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El timbre fue tocado dos veces seguidas por Camila, su tía abrió de inmediato con una sonrisa en los labios. Sin duda la mujer era bastante bonita; su cabello estaba teñido de rubio, su piel era blanca sin llegar a parecer de zombi, sus ojos parecían un par de gotas de miel y para colmo tenía hoyuelos. Quizá su mamá tenía razón y su tía no era una anciana (obvio no lo era), pero esos siete años que le llevaba a su tío eran el pretexto perfecto para molestarlos en venganza porque él las había cambiado por esa abuela no tan abuela.

Camila sonrió de vuelta por educación, y por inercia vio hacia el vientre de la mayor buscando al bebé que se suponía tenía dentro. Definitivamente su panza estaba ligeramente abultada en señal del embarazo, aunque también podía ser colitis.

En fin, luego de saludarla pasó tras ella a la casa.

— Mi mamá le mandó estos panqueques, tía. Hay que consentirla porque hay un bebé en su barriga —explicó dejando la canasta sobre el comedor.

—Gracias —dijo sirviendo algo de chocolate para Camila y sentándose en una de las sillas.

La menor tomó la taza porque ya se estaba congelando afuera y se sentó junto a ella sintiéndose algo incómoda, pero el chocolate hacía que valiera la pena.

—¿Cuánto tiempo tienen embarazados? —cuestionó luego de darle unos sorbos a su bebida.

La mujer soltó una risilla antes de responder.

— 20 semanas.

¡Vaya!

No habían perdido el tiempo, pero era razonable,  si esperaban más tiempo capaz la mujer entraba en la menopausia y no habría bebé nunca. La menor sonrió haciendo un esfuerzo para que esa idea se quedara en su cabeza y no saliera por su boca. Gracias al cielo, en ese momento la puerta principal se abrió.

La adolescente se puso de pie de inmediato y se dirigió a la entrada donde se encontró con su tío quitándose su gorro, dejando al descubierto su cabello castaño.

—¡Tío! —exclamó corriendo hacia él y abrazándolo por el cuello.

Shawn sonrió de inmediato y lo tomó de la cintura para alzarla en el abrazo.

Su esposa siempre pensó que Camila y su familia eran demasiado encimosas con su tío y se sentía ridícula sintiendo celos de su hermana y sus hijas que además eran sus sobrinas, así que todo el tiempo trataba de reprimir ese sentimiento siendo atenta y un modelo cariñoso de cuñada y tía.

—Tu tío viene cansado de la maderería, cariño. Termina tu taza de chocolate, se está enfriando —indicó haciendo que la sonrisa de Camila desapareciera y se separara de su él.

La chica obedeció y luego Shawn se acercó a besar a su esposa bajo la mirada de Camila. La castaña casi hace una mueca de disgusto.

— ¿Cómo te fue hoy, tío? —cuestionó  ganándose nuevamente la atención.

— Bien, pequeña,  fue un buen día —indicó apretando ligeramente la mejilla de su sobrina.

—¿Y trabajarás hoy por la noche? —cuestionó ya que Shawn tenía un segundo empleo.

—No — respondió rápidamente —, me dormiría en plena guardia y te comería algún lobo. Así que parece que mi día ya se está cerrando y al parecer con broche de oro. No esperaba encontrarte aquí.

—Vi...

—Vino a dejar unas cosas que mandó tu hermana —dijo la mujer señalando la canasta y quitándole a Camila las palabras de la boca.

Entonces Shawn acercó la canastita hacia él y la revisó, vio los panqueques y la mermelada casera que había mandado Sinu saboreándose todo, siempre le había gustado la manera de cocinar de su hermana, era como volver a su infancia cuando su hermana mayor lo consentía, bueno cuando lo consentía más porque nunca había dejado de hacerlo.

—¿Qué esperamos para cenar? —dijo el hombre yéndose a lavar las manos para luego ir por platos a la cocina —Cenas con nosotros ¿cierto Camila? —, cuestionó volviendo para poner la mesa.

—No. Yo iré a cenar a casa —contestó.

—No hablarás en serio. Vivimos tan cerca y apenas te dejas ver últimamente. Aún es temprano así que quédate —indicó Shawn y a Camila no le quedó más que obedecer mientras su tía rellenaba su taza y servía otro par.

Pasado el rato, la muchachita reía junto a su tío bajo la atenta mirada y sonrisita de su esposa, pero Camila apenas le prestó atención a la mujer.

Una vez que Shawn te atrapaba en su voz y en sus ojos castaños no había distracción, había algo en la mirada del tipo que podía hipnotizar a cualquier persona; algo noble, no por nada la gente confiaba en él.

Así se le pasó el tiempo, entre charlas de la escuela, del bebé que venía y sobre todo de los trabajos del mayor.

Fue hasta que el reloj estaba por marcar las nueve que Camila se fijó en la hora, era tiempo de marcharse antes que fuese más tarde y su tío insistirá en que pasara la noche ahí. No quería tener que ver la cara de su señora ni bien saliera el sol.

—Me voy ya —indicó poniéndose de pie —. Nos vemos después.

Su tía se acercó para agradecerle de nueva cuenta y darle un besito en la mejilla.

—Creo que te acompaño a casa —dijo Shawn antes  que Camila se acercara a despedirse de él.

— No es necesario. Ya no soy una bebé y aún es temprano —respondió ya que no quería causar molestias, además su tío había trabajado toda la tarde y no había descansado por estar ahí con él.

El mayor suspiró y asintió dándole la razón a su sobrina ya que, aunque al día siguiente no trabajaría en la maderería, tenía que descansar y estar con su esposa.

—Bien, pero ten cuidado. A los lobos les gusta la luna creciente —indicó estrujando a la castaña en un abrazo antes de que se fuera.

—Tranquilo, falta mucho para la media noche —contestó —, además confío en los veladores —, añadió haciendo referencia a que su tío era uno de ellos.

—Comienzan a trabajar hasta las once si no es luna llena — corrigió con una sonrisa y luego abrió la puerta.

Shawn dio un vistazo desde el marco de la puerta a todos los alrededores y las calles estaban aún transitadas por algunas otras personas, eso fue suficiente para que se quedara tranquilo mientras su sobrina llegaba a su hogar.

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Pd; Spoiler, no hay incesto en este fanfic
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Noche De Luna Llena || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora