Capitulo 13: confesiones

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Eren se levantó a primera hora del dia y se arregló de la forma más sencilla posible.

Llevaba una camiseta bastante holgada, que aún si llevase relleno, no se notaría que tiene pechos, a menos que fueran exuberantes.

Se arregló la peluca de forma que no se pudiera caer fácilmente, pero que a la vez no fuera muy díficil quitársela.

Le mandó un mensaje al pelinegro, citandolo en la azotea del hotel en el que se encontraba, mientras que se dirigía al lugar anteriormente mencionado.

Estaba igual o más nervioso que aquella vez que fueron a bailar en Grecia.

Estaba tan concentrado respondiendo los mensajes de Krista diciendo "invitame a la boda, quiero ser dama de honor" que ni siquiera notó que el otro estaba sentado al lado suyo, espectante por confirmar sus sospechas respecto a la identidad del otro

Y muy por sobre todo su nombre, era una de las cosas que se moría por saber.

Cuando finalmente el castaño levantó la vista se encontro con su estúpido y sensual jefe frente a él, pero en vez de soltar un chillido del susto, que era lo que ambos habrían pensado que pasaría, solo se largó a llorar.

Ni siquiera sabía por qué, pero sentía que necesitaba desquitarse de ese modo, estaba tan cansado de ser perseguido y ser tratado como un objeto.

El pelinegro solo lo atrajo hacia el, abrazándolo y acariciando su cabello por sobre la peluca, tenía ganas de quitársela para poder ver su rostro en todo su esplendor.

El castaño estaba demasiado emotivo como para siquiera pensar en que algo malo podría pasar y se dedicó a calmar su llanto, mientras seguía aferrado completamente al otro.

Ya cuando su rostro y sus ánimos volvieron a la normalidad se separó del otro, incluso si realmente no quería estar lejos del calor de su cuerpo.

-yo... -dijo, sin saber realmente por donde empezar, tratando de hacer un discurso express que no sonara patético en su cabeza- he estado fingiendo todo este tiempo.

Se dio una pausa, el rostro de su jefe tenía la misma expresión tranquila de un inicio.

El otro sin saber que más hacer se quitó la peluca y la lanzó por ahí, como si finalmente pudiera liberarse de una tortura, mientras que desordenaba su cabello para que volviera a su estado natural.

-al principio realmente rechacé salir con usted simplemente porque me parecía un imbécil -rio nervioso por confesar eso- pero después de un tiempo me di cuenta de que estaba equivocado en algunos aspectos, y que incluso es una persona bastante dulce -se dio una pausa para tomar aire y algo de estabilidad mental antes de seguir- pero de igual manera, siempre rechacé todo, pero es porque no quería que al final solo se decepcionará por saber que soy un chico.

Se rascó el cuello nervioso, mirando al piso.

-después de todo, no fue que únicamente conocía mi versión femenina? Bueno, además de un par de encuentros en el aeropuerto, pero eso es otro tema... A lo que voy, es que, no quería seguir callando esto, al principio pensé que debería para poder conservar el empleó, pero la situación actual realmente me supera, no puedo seguir fingiendo que soy una chica, no puedo seguir huyendo de país en país con un grupo de pretendientes locos detrás de mí...

Tomó aire antes de soltar lo último como si fuera el gran secreto de la humanidad.

-y no puedo seguir fingiendo que no estoy malditamente enamorado de usted!

Un silencio se formó después de eso, la vista del castaño seguía en el piso, pero pudo escuchar los pasos del otro acercarse hasta el.

-ya lo sabía

Lo miró estupefacto, había sido demasiado descuidado como para que el otro se enterase? Desde cuándo?

No le dio tiempo a seguir pensando antes de que el pelinegro volviera a tomar la palabra.

-lo sé, desde que estábamos en Italia, y ahora que confirmaste todo, solo me queda una duda.

El castaño lo miró tímidamente, indicándole con la mirada que respondería todas sus preguntas.

-cuál es tu verdadero nombre?

Hubo unos segundos de silencio, antes de que el castaño apartará la mirada del otro, con timidez.

-Eren Jaeger

Sintió como el pelinegro se acercaba hacia el con una ligera sonrisa en el rostro.

-es bueno saberlo, ahora podría decirse que estás "despedida"

-lo suponía -respondió vagamente el castaño.

-pero, para poder contratarte, está vez mientras uses tu verdadera identidad.

El otro lo miró rápidamente con un brillo en los ojos, lanzándose sobre el para abrazarlo, eternamente agradecido.

El castaño en medio de su euforia besó al pelinegro, siendo sorprendido cuando esté correspondió a su beso.

Definitivamente, este sería el inicio de algo hermoso y extraño.

Doble Vida [Riren]Where stories live. Discover now