🌙Décima Luna🌙

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El año estaba por acabar, literalmente solo faltaban semanas y las cosas habian cambiado muchísimo.

Por los pasillos, un seguro e inalcanzable Sparta, completamente cambiado y con una chica a su lado, caminaba como si los demás no fueran nada para el.
Su cabello estaba peinado hacia atrás con muchísimo gel y su estilo cambió radicalmente pues había comenzado a usar chaquetas, camisas, camisetas y pantalones rasgados mucho más varoniles que lo hacían ver como todo un Bad boy, aunque realmente fuera todo lo contrario.

En realidad, el verdadero Sparta había sido escondido debido a la insistencia de sus padres, que exigían un cambio radical en el mayor para confirmar que los tropiezos con aquella banda de inadaptados (como ellos les llamaban) quedaron en el pasado.
Sparta se sentía incomodo con tanta atención hacia su persona y detestaba a la melosa chica a su lado y como ella aceptaba que la tratara como se le diera la gana.

El no había cambiado porque quisiera pero no iba a decir su inconformidad en voz alta, solo iba a actuar y a pretender que todo en su vida estaba bien.

- ¿Amor?- lo llamo la chica con su voz chillona.

- Dime ángel- dijo el sin despegar la vista de su celular.

- ¿Si me vas a llevar a la fiesta de fin de curso?- "Pero que molesta" pensó forzando una sonrisa

- Claro que si ángel, pero volvemos aquí sobrios y antes de las diez- aclaro con seriedad.

- Ay, te amo- la chica se colgó a su cuello y le dio un beso- Tengo que ir con unas amigas pero te veo a las seis cariño- explico lista para irse.

"Matenme por favor" pensó con fastidio guardando el móvil en el bolsillo y comenzando a caminar a su clase de idiomas.

En el camino no pudo evitar cruzarse con Mike,Trollino, Mayo y Victor, quienes solo se dedicaron a mirarlo despectivamente. Ignoro ese detalle hasta que el castaño con capa le puso el pie y casi cae de cara al suelo.

- ¿Y eso que fue?- gruño girándose de mala gana.

- Uy, perdón, no sabia que los perros falderos podían tropezarse- Sparta no quería caer ante tal provocación pero le fue imposible.

- Déjalo, se va a despeinar el pobre príncipe- Comento Trollino aun cuando Mike quería detenerlo.

Sparta se trono los dedos listo para lanzarse sobre ellos hasta que alguien más apareció empujándolo con el hombro y desbalanceandolo.

- Vamonos- la ronca voz de Raptor se hizo presente y Sparta se quedo congelado.

Por su parte, Raptor no había cambiado mucho aunque estaba mas delgado y las ojeras se le marcaban. Luego de la manera en que terminaron las cosas, Raptor se había vuelto más iracible y menos juguetón, como todo chico resentido con el corazón roto y nadie podía culparlo. Eso genero que su grupo se dividiera y que los cuatro que estaban con el actuaran como sus guardaespaldas. Ellos si se habían vuelto los malos del instituto.

En el fondo, Raptor sabia que Sparta lo quería y conocía la situación en la que ambos estaban pero no iba a admitir que estaba herido hasta la médula, no, en lugar de eso prefería mostrar un odio por el mundo increíblemente grande. No entraba a clases, desafiaba a sus superiores y se metía en problemas con los demás estudiantes, todo eso bajo la protección de sus cuatro amigos y su siempre fiel sudadera roja.

- No vales la pena- espeto Victor escupiendo a los pies del castaño oscuro.

- Victor- asevero Raptor llamando su atención.

- No pienso dejarlo ir- resongo entre dientes.

- He dicho vamonos- Trollino se quito su corona y Victor se quito la capa, no iban a hacerle caso.

Diez noches bajo la luna. SPARTORWhere stories live. Discover now