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Era domingo y, como cada domingo, la familia de Camila estaba en la iglesia. Eran escasas las familias del pueblo que estaban ausentes en la celebración de la misa y la mayoría de quienes faltaban lo hacían porque estaban enfermos o porque eran muy mayores para ir, pocos eran los hombres de poca fe en lugares donde el demonio acechaba cada noche en forma de lobo.

La verdad, en esa ocasión Camila no se encontraba poniendo atención a la palabra del señor, ya que desde el momento en el que entró se dedicó a buscar con la mirada a Laure, pero al parecer la ojiverde no estaba ahí, por suerte la volvería a ver más tarde ese mismo diía.

Y si te estás preguntando ¿Por qué volvería a verla? La respuesta es simple:  porque Lauren había encontrado la excusa perfecta para acercarse a la chica nuevamente; Camila le llevaría por la tarde unos cuantos panqueques que prepararía su mamá, Sinu no los vendía pero quizá debería comenzar a hacer postres ya que todos siempre halagaban sus dulces y por el momento Lauren sería su primer cliente.

Lo que Sinu no sabía era que Lauren realmente quería otra de sus deliciosas creaciones, una cuyo aroma le había resultado incluso más apetitoso.

Cuando el sermón al fin terminó, Camila ansiaba volver a  casa, sabía que aún era muy temprano, pero por alguna razón quería verse bonita cuando fuera a dejar el pedido de Lauren. Sonaba ridículo incluso para ella, pero qué más daba, le importaba lo que la mayor pensara de ella.

Un par de horas más tarde, mientras Camila arreglaba su cabello para lucirlo tan bonito como fuera posible, poco a poco su habitación comenzó a llenarse de un delicioso aroma y eso la hizo sonreír; su mamá ya estaba preparando lo que Lauren había pedido.

Entonces Camila terminó de arreglarse y al cabo de unos instantes bajó dispuesta a ir a casa de Lauren, y eso su mamá se lo había permitido porque la castaña no había dicho nada más que...

... "Una vecina de mis tíos me preguntó antes de entrar a la casa si vendia postres y que le encantaría comprar unas porciones, al parecer se lleva muy bien con mis tíos, es una mujer agradable"...

... Eso era una verdad, pero una verdad a medias ya que no le dijo que la acompañó a casa ni que la conoció y sostuvo una pequeña conversación con ella antes de que le hablara de los panqueques o antes de siquiera saber que era vecina de sus tíos, y definitivamente no sabía si Lauren se llevaba bien con ellos,  pero si a sus tíos no les agradaba esa mujer tan cool qué mal estaban porque era educada y atractiva ¿a quién no le agradaría?

—Ten —indicó Sinu acomodando mejor las cosas para que Camila las llevara cómodamente —. Tocas a la puerta, le entregas esto, ella te entrega el dinero y regresas, no te distraigas y no entres a su casa. Es vecina de tus tíos, pero no sabemos qué clase de persona es.

— Uy, sí, porque una mujer guapa que usa ropa bonita da mucho miedo —respondió con sarcasmo.

— Camila —la reprendió Sinu con voz firme —. No sabemos qué clase de persona es, y si vive con alguien no sabemos con qué clase de persona vive.

La castaña rodó ligeramente los ojos ya que su mamá se distrajo acomodandole uno de los botones del suéter que se había puesto.

—Es agradable mamá — protestó la adolescente —. Pero no te apures, soy obediente.

Sinu suspiró y acarició la mejilla de su hija.

— Eso lo sé. Solo ten cuidado ¿sí?

La castaña asintió con una sonrisita y salió.

Estando ya frente a la casa de la ojiverde, leyó el número Sesenta y seis asegurándose de que fuese el lugar correcto y tocó el timbre bastante nerviosa, acomodó su cabello por si el viento lo había revuelto mucho y luego la puerta se abrió.

Noche De Luna Llena || Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora