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Todos los secretos se vuelven profundos. Todos los secretos se vuelven oscuros. Eso está en la naturaleza de los secretos》

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Blondie no pudo despedirse de Anne.

   —Denme un respiro, asi que al fin vamos a India...y el hombre con las manos derechas se llama Centerfold —dijo Polnareff y Jotaro asintió levemente—. Por cierto, ¿Dónde está Anne?

  —Se quedó en la estación de Singapur hasta que el tren partió, pero... —vaciló Joseph

  —Estoy seguro de que ya debió haber ido a juntarse con su padre —serenó Avdol.

Abruptamente, Joseph cambio de tema frunciendo el ceño:

  —Y exactamente ¿Qué les paso a ustedes dos?

Su dedo iba dirigido a Kakyoin y Blondie. En sus mejillas quedó un poco de mugre, rasguños y el cabello de Blondie permanecieron más hojitas y ramitas.

  —Fuimos atacados por un Stand enemigo. ¿Verdad, Blondie?

Kakyoin dio un codazo a la chica que dormía a su lado, con la cabeza sobre la mesa. Frente a Blondie había una taza de cafe medio vacía, y bajo su nariz un pastel de tres-leches.

  —Eh...Si, si —masculló la chica despertándose y frotando un ojo—. Kakyoin lo dejó escapar.

Ella volvió a apoyar la cabeza en la mesa y cerró los ojos.

  —¡Tú lo dejaste escapar! —Espetó con brusquedad el peli-cereza—. ¡Eras la única que podía atraparlo y no lo hiciste!

  —¿No habrá sido porque preferí salvarte? —murmuró Blondie somnolienta.

  —No pedí tu ayuda.

  —Era atrapar el enemigo o tener que arrastrar un cadáver de 1,78 metros —formuló Blondie con trozos de galleta en su boca—. Y te veo algo pesadito, Kakyoin-kuunn.

Kakyoin puso los ojos en blanco cruzado de brazos—. Para tu información, tengo un peso ideal...

  —Sigue diciéndote eso si te hace sentir mejor —Blondie repuso en un gran bostezo.

En cuanto ella terminó de pronunciar las palabras, Kakyoin sintió que la rabia se desprendió por su torrente sanguíneo. Él le divirtió las discusiones que ellos tienen en los transcursos del día pero definitivamente le sacó de quicio que se metiera con su peso.

Él es obsesivo, desde niño se dedicó a cuidarse, y consumir alimentos nutritivos, de ahí su buena altura y sedoso cabello rojizo, pero en cambio la chica a su lado, la burlona apática lo considera fuera de lo ideal.

¿Acaso ella no se ha visto en un espejo? Porque, por amor a Dios, ella no conoce la palabra: PARAR.

  —Estoy bromeando... —aclaró la ligera voz de la chica que acomodándose en la mesa, —. Tienes el peso ideal, ideal para estar encima.

Ella movió las cejas con rapidez, seductora. Los presentes se rieron de su repentino cambio.

Jotaro no rio y mucho menos el cabeza de tomate conocido como Kakyoin.

Blondie despierta sentimientos que él nunca ha experimentado: los químicos cerebrales, los choques de adrenalina que lo someten al pelear juntos, los cosquilleos en sus orejas al verla sonreír o compartir algo en común y la sensación cálida cuando ella está cerca.

Este Mundo Bizarro° (Jotaro x lectora)Where stories live. Discover now