─ᴠɪᴄᴛᴏʀɪᴀ

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Cuando Jacob y Paul entraron por la puerta enseguida me quedé de piedra al verles llegar riéndose. Paul le propinó un puñetazo en el hombro a Jacob, al que éste respondió con un codazo en los riñones. Volvieron a reírse. Ambos parecían ilesos.

La mirada de Jacob recorrió la sala y se detuvo cuando me vio apoyada en la encimera, al otro extremo de la cocina, azorada y fuera de lugar.

—Hola, Millie —me saludó en tono alegre. Tomó dos panecillos al pasar junto a la mesa y se acercó a mí—. Siento lo de antes —añadió en voz baja—. ¿Qué tal lo llevas?

—No te preocupes, estoy bien ─fingí un poco para no alarmarlo─. Estos panecillos están muy ricos —recogí el mío y empecé a mordisquearlo. 

Ahora que Jacob estaba a mi lado, ya no sentía aquel terrible dolor en el pecho. Todo el miedo había desaparecido al verlo vivo y sano, aunque mi mente seguía vagando lejos de allí.

—Pero... —se quejó Jared, interrumpiéndonos.

Levanté la mirada. Él y Embry estaban examinando el antebrazo de Paul, en el que se veía una línea rosada que ya empezaba a borrarse. Embry sonreía exultante.

—Diez dólares —cacareó.

—¿Se lo has hecho tú? —le pregunté en voz baja a Jacob, recordando la apuesta.

—Apenas le he tocado. Estará como nuevo cuando se ponga el sol.

—¿Cuando se ponga el sol? —me quedé mirando la cicatriz del brazo de Paul. Era extraño, pero parecía tener varias semanas.

—Cosas de lobos —susurró Jacob.

Asentí, intentando no parecer demasiado intranquila.

—¿Y tú estás bien? —le pregunté en voz baja.

—Ni un arañazo —respondió, con gesto engreído—. ¿Vamos a dar una vuelta?

Los cinco pares de ojos que estaban en la habitación nos miraron divertidos, como si aquello fuera una especie de película. No pude evitar sonreír de los nervios.

—Claro —murmuré mirándolo. Se veía tan lindo.

Jacob me tomó la mano y me sacó de allí

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Jacob me tomó la mano y me sacó de allí.

Los aullidos dentro de la casa se hicieron presentes. Volví a sonreír.

Sentir su tacto otra vez era increíble.

—Así que eres hombre lobo —murmuré aferrada a él, como si fuera a escaparse.

—Sí —respondió—. De pies a cabeza... Sólo algunos miembros de la tribu tienen los genes. Un chupasangre llega por aquí y brota la fiebre.

Asentí comprendiendo.

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔 | jacob blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora