Hija del Sol

Capítulo 7

Gerlyn no podía dejar de mirar a Elián de vez en cuando, cuando esta no lo miraba. Ese ceño fruncido en una pose de concentración. Tenía una pluma en la oreja que cogía de vez en cuando para anotar las sugerencias de sus generales en su cuaderno.

Estaban en una galería grande que Elián usaba para los consejos de guerra. Aunque Gerlyn había aceptado la invitación para asistir que le había brindado Elián, no estaba prestando ninguna atención a la estrategia. Estaba más ocupado observando las puntiagudas orejas de Elián o la forma de su cuello y sus labios.

Esos labios que no iba a poder volver a besar. Ella se lo había dejado muy claro antes en el bosque.

"No significó nada, solo quería librarme de Horace y divertirme"

Había sido cruel y a Gerlyn le había costado no derrumbarse allí mismo.

Pero tal vez fuera mejor así. Sin embargo el chico no podía quitarse de la cabeza la sensación de sus cuerpos apretados mientras los poderes de él creaban y los de ella destruían.

— Entonces todo está dispuesto. Mañana iremos de nuevo a Kaldish y llevaremos a cabo la primera parte del plan — concluyó Elián.

— ¿Kaldish? — preguntó Gerlyn que por fin se había despertado de su ensimismamiento.

— Necesitaremos la ayuda de los pescadores para que el plan funcione. ¿Nos ayudarás con eso?

— Cla-claro.

¿Qué narices le estaba pasando? ¿Ahora tartamudeaba? Necesitaba centrarse y alejar los sentimientos de si, como hacía ella. Pero Gerlyn no era Elián y no podía disimular que se había enamorado sin darse cuenta.

Elián dio por finalizada la reunión y todos, incluido Gerlyn, se fueron a cenar. Sin embargo ella se quedó en la sala mirando los mapas y los dibujos que habían recopilado esa misma tarde. Se sorprendió penando que Gerlyn dibujaba muy bien.

Rápidamente apartó esa idea de su cabeza. Debía mantenerse ocupada para evitar pensar el Gerlyn, así que se fue a su habitación a limpiar y preparar su armadura para los días que le esperaban.

Aunque el hecho de que las enredaderas que el chico había creado siguieran allí, en la pared, no ayudaba precisamente a no pensar en él.

He hecho lo correcto, sé que lo he hecho, pensaba una y otra vez mientras miraba las hojas triangulares de la planta sin estar segura de si eso era cierto. Finalmente se fue a dormir olvidándose completamente de cenar.

*          *          *

Gerlyn ya estaba despierto cuando Elián acudió a por él. La chica no mencionó nada sobre lo rojos que tenía los ojos por haber llorado toda la noche pero por un momento sus muros parecieron derrumbarse porque acercó la mano a su mejilla pero la retiró antes de llegar a tocar su piel.

— Vamos — dijo mientras salía por la puerta —. Hay trabajo que hacer.

Elián caminó por el pasillo. ¿De verdad había estado a punto de acariciarlo? La chica sacudió la cabeza mientras avanzaba. Si no conseguía alejarse de Gerlyn cuanto antes no podría superarlo y la mejor forma de conseguir que se alejara era conquistar de una vez por todas esa maldita región.

Elián salió a la galería principal e informó otra vez a los generales de los planes. Todos debían estar en el lugar indicado cuando ella diese la señal sino la batalla se complicaría y se alargaría inútilmente. Tras esto la chica caminó con su escuadrón fuera de La Mansión donde ya les esperaban los caballos.