julepa💕
–Quisiera estar ahí con vos
Lpm–13:13

Yo
–No te preocupes
Hay más pizzetas para mi
Jajajaj–13:13

Julepa💕

Te conviene guardarme
Lcdtm
Mandale un feliz cumple a Dante de mi parte–13:13

Yo
–Jajjsjd
Le mando♥️–13:13

Un suspiro triste salió de mi boca. Trataba de fingir que no me afectaba, pero la realidad era que necesitaba estar con mi mejor amiga en esa fiesta. El cumpleaños de Dante me causaba muchas emociones de nostalgia y felicidad al pensar en los años transcurridos, pero la ausencia de mi papá no me pasaba desapercibida, y estaba segura que a mí hermano tampoco. Al tener a Juliana, podía evitar un poco el pensamiento de que nuestro viejo no nos quería, y pasarla mucho mejor con ella junto a mi.

Apagué la pantalla del celular y me adentré hacia la cocina para servirme un vaso de agua. El griterío que se escuchaba me estaba ocasionando dolor de cabeza; los amigos de mi hermano estaban junto a él en el patio de la casa, corriendo y jugando con la mayor felicidad. El día estaba muy caluroso, y mi mamá lo aprovechó para enviar a todos los pendejos afuera, en donde serían más "libres" y no romperían jarrones o adornos frágiles, como había pasado el año anterior.

— ¡Evelyn! — Oí gritar a mi mamá desde afuera. — ¿Podrías traer otra botella de Coca-cola, porfavor?

— ¡Voy! — Contesté y bufé.

Me sentía en la obligación de ayudar a mi vieja, ya que era bastante complicado para ella encargarse de todo ese quilombo sola. Mi abuela materna la acompañaba, pero aún así, dos adultos responsables seguían siendo poco para 30 pibes.

Busqué en la heladera las botellas de Coca, pero un sonido fuerte me interrumpió. El timbre de la casa comenzó a sonar, haciendo que mi mirada fuera hasta la puerta. La fiesta había comenzado hacia media hora atrás, entonces imaginé que sería otro amigo de mi hermano el cual había llegado tarde. Esperé algunos segundos a que mi abuela entrara para atender, pero cuando no lo hizo, supuse que el ruido del patio no la había dejado escuchar, y opté por recibir yo a los invitados.

— ¡Ya va! — Grité, acercándome a la entrada de la casa.

Miré por la ventana y me encontré con la silueta de una persona media alta, la cual traía una bolsa en su mano.

— ¿Quién es? — Pregunté, al notar que no había ningún niño.

— El virgen. — Contestó detrás de la puerta.

Al reconocer su voz, mi cuerpo se paralizó por un instante, y comencé a preguntarme si había escuchado bien, o simplemente me confundí con otra persona.

— ¿Quien? — Volví a preguntar, simulando que no había oído la primera vez.

— Valentin Oliva. — Respondió, haciendo desaparecer todas mis dudas.

Me quedé atónita detrás de la puerta, sin saber cómo reaccionar.

«¿Qué carajos hace Valentín acá?» Pensé, entrando en una pequeña desesperación.

• c u p i d o ; wos •Where stories live. Discover now