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ENTREGARSE A LA PERSONA QUE amas era algo especial

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ENTREGARSE A LA PERSONA QUE amas era algo especial. Bajo la manta del cielo oscuro, con las brillantes estrellas y la luz de la luna permitiendo que nos notáramos en la oscura noche.

Los dos nos habíamos retirado a nuestras respectivas habitaciones desde el suceso. Era de mañana y seguía en la cama, mirando al techo desde hace unas horas.

No había dormido desde entonces, seguía recordando lo que fue mi pasado y el suceso de anoche.

Escuché que habían golpeado la puerta un par de veces pero no respondí hasta que abrieron la puerta y de ella entraba el imbécil de ojos grises.

—¿Sucedió algo, Gabriel?— Pregunté sin apartar mi vista del techo.

—No exactamente...— Cerró la puerta detrás suyo, adentrándose a la habitación y mirando sus alrededores.— ¿Estás bien? Te noto un poco extraña.— Mencionó acercándose a mí y sentándose en la orilla de la cama, colocando su mano en mi frente comprobando que estuviera bien.— No tienes fiebre, ¿qué sucede, Azrael?

—Solamente estoy cansada, no es nada grave.— Aunque quisiera que lo fuera.— ¿Me perdí de algo interesante?

—No de mucho, solamente que tenemos junta en dos horas.

Solamente esperaba que Phelps no alardeara y soltara todo en mierdas de versículos.

Bella estaba en silencio desde que había llegado, nadie había hablado ni había hecho algún tipo de ruido

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Bella estaba en silencio desde que había llegado, nadie había hablado ni había hecho algún tipo de ruido. Respetaban demasiado a Phelps por todo lo que había hecho y porque era la mente maestra de todo el plan.

—¿Tenías algo que decir, Uriel?— Comenzó la mujer mirando al arcángel.

Tennant asintió, levantándose de la silla dando por comienzo la junta.

—El FBI está siguiendo las pistas falsas como se había acordado y están atrasando más el caso, lo único que hacen es perder el tiempo.

—También las personas están haciendo más alboroto que antes, agreden a los policías y éstos responden de la misma manera.— Mencionó Jackson.

—Y Calavera cada vez está más débil. El Sistema está cayendo poco a poco y muchos de sus aliados se convierten en los nuestros.— Habló la mujer de cabello corto.— Solamente quedan dos personas junto a él y uno de ellos es nuestro espía.

—Estamos avanzando mucho más de lo esperado; el FBI está acorralada al igual que Calavera.— La segunda persona al mando de la mafia habló.— Será en cuestión de días para que lo tengamos dos metros bajo tierra.

—Ese asunto estará en manos de Chino, así que por ahora tendremos un corto descanso.— La líder se levantó de la silla, mientras que Uriel se sentaba de nuevo en su respectivo asiento.— Es un agradecimiento a ustedes por su gran trabajo, desempeño y esfuerzo.

Oh Miguel, si supieras que las vacaciones se podrían sacar más provecho para el plan y tú mierda de tener Los Santos bajo tus pies.

Ahora tendría que hablar con Conway acerca de las nuevas noticias.

La junta ya había pasado e informaron sobre más policías caídos: Onofre, Anacleto, Leopoldo, Arsacio y otros más los cuales no recuerdo muy bien sus nombres

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La junta ya había pasado e informaron sobre más policías caídos: Onofre, Anacleto, Leopoldo, Arsacio y otros más los cuales no recuerdo muy bien sus nombres.

Había llegado la noche, por lo que sin dudarlo ningún momento me dirigí de nuevo al árbol siendo cautelosa en el camino sin que me notaran los guardias u otra persona más.

Llegué y me encontré a Jack sentado encima de la baja barda de piedras. Estaba mirando la luna con atención, parecía entretenido con la luna y sus pensamientos.

—Tuve dos hijos después de que te fuiste de Los Santos: Danielle y Mathias. El día en el que nacieron fue el día más feliz que había tenido en toda mi vida y aunque creí que ser padre no era lo mío, fue lo contrario.— Tenía una sonrisa en su rostro, hablaba calmado.— El tiempo pasaba rápido con ellos y no me daba cuenta, solamente por esos años me sentía el hombre más feliz en el mundo y me encantaba estar en ese puesto. Me sentía afortunado por los hijos que había tenido con Julia, pero...— Hizo una pausa, ahora borrando su sonrisa y mirando hacia los árboles.— Aún sentía un vacío dentro mío, algo me estaba faltando y sabía perfectamente que era.— Me miró, levantándose del borde de la barda y dirigiéndose hacia mí, deteniéndose unos pocos metros de mí.— El día en el que regresaste y estabas en la comisaría, me sentía realmente bien. Te extrañé tanto que no había día en el que no pensara en ti.

Si él me había extrañado por tanto tiempo: ¿Por qué jamás me buscó? ¿Por qué me engañó con otra mujer? ¿Por qué se comportaba como un hijo de puta y con ella era otra persona? ¿Cuál era la razón por la que hizo eso? Las dudas seguían en mi mente y no dudaría en soltarlas, quería sus respuestas.

—Entonces, ¿Por qué me engañaste, Jack? Sí tanto me amaste ¿Por qué no me buscaste? Estuve ahogándome en el alcohol mientras pensaba en ti, era simplemente repulsivo que pensara en ti cada momento.

—Quería mantenerte segura, no quería que algo te sucediera.

—Y lo único que provocaste fue que me hundiera en mares de whisky y vodka, teniendo en mente que lo único que quería era respuestas de tu parte.

—¡Tu vida era más importante que la mía, joder!— Exclamó, dejándome en silencio.— La misma persona que asesinó a Julia te tenía en la mira, por eso quería que te alejaras de mí y de Los Santos. No quería que te sucediera nada, quería protegerte pero no pude proteger a las personas que eran mi familia.

Proteger a la persona que más amas significaba que tenías que alejarte de ella, aunque ésta fuese el amor de tu vida y que tú amor sea algo fuerte.

Esa era una decisión que te dejaría marcado por mucho tiempo, tal vez hasta la muerte.

—¿Sigues amándome después de tanto tiempo?

Jack acortó la distancia, tomándome de las manos con delicadeza mientras me miraba en la misma forma que anoche, con delicadeza y amor.

—Lo sigo y lo seguiré haciendo, Heather.

Me había dicho que no confiara en nadie, ni siquiera en las personas más cercanas pero ese había sido un error de mi parte. Confié en él y robó una gran parte de mi corazón, estaba en la perdición ante su cuerpo y alma.

Él y yo sincronizábamos bien, así que no creo que hubiese problema en los acontecimientos que sucederían en algunos días.

Oh Jack, sigo estando tan enamorada desde la primera vez que te conocí en la comisaría y no me arrepentía en lo absoluto. Era mi pecado que cometería una y otra vez, el pecado el cual nunca dejaría de cometer.

𝐇𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑; JACK CONWAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora