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Cinco años atrás. 24 de Octubre.

Un día antes la motocicleta de Cornelio había amanecido completamente desmantelada frente a su casa. Guillermo le había jugado la broma del siglo. Pero eso no se quedaría así. Entra Dania. Valentín la empujó para que pasara. Apenas tenía dieciséis, pero tenía un buen cu.lo y pechos deseables. Valentín cerró la puerta de la habitación, y en esta habían tres hombres más.

- ¡Tómate otra, no seas cabrón!-rió
Raúl.

- Cabrón yo? - Cornelio lo empujó con
fuerza. - mide tus palabras imbé.cil.
- le reprochó. Había tomado más de
la cuenta. Como nunca en su vida. En
ese momento, y retado por Raúl, se
tomó otra botella de Whisky entera.
Un poco de ese líquido se le cayó por la boca.

- Ya, jo.der... si salimos manejando
así nos quitarán las motos. - protestó
Axel.

- Eh Raúl, tranquilízame a la
mariquita de Axel por favor.-
esta vez Valentín lo empujó con fuerza, apartándolo. - mira a quien traje. - sonrió.

- Vaya, vaya.. la hermana del
perdedor?- preguntó Cornelio, divertido.

-Exacto. - contestó Valentín. La sostuvo del brazo para luego tumbarla sobre la cama. - dime que no está buena...

- No podría. - negó Cornelio. Mirándola sin descaro alguno. No era de su tipo. Pero esa noche solo le provocaba fo.llar. - co.ño... - farfulló. - Cómo es que no te invite a mi cama antes?

Todos rieron. Incluso Axel hizo una
mueca. Raúl sacó otra botella de
Whisky e intentó tomar de ella, pero
Cornelio se la arrebató. Tomo de ella un pequeño fragmento y luego la regó
sobre el escote de Dania. Succionó
sobre su pecho lo que quedaba.

- Sabe tan bien... - le dijo a los otros.
Ella solo cerró los ojos. Tragó saliva e
hizo fuerza en los brazos para intentar soltarse. -hey, bonita...cálmate... - le sonrió.

Valentín también se inclinó y
probó un pequeño bocado del Whisky
entre sus senos. Fue cuando ella perdió por completo el control

- ¡Suéltenme! -gritó, con el miedo
poblado entre sus ojos y agudizado
en su voz. - ¡por favor, suéltenme! -
les pidió. Los ojos se le llenaron de
lágrimas.

Pero en vez de soltarla, la cogieron con más fuerza entre los tres. Axel sólo se dedicó a observar, no quería ser partícipe de eso. Contando con que los demás estaban tan ebrios que a penas podían reconocerse entre ellos. Fue hasta la ventana, encendió un cigarrillo y fumó...fumó y fumó mientras veía los autos pasar por aquella ventana en ese gran edificio de hotel. Fumó y fumó... mientras escuchaba los gritos desesperados de Dania y las risas de sus amigos. Fumó más. Y los gritos se iban apagando. Y ellos se habían dejado de reír. Y ahora ella lloraba con él alma, pero en silencio, estrujando una almohada en esa cama en la que habían abusado de ella y se habían burlado tal y como a una zorra.

Dos días después ella no pudo soportar ni un segundo más ese repugnante recuerdo. Y se quitó la vida mientras manejaba el auto de Guillermo. Y en ese mismo auto, había dejado escrito una carta... donde contaba sin nombres lo que había sucedido con ella ese 24 de octubre.

Las lágrimas de Lú cayeron por sí solas. Aquella historia había sido la más repugnante y sucia que habían escuchado sus oídos. No lo creería si es que no tuviera las pruebas en sus manos. La carta de Dania estaba justo en sus ojos.

- Aún crees en él después de esto? -
le preguntó Guillermo.

Una pregunta que la hizo pensar muchisimo, pero que ahora podía responder con seguridad. No creía en él. No creería en él ni un segundo más. Era un secuestrador. Un criminal. Un asqueroso criminal
que había jugado con sus malditos
sentimientos. Que la había enamorado tanto...que hasta la había cegado. La había hecho creer que lo malo era bueno, y que lo bueno no era para ella. 'Cómo creerle a alguien así? ¡jo.der!' le daba tanto asco a ver compartido la cama con él todo los días. A verlo besado y decirle sobre todo que...lo amaba. Le daba tanto asco a ver tenido que confiar en él mientras no sabía lo que había hecho en el pasado. Intentó dejar de llorar. Pero no podía. Parte de su cuerpo y emociones le pertenecían a él. Parte de su vida era él. Parte de sus lágrimas eran para él. Al igual que su corazón. Esa noche tenía algo en claro...Cornelio la había perdido para siempre.

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Hola no tengo que hacer... Vámonos...
Les debo las imágenes....

S-E-C-R-E-T-O-S ²Where stories live. Discover now