♠ Capítulo 11 ♠

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– Izuku cariño, ¿no comerás antes de irte? – Inko Midoriya era una persona demaciado cariñosa, su hijo lo era todo para ella. Sabía que su Izuku hacia todo lo posible para que ella estuviese bien, y muy a su pesar no podía opinar mas de lo que ya lo había echo.

Izuku se esforzaba por pagar su universidad, y además, llevar dinero a casa. Inko también lo hacía gracias al trabajo que había conseguido como cajera en un mercado cercano, pero a decir verdad, la paga no era ni la mitad de lo que Izuku ganaba y el trabajo era agotador. Su hijo ya varias veces le había rogado para que dejase su trabajo, pero esta se había negado cuando los planes de Izuku eran encontrar otro trabajo, su niño lo que debía hacer era salir con sus amigos, tenía veinte años y no había llevado a ni una sola chica a casa. Pensó, que tal vez estaba tan concentrado en darle una buena vida a ella, que se estaba olvidando de vivir la propia.

Algo había de verdad en ello, pero la razón era completamente diferente.

– Compraré algo en la cafetería, ya voy tarde y necesito encontrar al profesor Aisawa antes de que las clases comiencen – aun con lo que dijo, tomó una manzana del frutero y la guardó en la mochila que colgaba por sobre uno de sus hombro y caía por su costado.

– ¿Vandras a comer? – preguntó sabiendo de antemano la respuesta.

– No, debo ir directo al restaurante para cumplir con mis entregas. Llegaré a eso de las seis – sin mas que decir, dejó su hogar directo a la estación del tren.

Su vida era tan agotadora, correr de un lugar a otro siempre, terminar tareas de la universidad. Apenas y tenia tiempo de dormir dos o cuatro horas por las noches, el ya estaba acostumbrado, pero su cuerpo lo resentía aun así con aquellas ojeras que parecían tatuadas a su piel, o la delgadez que estaba ganando por saltarse las comidas siendo que en realidad él antes tenía algo de musculatura. Pero se negaba a darse un respiro con la situación que enfrentaba, al menos podía escudarse cuando los demás preguntaban el por que de su soltería, un simple "estoy tan ocupado que no tendría tiempo para una relación" era suficiente, y así nadie objetaba.

Se apresuró a entrar al vagón cuando el tren que siempre tomaba llegó, era bastante temprano, el cielo aun se mantenía obscuro, pero el tren estaba repleto de personas que, al igual que él, iban a clases y otros que iban a sus trabajos, le tocó ir de pie aun que sus muslos dolieran gracias al cansancio de pedalear una bicicleta para hacer las entregas.

Debo pedir permiso al profesor Aisawa para entregar el trabajo de mañana, y para faltar a su clase este viernes, además tengo que adelantar las clases de la señorita midnigh y pedir permiso a Yagi para llegar tarde ese día – murmuró enumerando las cosas que debía hacer, ese viernes su madre tenia cita con el cardiólogo y debía ir a acompañarla. Su vida era tarea tras tarea, no se daba el tiempo de descansar, y aun que él él decía que se sentía perfectamente bien, aquel dolor de cabeza, cansancio y ojeras bajo sus ojos decían y le demostraban lo contrario.

Cuando en los parlantes escuchó que saldría de la estación a la que iba, rápidamente corrió hacia afuera pocos segundos antes de que las puertas se cerraran y lo dejaran atrapado. Debía dejar de perderse en sus pensamientos antes de que realmente se bajara en otra estación que no fuera la suya.

Observó su reloj asegurándose de la hora mientras salia de la estación que daba de frente a su universidad, la enorme reja de metal se encontraba abierta y junto a ella la caseta de entrada. Se asustó cuando tocó su bolsillo y no encontró su credencial de acceso, sin embargo suspiro tranquilo cuando recordó que la había guardado en uno de los bolsos de su mochila.

– ¡Midoriya! Buen día. Esperó no hayas olvidado tu pase, hoy no podré ayudarte – sabía que cuando algún coordinador se encontraba en la escuela, Tomura no podía hacer nada por él, agradecía que lo hubiese ayudado antes.

– Lo traje esta vez Shigaraki– sonrió entregando su credencial de estudiante para que pudieran escanearla – ¿sabes si el profesoe aisawa ya llegó? – preguntó cuando su tarjeta fue devuelta.

– llegó hace media hora, debe estar en el salón de maestros – Izuku agradeció para adentrarse a las instalaciones e ir directo a donde podría estar su maestro.

******

La hora de salida había llegado, su espalda dolía por las incomodas sillas del aula y su cuello se encontraba igual o peor por el estrés acumulado. Hizo una mueca cuando intentó masajerse y el dolor atravesó hasta su cabeza.

– ¿Izuku? – se sorprendió bastante cuando lo llamaron tras él, se detuvo abruptamente y giró preparando su sonrisa habitual para saludar.

Toda palabra que iba a mencionar fue borrada y desechada inmediatamente al ver al hombre que tanto le había echo trasnocharse, apenas y había podido dejar ese tema de lado y tenia que aparecer de nuevo.

–No me he presentado como se debe, soy Shoto Todoroki un gusto – Su corazón se agitó como la primera vez que lo vio en persona, siendo incluso mas intenso en ese momento por el lugar en el que se encontraban, donde varias personas e incluso amigos observaban al desconocido que había estado preguntando por Midoriya con tanta insistencia.

Si estaba en un sueño, no quería ser despertado por nada ni nadie eso era seguro.

Una Novia Para Shoto [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora