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Era imposible no excitarse viéndola
asi. Desnuda y haciéndoselo mejor...
mucho mejor que antes. La cogió
fuerte de las caderas mientras ella
seguía moviéndose en círculos sobre
él. Respiró entrecortado. Cornelio se
tensó. Todo su cuerpo estaba tenso y
en disposición a lo que hiciera. Le encantaba. Todo.. todo lo que Lú hacía con su monumental pe.ne, lo muy duro que lo tenía. Entonces sintió
que se correría. Cada apretón del co.ño de Lú lo hacía rebosar de placer, cada fricción lo hacía tocar el
cielo.

- Oh Dios.. Sí, sí... - jadeó él.
Lú se movía más rápido. Su húmedo sexo cubría las expectativas de Cornelio. Jamás la había visto así. Cada vez que el pe.ne de Cornelio salía de entre sus entrañas, deseaba que volviera a entrar tan rápido como había salido. La llenaba tanto. Y él estaba duro. Duro como la misma piedra. De pronto ella
soltó un soplido. Estaba cansada... se
acostó sobre él... Cornelio le acomodó el cabello tras la espalda, ligeramente
cubierto por una capa de sudor.
Lú abrió los ojos.

- Por qué no me lo contaste antes? - le
preguntó de pronto. Y no quiso levantar la mirada.

- No quería perderte.

-Y por qué lo hiciste? - volvió a
preguntarle. Cornelio respiró hondo. Ese momento tenía que llegar.

- Yo... yo no sabía lo que hacía...-
murmuró tímido. Lú pasó su dedo índice por los bíceps de Cornelio. Jugueteando con ellos. Sentía
melancolía. Mucha... - estaba ebrio..
esa noche fue la peor de todas... y yo..
me comporté como el más imbécil de
todo el mundo jo.der.. lo merezco...
merezco que Guillermo me haya odiado tanto... pero tú no tenías por qué pagar por esto. -se inclinó para besarle la frente.

- Hay algo más que no me hayas
dicho?- Cornelio permaneció callado. Ella levantó la mirada.

- Necesito saberlo.

- Mis padres están vivos. - le dijo.
Frío. Seco. Sin nada de sentimientos.
- si te secuestré hace varios meses es
por que mi papá estaba organizando
el robo más grande... confiaba en mí y necesitaba el dinero para hacer negocios con otras personas. - Lú se quedó callada.

- Y donde es...

- No importa eso. - inquirió él. Le
acaricio suavemente el brazo derecho.- no he vuelto a verlo desde la última vez que me dio órdenes. Y no quiero verlo más, simplemente no quiero seguir haciendo lo mismo de antes.

Ella volvió a quedarse callada.
De pronto quiso llorar de nuevo...
Quiso llorar por que debía...por que le
dolería lo que haría. Porque solo ella sabía lo que pasaría luego.. Y quizá sería la decisión más dura que
tomaría. Y quizá él se olvidaría de ella... Pero tal vez...era lo mejor para los dos... Y él la escuchó llorar. Ahora fue Cornelio quién se posicionó sobre su cuerpo. Las lágrimas de Lú se soltaron. Y en parte también eran por todas las cosas que habían pasado juntos. Por las cosas que habían vivido. Por lo mucho que había a llegado a amarlo en tan poco tiempo. Ahora lo conocia. Conocía sus debilidades, sus miedos, sus culpas,
sus secretos, cada defecto pero
también cada inigualable virtud que
tenía. Y es que solo ella, conocía la verdadera persona que había dentro de él.

- Me odias? - le preguntó él. Ella no
negó ni afirmó nada. Solo se dedicó
a mirarlo a los ojos, mientras Cornelio
suavemente volvia a penetrarla...

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Niñas no todo es se.xo en esta vida.

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