Dia 2: Misión secreta

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Desde que se enteró que Steve Rogers, el grande soldado que no hablaba más de lo necesario, dibujaba en su cuaderno sin parar y ayudaba en la cocina casi siempre, era nada menos que el Capitán América: Lo ha tenido sobre él. Siempre. James no se hace problema, él aceptó ser su ayudante sin pestañear, por supuesto que cuando se enteró casi le da un infarto, creyendo que al saber semejante secreto sería expulsado de la base como la simple mascota que era. Sin embargo Steve le dio una oportunidad. James se convirtió en Bucky, vestido de rojo y azul, mano derecha del Capitán América. Juntos se enfrentan a los nazis y su retorcido paracito, Hydra. Y es así como ha vivido estos casi tres años. Ahora, dejo de ser un niño de catorce y se convirtió en un joven de diecisiete años, aunque no tiene  cuerpo musculoso del Capitán, es casi tan alto como este. Eso hace que James se sienta orgulloso sé si mismo, y de qué ahora esté en los cómic y películas. Es un honor, y pues no va negarlo, le gusta la fama. Su sonrisa resplandeciente en que está seguro que, conquista a las señoritas, y que los niños admiran. Es algo engreído, como le a dicho Steve, pero si al Capitán le anima dibujar, a él que lo reconozcan. Juntado ideas, le a pedido a Steve que lo dibuje, y así sería inmortalizado, detalle que le falta convencer al otro. Sin embargo ser Bucky el compañero del Capitán América no es fácil. Ambos ponen sus vidas en peligro a diario, y no porque estén en una guerra sino porque cráneo rojo es tan cruel como Hitler pero el primero tiene armas poderosas, y poderes muy extraños. Por otro lado, y quizá con un poco de vergüenza, algunas veces a sido secuestrado. Bucky espera que esa parte no sea contado en los libros de historia, claro que el capitán América a llegado a rescatarle, pero ¿no sé supone que la señorita Carter es la que debe ser secuestrada y rescata? No lo dice en voz alta pues una vez dijo algo así, y recibió una reprimenda de Steve y Carter. Bueno se lo merecía,  un poco quizá. Bucky respeta a Carter, mucho más que sus compañeros de infantería. Compañeros pues ya dejo de ser una mascota meses de cumplir Dieciséis, y paso a ser considerado soldado Barnes, y con la ilución de la juventud pensó que quizá un día llegaría a ser sargento. Sargento Barnes, que bien suena. Entonces llegamos a este día, precisamente hace unas horas, cuando el coronel, sin mucha explicación, le dijo que desde ahora tenía el título de sargento. Demonios. James no está seguro si estar feliz, preocupado o triste por ello. Primero porque ahora tiene el rango que su padre tubo antes de morir, seguramente estaría orgulloso de él. Preocupado porque ahora tendrá gente bajo su mando y ni a cumplido dieciocho, y triste porque la guerra no termina y seguramente su nuevo grado es también porque hay soldados cada vez más jóvenes. Maldito Hitler, maldito craneo rojo, maldito eje, maldita guerra.

Suspira, y se da vuelta sobre su cama mirando al techo, en el que a estado divagando sin poder dormir. Ahora volviendo a su primer pensamiento sobre  el Capitán América, el ser sargento ¿le permitirá seguir con las misiones...? Es decir ¿habrá tiempo? En ese momento no tiene tiempo de responder su propia pregunta pues alguien abre la puerta de su tienda de campaña, James deja que su cuerpo reaccione, buscando el arma bajo su almohada.

—James... —y aunque es un susurro, lo reconoce de inmediato.
—Steve ¿Quieres que te dé un plomazo en la cabeza?

Escucha una risa pero no le responde.  La sombra de Steve se acerca más y ahora está cerca a su cama.

—Tenemos que irnos.
—¿Irnos? ¿A dónde?
—Una misión secreta —Bucky se da cuenta que Steve no a dejado de susurrar, y el tampoco.
—Steve, todas nuestras misiones son secretas.
—Esta es LA misión secreta.
—No me digas.

Steve ríe, aunque más parece un bisbiseo.

—Ademas —continua Bucky —soy un sargento, es decir si no te has enterado pues no estabas en mi ceremonia.
—¿Ceremonia entre tu y el Coronel?
—Bueno, pero igual no estuviste.
—Sospecho que el coronel quiere separarnos.
—Que novedad. Cuánto desde que sabe que soy el del otro traje ¿Un año?

Fictober Stucky 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora