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Melissa:

—Serian 3 clases por semana —Me dice el hombre que me ha dado un tour completo por las instalaciones del centro.

He estado buscando un buen lugar para Mateo durante estos meses, aunque en ese entonces no podía costear algo como esto y solo podía imaginármelo hasta tener el dinero necesario, ahora puedo hacerlo sin problemas porque es una realidad.

Y dado las indicaciones de quien me ha dado el tour, aunque este centro era de mis primeras opciones, el me lo confirmo, este parece ser un excelente lugar para que mi hermano socialice con niños de su entorno.

Además de que el lugar da un ambiente muy familiar, los colores que rodean las paredes te dan una sensación de tranquilidad y además tiene cuarto de juego y recreación.

Me detengo en medio del pasillo, volviendo me hacia ese hombre.

—¿Ya tomo una decisión, Señorita?

Sonrio. —Si.. ¿Las clases?

—Tres veces por semana, durante la mañana.

—¿Y podría..? ¿Traer a Mateo antes de que sus clases de inicio? Quiero que el entienda que estará seguro.

—Por su puesto. —Me dice con una sonrisa, logrando que yo obtenga una también.

—Muchas gracias. —Pronuncio y le extiendo la mano. —Soy Melissa.

Con gentileza, la recibe.

—Dime Bruno, Melissa.





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Le coloco su camiseta de Rangers que tanto le gusta y esos pantaloncitos de franela.

—Hoy vamos a conocer un bonito lugar para ti, Mateo.

Su mirada se mantiene abajo, pero logra señalar el carrito rojo sobre la mesa.

Me giro.

—¿Quieres llevar tu carrito?

Mateo mueve la cabeza y yo sonrio, me pongo de pie y cojo el carrito, lo guardo en su mochila y se la pongo.

Le pido la mano y el me la da.

Pido un Taxi y lo cargo en mi regazo, como es costumbre ya, canto una  canción, aunque el conductor me vea con una expresión extraña, pero Mateo parece disfrutarlo.

Llegamos a las instalaciones del centro, pago con un billete y me detengo en la puerta.
Mateo me aprieta la mano, me agacho para estar a su altura.

—¿Qué te preocupa?. —Le pregunto, coloco su mechón rebelde detrás de su oreja. —Estaré contigo.

Balbucea y yo le vuelvo a prometer que estaré con el, que juntos conoceremos a todos.

Mateo vuelve a tener confianza y me coge de la mano, ambos cruzamos la puerta y encuentro a Bruno en el pasillo.

—Así que tu eres Mateo, quería conocerte, tu hermana me ha hablado mucho de ti—Dice Bruno, sus ojos se ponen en mi y sonríe., luego toda tu atención va hacia Mateo. —Soy Bruno.

Mateo se esconde detrás de mi.

—Lo siento, el es tímido

—Esta bien, tendremos todo el tiempo del mundo para conocernos. ¿Me acompañan?
Sigo sus pasos y me sorprende lo unido que es Bruno con los niños, no solo el, también sus compañeros de trabajo.

Logramos llegar a una sala donde se escucha una misiva tranquila.

—¿Te gusta?. —Le pregunta a Mateo.

—A el le gusta la música clásica. —Respondo .

—Creo que tenemos unos cuantos CD,s de eso. —Responde el. —Será de su agrado.

Sonrio una vez más y me siento tranquila cuando el tour para Mateo termina, incluso para hacer una prueba lo dejo solo más lo mantengo vigilado para ver como se relacionara con los médicos tratantes.

Todo resulta muy bien, arma unos cuantos bloques y juega a formar una torre.

—Su juego favorito..

—Jenga. —Respondo mirando a través de la vitrina. —Nadie le gana en eso.

—Habra que jugar un par de partidas después, aunque soy bastante malo en Jenga.

Sonrio y mi móvil suena en mi bolsillo.

—Lo siento.

—Esta bien.

Cojo el móvil y veo el nombre de Omar en la pantalla.

Me quedo en silencio.

—¿Sucede algo?

Niego girándome hacia el y cancelo la llamada.

—Todo está bien.

Con una sonrisa regreso mía atención a las vitrinas, este a sido un gran día para Mateo.








Omar:
¿Por qué no me contesta el teléfono esa mujer?

Después de besarme.. solo me ignora.

¿Qué demonios?

—¿Todo bien, señor?. —Me pregunta Álvaro.
—Todo bien, solo conduce.

Lo hace en silencio y mis manos se vuelven puños.

—¿Tu entiendes a las mujeres?

—¿Disculpe, señor?

—¿Si una mujer te besa y luego te ignora que rayos quiere decir?

—Bueno, señor.. no salgo a muchas citas, pero creo que es muy obvio.

¿Muy obvio?

—Esa mujer no está interesada realmente, lo que quiere.. —Se detiene al verme. —¿Estamos hablando de la señorita Melissa?

—Melissa Vega no tiene nada que ver en esto.

—¿Entonces esta saliendo con otra mujer?¿ La señorita Melissa lo sabe?

—No estoy..

—Porque si es así..  seria muy malo.. si.

—Si es Melissa.

—¿Señor?

—Que si hablo de Melissa, Álvaro.

El abre los ojos, mirándome por el espejo retrovisor.

—Ya me dijiste lo que necesitaba saber..

—Señor.

—Sin embargo, esa mujer no puede ignorarme, yo soy el jefe.

—¿Y que sugiere, señor?

Pongo la mirada en la ventana.—Llévame a casa de Melissa Vega.









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—Llegamos. —Anuncia Álvaro.

Pongo la mirada en la puerta y mi expresión se pone seria.

¿La causa?

Esa puerta se a abierto y me ha demostrado porque Melissa Vega no ha respondido ninguna de mis llamadas durante todo el día.

Hay un hombre con ella en la puerta de su casa.

¿Por qué hay un hombre en su casa?

Se supone que sale conmigo,  debemos mantener una imagen y ella no se da cuenta de lo que puedo ocasionar si la prensa logra fotografiar a esos dos.

Además..

Siento una furia creciendo dentro de mi, aprieto los puños.

—Señor…

—Espera aquí, Álvaro. Ni se te ocurra salir.

Abro la puerta de mi lado y la cierro al salir, me abrocho los botones y me acerco a la dulce pareja feliz.

La expresión de Melissa cambia repentinamente al verme.

—Omar..

El tipo al oírla, se gira en mi dirección y en cuanto lo hace,mi puño golpea su rostro.




Las reglas del JefeWhere stories live. Discover now