Los Orígenes 👑 | LIBRO 1 - TO | ✔

👑 Capítulo 12: "Los Originales"

👑Capítulo 12👑

Todo estaba confuso.

Lo primero que se me vino a la cabeza fue el recuerdo de mi padre...asesinando a Ingrid y luego acabando con mi vida.

No entendía nada y eso me desesperaba.

Por más que intentase reaccionar, era como si estuviese sumida en un profundo sueño, en el cual me pesaban los parpados y me costaba mover las manos o los pies. Era la sensación más horrenda de todas.

-No tardarán en despertar.-dijo una voz distante. Tal vez esa misma persona fue la que tomó con delicadeza mi cabeza y la recostó sobre algo.-Abre la boca, Thalía.-una parte de mí quería obedecer, pero la otra se negaba rotundamente a separar mis labios. Luego de una interminable discusión conmigo misma, sentí un líquido cálido bajando por mi garganta. ¡Era un sabor asqueroso! Era como una mezcla de miel con sangre o algo parecido.

-Deben tomarla para completar con el hechizo.-habló otra voz.

Sea lo que sea que me hayan dado, puso en marcha mi sistema nuevamente.

Abrí de golpe los ojos y tomé una gran bocanada de aire. Levanté la cabeza rápidamente y jadee.

-Thalía, tranquila, tranquila.-mi madre me tomó de los hombros, volviéndome a acostar en el suelo.

-¿Qué...qué pasó?-pregunté, mirando para todos lados.

Tanto a mi derecha como a mi izquierda había cuerpos y debajo de ellos charcos de sangre. Ahogué un grito y me puse de pie, trastabillando con algo. Caí nuevamente chocando mi espalda contra el suelo. Con mis palmas me fui arrastrando hacia atrás.

-¿Qué hicieron?-exigí saber, mirando con terror a mis padres.- ¡¿Qué hicieron?!-

-¿No te sientes...diferente?-preguntó padre, acercándose. Aún tenía su mano sobre la empuñadura de su espada.

Tragué saliva y me encogí de hombros.

-¿Por qué debería sentirme...diferente?-ninguno respondió. Padre se acercó a la mesa y tomó algo. Se arrodilló a mi lado y tomó mi mano.- ¿Qué harás?-pregunté, casi en un susurro. Ya no me sentía segura teniéndolo cerca.

-Probando que haya funcionado.-respondió.

-¿De qué...?-sin dejarme terminar me clavó un cuchillo en la mano. No pude evitar gritar del dolor.

-¡Artem!-chilló mi madre, tratando de ayudarme.

-Mira la herida, Alla.-gruñó él, señalando la línea roja.

Tanto mi madre como yo, le prestamos atención. Con sumo cuidado retiré el cuchillo y mi piel comenzó a cerrarse al punto de quedar como antes: pálida y sin herida alguna.

-¿Cómo...cómo es posible?-pregunté, mirándola de cerca.-Está...está curada.-levanté la vista hacia mi padre, quién sonrió.

-Funcionó.-

Seguía sin entender que es lo que mis padres habían hecho, pero debía admitir que sí me sentía diferente. A medida que los demás fueron despertando, algo también lo hizo en mi interior. Era como un sentimiento que jamás había experimentado: la desesperación. Tenía hambre, pero había algo más que me inquietaba. Busqué entre todos los rostros a Klaus, pero él no estaba en ningún rincón de la casa. Algo me demandaba encontrarlo.

Me abrigué con la capa y salí. El exterior estaba completamente oscuro, pero mi vista se ajustó a la perfección. Casi que el viento no me molestaba.