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Octubre 22.
- Buenos días... le besó el cuello.
Lú entre abrió los ojos de inmediato. Se dio un buen susto hasta tomar conciencia de que era Cornelio quién estaba tras suyo, apretándole la cintura, abrazándole el cuerpo, haciéndola estremecer de infinitas maneras.. y apenas empezaba la mañana.
- Hola...
-Has dormido bien?
- De maravilla. - le dedico una bonita sonrisa, al mismo tiempo que giraba su cuerpo para quedar frente a frente con él.
De pronto, ambos recordaron que estaban desnudos. Piel con piel. Rozándose. Cornelio se mordió un labio, al sentir la tibia piel de Lú acariciar la suya. A Lú se le subieron los colores, aún no superaba que Cornelio la mirara de esa forma.
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- Oye... susurró él.
- ¿Qué pasa?
- Aún... aún quieres mudarte a mi ciudad?
- Te he dicho que sí.
- Pero...
- Pero qué? Cornelio, hemos hablado de esto... dijiste que no te molestaría que nos mudemos haya un tiempo, para poder conocer a tu...
- Ya. - le besó los labios de nuevo. Lú le correspondió el beso, haciéndolo más largo. Sus lenguas se tocaron. Eso no hizo más que tensar a Cornelio del todo. - será como tú quieras bonita...
Lú buscó sus manos, y las entrelazó con las de Cornelio, apretándolas. Cornelio la miró a los ojos. Lo había dicho antes? Jamás había sentido eso por nadie... jamás nisiquiera había llegado a decirle a alguien 'te amo' o un simple 'me importas'... Lú lo era todo. Todo lo que él tenía. Y si alguien llegaba a hacerle daño, le costaría la vida.
- Será divertido, ya verás.. - Lú le acarició una mejilla. Cornelio hizo una mueca, acariciando las piernas desnudas de Lú.
-Sí... será divertido. -le dijo él. Sin saber que pronto terminaría por arrepentirse.
