Capítulo 10: Renacimiento

62 10 7
                                    

Los secretos salieron a luz

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.


Los secretos salieron a luz. Posteriormente a la captura de Leviatán, circularon rumores sobre una Academia corrupta y discriminatoria hacia los no-prodigios. Los Gautier, tras confesar su participación en la divulgación del odio, fueron obligados a renunciar y donar gran parte de su fortuna para reconstruir lo que el berrinchudo ocasionó. Iniciaron juicios contra los seguidores de Calamitoso y los falsos héroes; solo me importaba saber el de uno.

Avancé hasta la oficina, observando mi mano enyesada. Si tenía que mostrarme, lo haría con dignidad, no como un chiquillo lastimado que no creía la gran noticia. Di un último respiro, antes de abrir las puertas.

La primera vez que pisé la Academia, me dedicaron burlas y desprecio; nunca imaginé ser recibido con aplausos, como un héroe real. Mis padres y el resto vitorearon, sonrientes. Erika, al frente, me abrazó con fuerza. Devolví el gesto, emocionado.

Entonces, caminé hacia el estrado. En la primera fila, lejos del resto, se encontraba Zakaria, mirándome fijamente. Luego de noquear a sus guardias, decidieron inmovilizar sus manos y retirar cada vaso de agua. ¿Cómo habíamos terminado así? Todos aguardaban su destino, ansiosos.

—Hace meses, Bahía Ardon fue víctima de un odio basado en prejuicios antiguos, separándonos en "bendecidos" y "escoria" —comencé—. Esto derivó en asesinatos, malentendidos y destrucción. Causó discordia entre todos, al punto de hacernos dudar sobre qué significaba ser héroe.

Miré a Gautier, quien sonrió, burlón.

—Me conocen como Nuno Arrhenius o Eco —Respiré hondo—. En calidad de Director de la Academia, lucharé por acabar con la brecha, empezando por la aceptación de personas no-prodigiosas en el programa.

Muchos de ellos aplaudieron. Zakaria y otros me observaron, pasmados. Sería un proceso largo, pero valdría la pena al final.

—Destruyes nuestros valores —dijo él, parándose—. Serás nuestra ruina, Nuno.

—Lo será tu actitud, Gautier.

La reunión terminó poco después, entre quejas y controversias. Zakaria fue condenado a servir un tiempo en Reeducación, aprendiendo a controlar su poder creepy, antes de reincorporarse a la Academia y arreglar su desastre. Me limité a conducirlo hacia su celda, tragándome mi opinión. Nadie más lo vio controlar ratones, ni sintió sus huesos retorcerse. No lo conocían como yo, de lo que era capaz de lograr.

—¿En qué momento intercambiamos roles, Director? —dijo él, odioso—. ¿Estás satisfecho? Obtuviste lo que siempre fue mío.

—¿Cuándo madurarás, Zakaria? —Ignoré su sorpresa, desahogándome por fin—. Eres un villano, aunque Erika piense lo contrario. Tus acciones demostraron tu egocentrismo y que solo buscabas admiración. Haré de todo para eliminar esas creencias, incluso si debo detenerte de nuevo.

Nos quedamos frente a su celda, con vista al océano. No reaccionó como esperaba, poniéndome alerta. Torció su sonrisa.

—No será hoy, ni mañana, pero un día, Nuno Arrhenius, serás feliz. Cuando me hayas olvidado, te arrebataré lo más importante en esta vida.

—Adelante.

Esa noche fue crucial. Fui el primero en notarlo, al día siguiente. Una hoja blanca y reluciente aguardaba en mi mesa.

Nuestra historia estaba lejos de terminar.

Leviatán había escapado.

El Leviatán de Bahía ArdonWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu