Cap 4. De verdad quiero besarte

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Bajé de la camioneta que nos llevaba a la pista, el administrador por fín pudo conseguirnos un medio para ir a la otra Villa y seguir con nuestro entrenamiento hace un par de semanas. Ally y yo por fín conseguimos tiempo en el hielo pero, justo cuando los demás patinadores acababan el suyo.

Era un poco intimidante, pues ellos se quedaban a vernos entrenar y a estudiar cada uno de nuestros movimientos. Me tomó casi toda una sesión de práctica acostumbrarme a que me miraran con tan tanta atención. Lo bueno es que cuando logré acostumbrarme pude hacer mucho mejor mi rituna y estaba muy satisfecha con los resultados. Entre practicas y entrenamiento, el gimnacio y las entrevistas mi día estaba lleno de actividad.

Pero, en las noches me dí cuenta justo como Ally me dijo, que tenía mucho tiempo libre. Ella siempre me insistía en salir con ella y divertirnos un rato, conocer algunos otros deportistas y hacer nuevos amigos aún si yo le decía que no cada vez que preguntaba.

Curiosamente, descubrí que el momento del día que más me gustaba era la mañana, cuando quedaba con Lauren para correr junto con otros de sus compañeros, pero la mayoría de veces eramos solo ella y yo. Después de unas cuantas vueltas, tomabamos el desayuno juntas antes de partir por caminos separados para nuestras respectivas prácticas. Cuando Ally dejaba nuestro dormitorio para ir de vez en cuando con un chico llamado Troy quien venía de Italia, Lau y yo nos veríamos para cenar, tratando de enseñarnos la una a la otra sobre nuestro deporte y riéndonos tratando de recordar el nombre de cada una de nuestras maniobras.

El día de hoy estaba dividida por lo que debería hacer. Fué la noche de la ceremonia de inauguración y todos estaban de fiesta. Tendría que patinar mañana, mi debut olímpico, pero sabía que no tenía ninguna oportunidad de poder dormir. Estaría la mayor parte de la noche sola en nuestra habitación, desde que Ally empezó a tener la tendencia de regresar tarde.

En adición a todo el ruído que había afuera, mi estomago empezó a revolotear causandome algo de nausea. Aunque la participación en equipo no era algo para lo que me hubiera estado preparando, seguía siendo una gran cosa. Tal vez era porque mis movimientos no solo me afectarían a mí, si no que también a los otros patinadores con los que había viajado.

- Camila!.

Oí una voz familiar tras de mí mientras caminaba para donde dormía, giré y vi aquella melena negra que me encantaba, su cabello era lindo. La chica se había desecho de su sweater con la bandera de E.U. y llevaba una simple sudadera negra, botas, unos vaqueros ajustados y aquel collar pegado a su cuello que le quedaba tan bien.

- Hey Lau. - Sentí una sensación diferente en mi estómago ésta vez, como mariposas que aparecían cada vez que estaba con Lauren. La ojiverde me abrazó y apenas tuve tiempo de reaccionar cuando ella ya se había alejado.

- Vaya, el gris no es tu color, no es cierto?. - Dijo, obviamente molestándome.

- No está tan mal. - Mentí, sabía que el gris no era mi color, pero fuí obligada a ponerme la chaqueta por la ceremonia. - Me gustan tus botas. - Aún cuando estaba oscuro podía oler su perfume.

Lauren alzó su pie, mostrando las botas por completo, negras, con el logo su equipo olímpico en azul, blanco y rojo. - Lo sé son bastante cool. - Sonrió, golpeó mi brazo señalándome el edificio que estaba frente a nosotras. - Deberías cambiarte, encontré algo totalmente genial que deberías ver.

Las mariposas aparecieron de nuevo cuando la ojiverde me tomó por al brazo y entramos para luego subir al elevador. Sentía el calor de sus manos aún a traves de mi gruesa chaqueta.

Parando frente a la puerta que Lauren conocía era mía, sonrió. - Ok, entonces cámbiate, no olvides tu chaqueta, estaré de vuelta en 5 minutos, así que mejor estas lista cuando regrese.

Village Secrets (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora