1: Viaje De Negocios.

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—Cariño, ¿Has visto las llaves de mi auto? —preguntó el sujeto pelinegro y muy bien vestido acomodando su maleta cerca de la puerta, atareado.

—Donde siempre están mi amor. —respondió su esposa de forma apacible, terminando de lavar los platos. Una vez que volteó y miró la cara de desconcierto de su esposo soltó una leve risilla— Aahh...

Suspiró sin remedio alguno, para luego acercarse a la pequeña encimera junto a la puerta. Tomó las llaves de esta la cuál su esposo siempre las dejaba ahí tiradas. Las alzó con una sonrisa burlona en su rostro mientras su esposo apenado las tomaba.

—Gracias, amor. —sonrió para luego abrazarla con fuerza, respirando el bello aroma a vainilla que desprendía la femina de su cuello, causándole cosquillas y risillas.

—¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe al aeropuerto? —ofreció la bella mujer.

—No, estaré bien, no te preocupes —informó, para luego separarse un poco y robarle un pequeño beso— Te extrañaré...

—Lo sé. —dijo orgullosa, sacándole una leve risa a su esposo— Nos vemos en un mes, amor...

—En un mes. Tranquila, estaré más rápido de lo que canta un gallo —aseguró, para luego darle otro beso, esta vez un poco más largo que el anterior. Una vez que acabaron ambos se miraron— Adiós.

—Adiós... ¡Cuidate mucho! ¡Recuerda comer! ¡Arrasa con ellos! ¡Tu puedes amor!  —animó terminando de despedirse agitando las manos, y una vez que su esposo salió por la puerta suspiró tristemente.

Un mes sin su querido amor...

Definitivamente todo sería muy aburrido, aunque ya estaba acostumbrada a los viajes largos que hacía JungKook. Él iría a Japón a una junta de su empresa, una muy importante; y no solo sería esa, sino que sería una junta tras juntas tras algunos problemas con esta y así... Ya que su padre por alguna razón no se había presentado o comunicado con él durante todo este tiempo.

Y ya había pasado un buen tiempo...

Suspirante y aburrida tomó su celular, marcandole a nada menos que a a mejor amiga. Después de dos tonos, contestó.

—¿Y bien? ¿Ya se fue el narizón? —habló la voz del otro lado de la línea.

—Ese narizón tiene nombre, ¡y es mi esposo! —reprochó la mujer entre irritada y divertida.

Bueno bueno —chasqueó la lengua— Que mal... ya no tendrás quién te meta el salchichón.

—¡¡JISOO!! —gritó la chica ya harta de lo sin vergüenza que era su mejor amiga. Fue consiente de como del otro  lado de la línea se oyó una fuerte carcajada.

Ya~ Ya~ no te azotes —rió— Entonces... ¿Que dices? ¿Quieres hacer una pijamada o algo así?

—Llevaré chocolates —informó— ¿Película?

De terror.

—Hecho.

Hecho...

Pasaron unos largos segundos de silencio.

Bueno... No seré el remplazo de tu narizón, así que tendrás que usar tu mano.

—¡¡JISOO!!! ¡Aahg!! —se tapó la cara con vergüenza.

Yo también te amo estúpida, te veo más tarde —y sin más colgó.

—Aah... La voy a matar...

Mi Hermano Mellizo °Jeongguk° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora