Electrodos

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— ¿Notó que tan lejos pudo ir su memoria? — Pregunto a la señora Yi que está al otro lado de la línea— .
— Tiene un lapso aproximado de 6 años en adelante, no sé si estuvo bien como le pregunté las cosas.
— Al parecer ella recordó varias cosas, lo cual es bastante avance. Incluso el misterioso accidente, no lo recordó en su totalidad, pero que haya podido narrar una parte significativa de lo acontecido es increíble.
— ¿Aún le faltan más tratamientos?
— De eso quería hablarle... — Respiro profundo y me mantengo firme— Quiero intentar un experimento.
— ¿De qué clase de experimento habla?
— Verá, la terapia electroconvulsiva... — Me interrumpe— .
— No.
— Deme un segundo para explicarle. — Retomo— Antes era mal empleada y era muy riesgosa. En la actualidad se tiene una mala idea de ella, pero la ciencia y los cuidados humanos han avanzado mucho; Esta terapia se usa para tratar problemas mentales y ha resultado muy bien.
La idea es la siguiente: Podemos asustar a MoonByul con la idea de que pasará por esa terapia. Juro por mi vida que no será así. Pero la finalidad de asustarla es que su cerebro tenga un "empujón" más para mantenerse funcionando con normalidad. Necesita una emoción fuerte y ésto podría funcionar.
— No creo que sea una gran idea.
— Quizá no tengamos otra manera de darle una emoción fuerte...

Quizá ella no aceptará, entonces debería retenerme.
Después de un silencio sostenido, contesta:

— ¿De verdad no pasará por la terapia?
— No lo hará. No es necesario, sólo la haremos pensar que sí será así.
— Si eso la hace mejorar... Entonces hágalo.
— De acuerdo. — Casi me había rendido— .
— Por favor cuide bien la vida de mi hija.
— Puede jurar que así será. Muchas gracias.

Posterior a eso cuelgo la llamada, el momento es ahora.
Fui por algunas cosas a mi consultorio, entre ellas, electrodos.
Se colocan electrodos sobre el cuero cabelludo. Dos electrodos monitorean la actividad cerebral. Los otros dos electrodos se utilizan para distribuir la corriente eléctrica, aunque sólo usaré los de monitoreo, debe verse creíble así que prepararé todo como si de verdad fuese a hacerlo.
Se siente emocionante, porque sé qué esto funcionará, así MoonByul me odie de nuevo o con más intensidad,es lo mejor que puedo hacer por ella. Y también se siente como una travesura, nunca deja de ser divertido.

Entro a su habitación y empiezo a conectar las cosas, al poner los dos electrodos en su cabeza, ella por fin habla:

— ¿Para qué es esto?
— Que bueno que lo preguntas... — Enciendo la máquina— Tenemos que hacerte una terapia electroconvulsiva. — Involuntariamente sonrío— , ¿has escuchado de ella?

No contesta, pero empiezan a haber cambios ligeros en su actividad cerebral.

— Te platico un poco. Básicamente mandamos choques eléctricos a tu cerebro. Podría resultar muy doloroso... — Cambio el tono de voz para que note la seriedad del asunto— quizá algunos huesos rotos.
— No es cierto, ¿verdad? ¿A caso éste es un hospital primitivo?
— No. Pero no podemos volver a sedarte, podrías no despertar, la terapia es esencial, no puedes irte sin hacerla.
— Pero, eso me dolerá mucho.
— La vida duele mucho.

Me acerco con los dos electrodos y ella automáticamente se hace hacía atrás con sus brazos sobre la cama, es evidente que tiene miedo.

— No hagas esto difícil.
— No, no quiero esta terapia.
— Quédate quieta. — Intento agarrar su brazo y ella rápidamente lo quita— .
— No, déjeme en paz.
— Suficiente MoonByul.

Subo exageradamente el voltaje y suena como truena el electrodo, con mucho cuidado lo acerco a ella, ella se hace aún más hacia atrás, sus manos aprietan la sábana:

— ¡Kim! — Grita con desesperación— .
— Relájate, sólo tomará un segundo.
— ¡SOLAR!

Posiblemente se desgarró la garganta con ese grito. Miro hacia el monitor, su cerebro está totalmente activo y asustado. Apuesto a que si vejiga está llena en este momento.
No digo nada más, apago la máquina lo más despacio que puedo para que lo note, dejo los electrodos que tenía en las manos atravesados en la máquina y me acerco a desconectar los otros dos que estaban en su cabeza.
Ella está sumamente asustada como para decir algo. Los pongo junto con los otros y salgo de la habitación con todos los instrumentos, ha funcionado.

~

Han pasado 4 días desde que hablé con mi madre y que el doctor intentó electrocutarme, aún tengo miedo de que entre un día en la madrugada y cumpla su plan...
Después de eso, no tuve más rastro de mi madre, ni de Kim, de Dean ni hablar.
Me he sentido aburrida en estos días, aunque es un sentimiento temporal, los atardeceres son mi momento favorito del día en éste lugar. Cada día la habitación se ilumina de un color distinto, el día de hoy me ha tocado presenciar un color rosa pastel que jamás había visto, ha sido inefable.

Durante la cena la enfermera me dijo que me iría el día de mañana por la tarde, estoy emocionada porque esto que parecía un agujero que cada vez se hacía más profundo, ha llegado a su fin y ahora podré volver al piso, no más fosas.
Estoy algo eufórica, debo admitirlo pero no tengo con quién hablar mi felicidad, estoy restringida y eso me hace darme cuenta que estoy abandonada.
Que duro tener que usar esa expresión; Pero es la más correcta para definir mi situación.

Muy honestamente estoy algo desagradada con Kim al no estar presente. Sí, ya sé qué hace un tiempo dije "sin resentimientos", pero no puedo evitar sentir ésta emoción, más cuando clamé a ella por mi vida y no apareció. Más fácilmente el doctor se fue.

No me queda más que dormir y esperar a que sea mañana, entonces podré intentar retomar lo que en algún momento fue mi vida.

[...]

Después de la comida, me sentí en confianza de compartir mi felicidad con la enfermera, quién con calma dijo que me estaba supurando felicidad de la piel.
Conversamos de algunas cosas algo vagas, me preguntó que si estudiaba, qué me gusta y cosas así, entre eso saltó algo más:

— ¿Cómo te sientes de que por fin esto terminó?
— Aliviada. Jamás esperé tanto algo.
— Te tengo una sorpresa.
— ¿Sorpresa? — Me levanté sobre mis brazos en la cama— ¿Qué sorpresa?
— Tienes una visita.
— ¿Es Dean? — Pregunté ansiosa a la respuesta— .

Ella negó con la cabeza.
Oh.

— Le diré que pase para que no esperes más.

No contesté, ella salió y dejó la puerta entreabierta.
Quizá ya es demasiado soñador pensar en que Dean volverá. Y eso me hace dudar de en dónde estoy, vida, muerte, lo que sea no deja de ser monótono. Que dolor de cabeza tener que vivir lo mismo en dos realidades completamente distintas.

La puerta se abre otra vez, mis pupilas se dilatan al verla:

— Byul, ¿cómo te sientes?
— Kim... Yo... Digo, Solar. — Mis nervios me vuelven torpe— .
— Está bien, ambos son mis nombres. — Sonríe tranquila, trae una pequeña rosa de Sharon en sus manos— Te traje esto...

Se ve avergonzada y aún así está sonriendo, vuelve a hablar:

— Tu sabes, la raíz de la palabra 무궁화 (mugunghwa), del que la primera parte 무궁 (mugung) significa inmortalidad e infinidad y la segunda 화 calamidad: la perseverancia del pueblo coreano pese a las desgracias... Agradezco totalmente que estés conmigo apesar de todas las dificultades. — Finalmente me la da— .

Volteo a ver a la enfermera quién discretamente sonrió y salió de la habitación para dejarnos solas.

Siento calor, especialmente en mi cara.
Hacia mucho tiempo no me regalaban una flor tan bonita, mucho menos una chica hermosa. Inevitable ruborizarse:

— Muchas gracias.
— Gracias a ti, por no dejarme sola.
— Me dijeron que hoy podré irme.
— Sí, por eso vine por ti.

La flor es tan bonita, mi mirada se mantiene en ella por ese motivo y también porque no quiero que Kim me vea sonrojada. Nunca me ha gustado que eso suceda.
Sus delicadas manos sostienen mi mentón, obligándome a verla, no tengo una expresión fija para esta situación:

IljidoWhere stories live. Discover now