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•||Capítulo 23||•


R I C H A R D


Un mes. Ha pasado un mes dónde no he visto a Mía.
Rachel estaba enojada con ella, según Rachel le había advertido sobre darle celos a Christopher conmigo. Y siendo honesto, no quería ver a Mía, no aún. Si bien la extrañaba mucho, algo de lo que dijo la última vez que la vi era cierto, me utilizo. Ella me había utilizado.

Por un lado estoy molesto con ella por utilizarme luego de confesarle que comenzaba a sentir cosas por ella, pero por el otro me culpo a mi mismo por seguirle la corriente, ella me había dicho fuerte y claro que aún amaba a Christopher y yo ahí de tonto creyendo que la haría olvidarse de él, siento que de cierto modo que lo que pasó fue en parte mi culpa. Y creo que lo que todo esto dejó fue enojo y dolor ya que no fui el único perjudicado.

Rachel no le hablaba a Mía. Christopher estaba furioso... ¡y hombre como no estarlo! el amor de su vida besó a otro. Mía ahora se encontraba sola, lo sabía por Pablo y pues yo aquí me encontraba medio molesto pero triste, ¿cómo la gente se vuelve tan importante de un día para el otro?

Definitivamente luego de un mes mi cabeza seguía hecha un caoz.

R A C H E L

Un mes. Ha pasado un mes.

Ni siquiera cuando Mía se fue de Madrid estuve tanto tiempo incomunicada con ella, pero... ¡se lo advertí joder! Se lo dije muy bien, ¿y qué hace? Utiliza a mi hermano. Eso fue lo que más me dolió, que haya utilizado a Rich después de cómo el se portó con ella.

Esa no era la Mía que conocí, esa no era la Mía que era mi mejor amiga... y comenzaba a desconocer la. Pero de lo que si estaba segura era que extrañaba a esa chica, en tan sólo tres años se volvió alguien tan importante en mi vida y ahora simplemente nos habíamos alejado, y siendo honesta me duele. Me duele que no me escriba, que no me de la cara y que nisiquiera de señales de vida.

¿Quién diría que venir a aquí iba a cambiar tanto las cosas?

La extrañaba, claro que lo hacía. Pero esta vez era ella quién debía de arreglar las cosas.

C A M I L A

Desde un principio supe que esto no acabaría bien. Para nadie. Pero nunca me imaginé que un simple teatro para dar celos terminará cómo terminó.

Christopher terminó devastado, está más que furioso, y aunque él sea mi mejor amigo se lo dije fuerte y claro "tú iniciaste esto", ya que de cierto modo él inicio este juego y fue el menos beneficiado.

Tampoco me pase las siguientes semanas del mes reprochando lo, no claro que no, lo ayudé a salir aunque me cuesta mucho, no quiere hacer más que trabajar y dormir, al menos duerme.

Por un lado me duele por que ¡vamos hombre! Luego de unos ocho años lo volvía a ver y era en situación, el es mi mejor amigo y siempre querré que este bien. Y pues ahora no lo estaba no sabia que hacer para que recuperara esa sonrisa suya y sus características carcajadas. Comenzaba a asustarme.

C H R I S T O P H E R


Un MES. Un maldito mes sin saber de ella.

En estos momentos estoy que estalló y como bien me dice Cami en parte fue culpa mía. Esto del teatro de celos fue mi idea pero... ¡lo beso! A él. Me dolía tanto que Mía haya hecho algo así, algo cómo besarlo y en mi cara... fue, lo peor.

Estaba muy dolido. Nisiquiera me había hablado para aclarar las cosas. Quizás... ya no me ama. Y quizás sólo soy yo de terco creyendo que íbamos a retomar eso tan hermoso de hace tan sólo años.
En estos momentos ya no tenía ánimos de nada. Absolutamente nada. Prácticamente me pasaba las horas trabajando o en mi departamento durmiendo. Esa se había vuelto mi rutina el último mes, comer, dormir, e ir a trabajar, y así sucesivamente. No tenía ánimos, y aunque Cami y Pablo lo intentaran pocas veces salían ganando.

Y aquí me encontraba: en mi habitación recostado en mi cama pensando, analizando, sufriendo quizás y meditando.

¿En qué momento cambiaron tanto las cosas? ¿Dejo de amarme? ¿Volveriamos luego de esto? ¿Estaba dispuesto a perdonarla?

Siendo cienporciento honesto, ya no tenía las esperanzas de antes.

Ya no.

M Í A

Pésimo.

Si tuviera que describir mi estado emocional en estos momentos sería exactamente eso; pésimo, pero con mayúsculas.

Me sentía horrible, utilicé a un chico en verdad genial, un chico el cuál sólo se había portado de lo más bien conmigo, el cuál me había confesado que comenzaba a sentir cosas por mi y sin darme cuenta me convertí en... en mi padre. Él utilizó a Karen y yo aquí de idota utilizando a Richard, sólo por celos ¡mierda! ¿Qué había hecho?

Y eso no era lo peor, Rachel estaba furiosa, y sí. Me advirtió sobre usar a Richard en esto, y yo de estupida ¿qué hago? Lo arruino todo. ¿Hasta dónde fui a llegar? Nada de estas cosas son cosas que haría normalmente, utilizar a las personas, utilizar sus sentimientos... esta no soy yo.

¿Qué me ha pasado? ¿En qué momentos cambié tanto?

Si de algo estaba segura era de que esta no era yo. Y que no quería serlo.

Debía de arreglar las cosas, pero ahora la pregunta era; ¿cómo?

Y para rematar. Christopher.

Él me había visto. Estaba furioso y no necesitaba ser adivina para saberlo, si yo explote viéndolo sólo sonreírle a Camila, no me puedo imaginar si el... si el la hubiese besado, el tan sólo pensarlo me rompe el corazón.

Y en tan sólo recordar que yo le había hecho eso me lo rompía aun más.

¿Hasta dónde había llegado?

Lejos. Muy lejos. La Mía de trece años nunca hubiese hecho esto. La Mía de diecisiete menos.

¿Por qué ahora? El pasar de los días era tan monótono y triste, pero de cierto modo lo único que me consolaba era saber que me merecía estar sola, que merecía este sentimiento de culpa, claro que me lo merecía.

𝐂𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐀𝐥𝐚 𝐅𝐮𝐞𝐫𝐳𝐚 𝐈𝐈.Kde žijí příběhy. Začni objevovat