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ESTUVE SENTADA MIRANDO A TRAVÉS de la ventana observando a los pacientes hablar entre sí y divertirse, mientras que algunos enfermeros empujaban la silla de ruedas de los pacientes que no podían caminar o habían tenido una reciente cirugía

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ESTUVE SENTADA MIRANDO A TRAVÉS de la ventana observando a los pacientes hablar entre sí y divertirse, mientras que algunos enfermeros empujaban la silla de ruedas de los pacientes que no podían caminar o habían tenido una reciente cirugía.
El hospital no era deprimente y eso me sorprendía, pero había algo que aún no encajaba. Me sentía realmente extraña en el ambiente en el que me encontraba, no me sentía muy familiarizada.
Pensaba que era algún efecto de estar dormida por tres días y la herida en mi hombro, pero muy en el fondo sabía que no se trataba de eso.

La marcha se llevaría a cabo por unos ciudadanos que fueron pagados para comenzar a realizar la huelga violenta e invitar a las personas y convencerlas de vengarse contra los policías.

Sentí una presencia en mi habitación por lo que me giré un poco y en la puerta se encontraba Uriel, con su habitual rostro sereno.

—¿Qué haces aquí, George?

Aunque sabía que Tennant era mi compañero, era imposible pensar que lo había visto desde antes y sé que suena ilógico pero hay algo que me dice que él y yo no nos habíamos conocido cuando yo había entrado en el Ejército Celestial.

—Miguel solicita nuestra presencia en la sala de juntas en diez minutos. No tardes ni un minuto más ni un minuto menos.— Sin decir otra palabra más, se fue de la habitación.

Suponía que trataría sobre el plan de la huelga en la CNP.

Todos estábamos vestidos habitualmente con nuestros trajes blancos y respectivo antifaz

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Todos estábamos vestidos habitualmente con nuestros trajes blancos y respectivo antifaz. No me sentía cómoda con el traje, era incómodo para mí aunque lo haya estado usando desde hace años.

Años...
Sentía que no había convivido con ellos anteriormente y que en realidad fuese desde hace algunos días, no me sentía lo suficientemente cómoda desde que había despertado en la enfermería. Era como si supiera que algo iba mal pero que aún no me daba cuenta de ello, de lo que estaba incorrecto en mi vida.

La puerta de abrió y entró Miguel con su habitual sonrisa calmada en su rostro.

—Tenemos que ir directamente al punto, hay que alistarse para lo que se vendrá en un par de días. 

𝐇𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑; JACK CONWAYWhere stories live. Discover now