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Valentín detuvo el auto. Había hecho un gran esfuerzo por dejar a Ashley en Obregón mientras él acompañaba a Cornelio, pero sentía que debía hacerlo para evitar otro tipo de tragedia.

- Es aquí. -le indicó. Cornelio bajó del
auto, Valentín hizo lo mismo. El lago se encontraba bajo las dos únicas casas que se localizaban en esos terrenos. Los padres de estos siempre habían tenido dinero, y esas eran unas de las casas más codiciadas de Sonora. Cornelio las divisó. Como supuso. La casa de al lado era la única que se encontraba con las luces encendidas.

'Así que ahí estás verdad? Te has
jo.dido conmigo...te has jo.dido...te
lo prometo'.

Decidió caminar directo hacia la casa en donde pensaba y se encontraría Guillermo.

- Quiero entrar solo. - le pidió Cornelio. - quiero que...quiero que lo entiendas, es un tema personal. Algo que debo aclarar con él si es que en verdad está ahí adentro.

-Se lo que es. - afirmó Valentín. - ten... - se regresó al auto y abrió uno de los
estantes de este para sacar un arma
común. - está cargada.

Cornelio asintió. Esto no le daba miedo en lo absoluto. Matar era sencillo. Sencillo para él. En realidad todo lo era, todo...menos tener que afrontar que Lú podía resultar herida
en todo esto. Esta vez Cornelio se adentró. Un golpe. Dos. Tres. La puerta principal cayó.

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Le desató las manos. Lo tenía desnudo
frente a sus ojos. Esta vez no se había
abstenido de llorar. Tenía miedo.
Miedo más que nunca. Sabia que esta
vez no se salvaría de ser violada por
él. Esta vez no tendría dos opciones
por escoger, sería eso... o eso. Una vez
desatada quiso salir corriendo de ahí.
El la tiró con una fuerza descomunal
a la cama del costado. Se dio tiempo
para acomodar la cámara, para que
esta tuviera todos los detalles de lo que estaría apunto de hacer.

- Quiero que grites. -le ordenó. - que
grites tanto como mi hermana lo hizo.

Lú lo miró aterrorizada desde abajo. Intentó irse de nuevo, pero él volvió a cogerla de nuevo. Rozando su pe.ne y sus testículos con sus jeans. Bajó sus labios. - ¡no te muevas zo.rra! - le gritó.

Le besó el cuello, mientras ella
se movía. Mientras ella solo deseaba
morir...

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Cruzó la cocina y la sala principal.
Jo.der. Sacó el arma. Aún no escuchaba nada. Pero sabía que se encontraba ahí. Dónde estaba? 'Dónde estás Lú? Vamos. dímelo, dame una señal por favor...

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Los labios de Guillermo la besaron.
Mientras sus manos se encargaron
de bajarle los jeans con brusquedad
dejándola en braguitas.

-Que delicia... - se relamió los labios.
- mira como me pone todo esto. - bajó
su propia mirada para observar la
erección entre sus piernas. Lú cerró los ojos. Los cerró tan fuerte que la cabeza le dolió por eso. 'Cornelio'...susurró en su cabeza. Y
no supo por qué. Solo había sido un
impulso provocado por sus propios
nervios. 'Cornelio'...volvió a repetir. 'Te necesito'. Y algo, algo sobrenatural...algo que no sabía qué.. le decía que debía gritarlo. Debía hacerlo ahora fuertemente.

- ¡Cornelio!-gritó Guillermo se
detuvo para observarla. La miró con
furia.

- Te has jo.dido. - le dijo por última vez.

"Cornelio"...escuchó él. Es ella. ¡Es ella! Si, sí... recordó el sonido de su voz y supo que venía de arriba. 'Estás aquí mi amor..estás aqui y te prometo que nada va a pasarte'. Subió las escaleras.

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- Cornelio? -le gritó Guillermo. La cogió de los brazos por un tiempo, haciendo que ella perdiera la fuerza.  - ¡te vas a tragar ese maldito nombre! - le besó la boca con brusquedad, haciéndola gemir por la fuerza.
Plantó sus manos en sus caderas, apunto de bajarle las bragas de
un tirón y fo.llarla con tanta furia...

- ¡Suéltala! -la puerta de la habitación
se abrió rápidamente. - no te atrevas
a ponerle ni un dedo más encima. -
lo amenazó. Guillermo se volteó, desnudo sobre ella, mostró una sonrisa victoriosa. Cornelio tragó saliva. - no lo hagas.. si no quieres terminar pudriéndote tres metros bajo tierra.

Cornelio había llegado...

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Sigamos...

S-E-C-R-E-T-O-S ²Where stories live. Discover now